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El contagio entre jóvenes pasa factura a los mayores: la letalidad se duplica
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un 9,3% entre los mayores de 80 años

El contagio entre jóvenes pasa factura a los mayores: la letalidad se duplica

El incremento de los casos en la segunda ola está provocando un nuevo pico en la letalidad, especialmente, de nuevo, entre los más mayores

Foto: Aragón, donde más fallecen los mayores por el virus. (EFE)
Aragón, donde más fallecen los mayores por el virus. (EFE)
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Durante la primera ola del coronavirus, la tasa de letalidad de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 era del 8,2% para la población general y hasta del 21% para los mayores de 80 años. La cifra impresionaba, pero ya se sabía que la realidad era muy distinta. El porcentaje se calcula hallando la proporción de fallecidos sobre el total de los diagnosticados, y por aquel entonces la mayoría de los casos quedaba fuera de las estadísticas por la falta de pruebas diagnósticas.

Cinco meses después, la letalidad es del 0,8% del total de casos diagnosticados, según el último informe semanal publicado por el Instituto de Salud Carlos III. Sin embargo, hace apenas dos meses, esta cifra era del 0,4%, por lo que se está produciendo un aumento de la mortalidad causada por el virus, aunque ahora sepamos más de él que durante la primera ola. En el caso de los mayores de 80 años, ha pasado del 3,8% hace dos meses al 9,3% actual, mientras que entre los menores de 30, apenas se ha notado la letalidad: ha pasado del 0,011% al 0,016% (siempre teniendo en cuenta el total de casos acumulado desde el 10 de mayo).

La letalidad entre los mayores de 80 años ha pasado de un 3,8% a un 9,3% en dos meses

La razón de este incremento tiene que ver con ese repunte general de los casos que vuelve a hacer que la detección se concentre en los casos más graves. “A medida que aumenta la distribución del virus y se vuelve más comunitario, llega a personas de más riesgo”, apunta Javier del Águila, epidemiólogo y residente de Medicina Preventiva y Salud Pública en el Instituto Carlos III. “Seguramente, son personas que durante el verano han sido cautas, pero la gente joven se siente más a salvo, ha salido más y es la que más lo expande, como vemos en los casos de entre 15 y 40 años. Y si se descontrola en un grupo, acaba afectando al resto”.

Al inicio de esta oleada, era habitual escuchar que los contagios se daban en mayor medida entre la población joven y que por ello las cifras de fallecidos o enfermos graves no eran alarmantes. A principios de agosto, los diagnósticos entre los menores de 30 años ascendían a poco más de 25.000 casos desde el 10 de mayo, mientras que entre la población mayor de 70 años la cifra era de 8.770. Sin embargo, los contagios han aumentado de forma similar tanto entre los más jóvenes como entre los mayores. La cifra acumulada desde el 10 de mayo, fecha que el ISCIII toma como referencia para sus informes desde julio, se ha multiplicado por más de 10 en ambos grupos.

En la primera ola, la letalidad vino afectada por la saturación hospitalaria, especialmente entre la gente mayor, como quedó patente con el drama de las residencias. Pero, según Del Águila, en los datos actuales no está incidiendo tanto este factor, porque hay más capacidad que entonces y se ha reforzado el número de camas UCI y respiradores, al menos por ahora. “Es cierto que el personal médico está exhausto, que trabaja en malas condiciones… Pero nadie va a recibir peor sanidad. No es el factor que está generando ese incremento en la letalidad”, afirma.

La gente joven se siente más a salvo, ha salido más y es la que más lo expande

De hecho, como puede verse en el anterior gráfico y en el siguiente, aunque la tasa de ingresados mayores de 80 años ha aumentado en los últimos dos meses, no lo ha hecho en la misma proporción que la tasa de letalidad.

Letalidad y envejecimiento

Además de las diferencias por edad, el análisis de la letalidad en España también nos arroja algunas conclusiones sobre su distribución geográfica. Según el último informe del ISCIII, actualizado a fecha de 28 de octubre, el virus es más mortal en Aragón (1,5%), Castilla y León (1,4%), Extremadura (1,2%), La Rioja (1,2%), Galicia (1,2%) y Asturias (1,1%). Precisamente las regiones más envejecidas de España —donde más de uno de cada 10 habitantes supera los 75 años— son, en este orden, Castilla y León, Galicia, Asturias, Aragón, País Vasco y Extremadura.

Por su parte, Cataluña (0,2%), Melilla (0,4%), Murcia (0,5%), Cantabria (0,5%), Navarra (0,7%) y la Comunidad Valenciana (0,7%) se sitúan por debajo de la media de España. El factor de la edad, no obstante, tampoco es definitivo: en Cantabria y Navarra, donde el 9% de los habitantes tiene más de 75 años, las cifras de letalidad están entre las más bajas.

Los datos cambian según la evolución de la pandemia en cada territorio, y a esto hay que sumar los retrasos en la notificación y los problemas para comparar cifras, tanto de diagnosticados como de fallecidos, entre regiones. Destaca el caso de Cataluña, que, según el informe del ISCIII a partir de los datos que llegan al Ministerio de Sanidad, ha reportado 344 fallecidos desde el 10 de mayo, mientras que la Generalitat, incluyendo casos "sospechosos" —sin prueba diagnóstica PCR—, contabiliza más de 2.000.

Una variable difícil

Aunque la incertidumbre en los datos de contagiados se ha reducido mucho a medida que ha mejorado la capacidad diagnóstica, estimar cuáles son las razones reales de la letalidad en medio de una pandemia sigue siendo tarea complicada, ya que depende de la capacidad de detección del sistema sanitario en ese momento. “Atribuir la defunción a una causa única y concreta es una labor compleja que ha de basarse en criterios clínicos y epidemiológicos que requieren una investigación cuidadosa e individualizada. En una situación de emergencia, como la producida ante el covid-19, esta investigación minuciosa es inviable”, apuntaba un estudio de la 'Revista Española de Salud Pública' firmado por Del Águila que analizaba los problemas de esta variable.

“En enfermedades emergentes, los primeros casos detectados son, generalmente, aquellos que contactan con el sistema sanitario debido a su curso grave y, por tanto, el primer conocimiento de la enfermedad da una visión de mayor gravedad”, continúa el informe. "Así, en la serie hospitalaria de Wuhan con los primeros 99 pacientes ingresados, el 31% precisó cuidados intensivos, mientras que posteriormente, con 1.099 casos ingresados, solo fue el 5%".

Las cifras de letalidad varían en función del avance de la epidemia y hará falta más tiempo para contar con información más precisa. Otro estudio del Imperial College de Londres apunta que el riesgo de muerte se duplica aproximadamente cada ocho años de edad. El mismo estudio estima que en los países con rentas más bajas, normalmente con poblaciones más jóvenes, la letalidad podría estar en torno al 0,23%, mientras que en regiones más ricas pero con una población más envejecida, se aproximaría al 1,15%. En España, cerca de uno de cada 10 habitantes tiene más de 75 años, lo que sitúa nuestro país entre los más envejecidos de la Unión Europea, por detrás de Italia, Alemania, Grecia, Portugal, Letonia y Lituania, según datos de Eurostat.

Durante la primera ola del coronavirus, la tasa de letalidad de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 era del 8,2% para la población general y hasta del 21% para los mayores de 80 años. La cifra impresionaba, pero ya se sabía que la realidad era muy distinta. El porcentaje se calcula hallando la proporción de fallecidos sobre el total de los diagnosticados, y por aquel entonces la mayoría de los casos quedaba fuera de las estadísticas por la falta de pruebas diagnósticas.

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