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Mossos d'Esquadra se adiestraron junto a grupos parapoliciales pro independencia
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EN EL CONTEXTO DEL 'PROCÉS' EN CATALUÑA

Mossos d'Esquadra se adiestraron junto a grupos parapoliciales pro independencia

Una nave industrial de la calle Caracas de Barcelona sirvió desde 2012 y hasta 2016 como lugar de formación paramilitar conjunta a mossos de operaciones especiales y a colectivos 'indepes'

Foto: Mossos d'Esquadra durante una operación contra el terrorismo yihadista en Sant Pere de Ribes (Barcelona) a finales de 2017. (EFE)
Mossos d'Esquadra durante una operación contra el terrorismo yihadista en Sant Pere de Ribes (Barcelona) a finales de 2017. (EFE)

Corría el año 2011 cuando una nave de la calle Caracas 11, situada al norte de Barcelona en el polígono industrial del Besòs, estaba okupada por personas de origen rumano. Los moradores se dedicaban al comercio ilícito de cobre robado. A su propietario, Juan Mosó, se le ocurrió una idea pragmática para desalojar de su propiedad a unos inquilinos indeseados: “La solución magistral que encontré fue prestársela a los Mossos d’Esquadra para sus entrenamientos desde el año 2012. Ya no se volvió a okupar hasta que la vendí en 2017, a pesar de que era un lugar propicio para la okupación”. Así lo explica Mosó a El Confidencial.

¿Qué actividades llevaban a cabo los Mossos en esa nave? Unidades de élite de la policía autonómica catalana se entrenaban allí con el fin de estar preparados para realizar operaciones especiales en situaciones de riesgo para la ciudadanía, como en acciones antiterroristas. Parte de los agentes que allí se adiestraban eran miembros de la Unidad Central de Recursos Operativos (UCRO), un grupo semiclandestino a las órdenes de la Comisaría General de Información de los Mossos que nunca apareció en el organigrama oficial del cuerpo.

Hasta ahí, el asunto entra dentro de la normalidad de las prácticas policiales de entrenamiento. Sin embargo, lo noticiable resulta de que en esa nave industrial, junto a los agentes de la UCRO, se entrenaban individuos de grupos soberanistas de extrema derecha que estaban montando estructuras paramilitares para luchar a favor de la independencia de Cataluña y contra el Estado español.

Un grupo de mossos y de individuos parapoliciales se entrenan juntos en una nave industrial de Barcelona

En un vídeo al que ha tenido acceso este diario se aprecia cómo, en agosto de 2014, un grupo de personas vestidas con uniformes militares y encapuchados se ejercitan en tácticas de guerra. Según ha revelado a El Confidencial el hombre que grabó ese vídeo y que acudía habitualmente a esas instrucciones, entre esos individuos había policías de los Mossos, pero también elementos de extrema derecha pro independencia. En el adiestramiento usaban armas y munición simuladas.

En el segundo 53 del vídeo se aprecia a una persona que lleva en su espalda el logo de una empresa barcelonesa denominada Black Octopus. Esta sociedad, fundada en 2013, se dedica al diseño de material táctico y a comerciar productos militares, accesorios para armas de réplica y ropa de inspiración bélica. Además, organizan partidas de “air soft”, un pasatiempo en el se desarrollan juegos de simulación de prácticas militares con munición no real en campo abierto o en lugares cerrados. El hecho de que aparezca el logo de Black Octopus en el vídeo no implica necesariamente que alguno de sus socios estuviera involucrado en ese adiestramiento de elementos parapoliciales en favor de la independencia en connivencia con agentes de los Mossos.

De acuerdo con las fuentes consultadas por El Confidencial, que participaron activamente en esas prácticas parapoliciales, Rafa M. P., alias ‘Oracle’​, era el oficial de la UCRO que amalgamaba la cooperación de elementos de la extrema derecha ‘indepe’ y los Mossos. La policía autonómica catalana comenzó a indagar sobre el asunto en la denominada Operación Loki, por la que se investigó a David Puig Altisent, alias ‘Hebrón’, y a otras personas por participar supuestamente en esas actividades parapoliciales. Es decir, los Mossos llevaron a cabo las pesquisas policiales sobre un asunto que afectaba directamente a ese cuerpo.

El caso comenzó a instruirse en el Juzgado de Instrucción número 10 de Barcelona, aunque se archivó a los pocos meses, aún en 2016. La titular del juzgado de Barcelona donde residió la investigación de la causa era y es Míriam de Rosa Palacios, magistrada que firmó un manifiesto por el derecho a decidir junto a otros 33 jueces en febrero de 2014. En el texto de ese manifiesto se leía: “La cuestión clave de este debate, a nuestro criterio, radica en aceptar o no la realidad nacional de Catalunya y, por consiguiente, su plena soberanía para decidir su futuro. Debe partirse de un hecho que -pensamos- no admite discusión: Catalunya es una nación”. Entre los firmantes del manifiesto estaba también Santiago Vidal, exsenador de Esquerra Republicana de Cataluña y uno de los juristas clave en el diseño del armazón legislativo de la independencia.

Foto: Miembros del Movimiento Identitario Catalán (MIC) en una de sus concentraciones.

Los paramilitares

Según ha podido saber este medio, entre los individuos que participan en el adiestramiento parapolicial con los Mossos estaban, por poner algunos nombres negro sobre blanco, Jordi Riba i Oliveras, David Lloret y otros miembros de colectivos de la extrema derecha catalanista como Host Ifrany Catalunya.

Jordi Riba regenta el bar del centro deportivo municipal CEM Bogatell de la capital catalana. Es ahora presidente de la Associació Cultural Vibrant, grupo que respalda la independencia de Cataluña de “los Estados español y francés” y cuyo objetivo medular consiste en “volver a ser catalanes libres en una patria libre”. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha tenido contacto fluido con Riba y Vibrant. A modo de ejemplo, en el verano de 2017, Torra presidió un homenaje a Heribert Barrera (1917-2011), histórico político de ERC, el cual fue organizado por Vibrant.

placeholder Quim Torra en un acto organizado por la Associació Cultural Vibrant en 2017 en Barcelona.
Quim Torra en un acto organizado por la Associació Cultural Vibrant en 2017 en Barcelona.

Riba fundó también los nuevos Escamots d’Ordre (“pelotones para el orden”) con el fin de emular a esa misma organización paramilitar catalanista que se creó en 1922 y que estuvo activa hasta la mitad de los años treinta.

placeholder El grupo paramilitar Escamots d'Ordre desfilando en Barcelona.
El grupo paramilitar Escamots d'Ordre desfilando en Barcelona.

Llamado por El Confidencial para obtener su versión sobre su participación en grupos paramilitares por la independencia y en los entrenamientos en la nave industrial de la calle Caracas, Jordi Riba se limitó a decir: “No me interesa hablar”. Seguidamente, colgó el teléfono.

Por su lado, David Lloret cofundó los Escamots d’Ordre, reconvertidos ahora en el Moviment Identitari Català (MIC). El MIC se puso en marcha en noviembre de 2017. Lloret se muestra muy activo en actos como La Diada o en cualquier manifestación para reivindicar la independencia y un Estado catalán, valga la redundancia que el MIC usa para acentuar que abominan de la inmigración. “Per una Catalunya lliure i Catalana”, aboga ese movimiento. Se consideran, asimismo, “soldados de la patria”.

David Lloret habla en un acto del MIC en Barcelona en 2018

En varias ocasiones, los miembros del MIC han sido expulsados de manifestaciones en favor de un Estado catalán por independentistas al considerar a sus integrantes como fascistas y ultraderechistas. De hecho, desde mayo pasado, 28 integrantes del MIC están siendo investigados por el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona por supuestamente usar la violencia física contra unionistas en diversos actos públicos. “Fora fascistas”, claman algunos ‘indepes’ a los ultraderechistas del MIC en el vídeo que se muestra a continuación.

Miembros ultraderechistas del MIC son increpados en una manifestación pro independencia

Así se desbarataron sus planes

La prensa y un guardia de seguridad contribuyeron al fracaso del desarrollo de grupos paramilitares ‘indepes’ que se estaban formando con el conocimiento de una parte de los Mossos, desde al menos 2012 y hasta 2016. Siempre en tiempos de Artur Mas como presidente de la Generalitat. Fuentes policiales aseguran a este medio que un artículo publicado en septiembre de 2014 en el diario ‘El Mundo’ hizo saltar todas las alarmas en el resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En dicho artículo, el periodista Fernando Lázaro informaba de que agentes de la policía autonómica estaban organizando cursos para independentistas radicales.

La aparición en la prensa de esas actividades parapoliciales respaldadas por los Mossos provocó que el oficial de la UCRO identificado en los informes oficiales como Rafa M. P. fuera relevado de su puesto y, además, causó en parte que esa misma unidad de élite semiclandestina de los Mossos fuera desmantelada en verano de 2017. Su división heredera dentro de la policía regional es ahora la Unidad Central Operativa de Información (UCOINF).

Hoy día, a propósito de las actividades de la UCRO, la Audiencia Nacional y el Juzgado de Instrucción número 26 de Barcelona investigan si agentes de esa unidad de los Mossos d’Esquadra escribieron informes y realizaron seguimientos a dirigentes políticos, líderes sociales, periodistas y juristas activos en el unionismo y posicionados contra la independencia de Cataluña. Entre los reporteros vigilados por esa unidad de espionaje de los Mossos habría algún profesional de El Confidencial.

Foto: Manel Castellví, en una foto de archivo de 2015. (EFE)

El 26 de octubre de 2017, justo la víspera de la declaración de independencia en el Parlamento de Cataluña, acto encabezado por Carles Puigdemont, y antes de que el Gobierno de Madrid ejecutara el artículo 155 de la Constitución, miembros de la Policía Nacional interceptaron varios vehículos de los Mossos que pretendían quemar miles de documentos comprometedores en la incineradora de Sant Adrià del Besòs (Barcelona).

Entre los archivos digitales y papeles que querían destruir los Mossos había 2.717 archivos y 43 conversaciones grabadas a altos cargos políticos, policiales y empresarios próximos al soberanismo catalán. Los mismos fueron decomisados en la ya citada Operación Loki. Estaban en poder del vigilante de seguridad y escolta privado David Puig Altisent, alias “Hebrón”, quien estuvo varios años colaborando con los grupos paramilitares y parapoliciales ‘indepes’. Él afirma que se infiltró, al mismo tiempo que asegura que no compartía sus objetivos.

placeholder Fragmento del informe de CNP Barcelona sobre el material decomisado a los Mossos
Fragmento del informe de CNP Barcelona sobre el material decomisado a los Mossos

El Confidencial ha hablado con “Hebrón”, quien acaba de publicar un libro ficcionado, ‘El Ejército catalán’, donde relata sobre cómo vivió él en primera persona el adiestramiento clandestino de colectivos de la ultraderecha catalanista con el fin de que coadyuvaran a una declaración unilateral de independencia.

Consultados los Mossos d’Esquadra sobre la Operación Loki, este diario no ha recibido respuesta.

"El monopolio de la fuerza"

Una de las obsesiones de Carles Viver Pi-Sunyer (Tarrasa, 1949), calificado por la Guardia Civil como el "arquitecto" y el "auténtico artífice" de la hoja de ruta oficial de la Generalitat "para declarar y proclamar la independencia", era la seguridad interna inmediatamente posterior a la proclamación de la independencia a finales de 2017, según el plan previsto por el Ejecutivo de Carles Puigdemont. El Confidencial ha tenido acceso en exclusiva a la documentación policial y judicial derivada del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona que investiga a más de 30 funcionarios y altos cargos de la Generalitat que supuestamente cometieron delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, desobediencia y revelación de secretos en los preparativos del referéndum del 1-O en 2017. Entre esa documentación decomisada por la Guardia Civil a Viver y varias instituciones de la Generalitat se halla un informe titulado 'La seguretat interna i internacional de Catalunya'.

Uno de los fragmentos de esos escritos señalaba la necesidad del "ejercicio del monopolio público de la fuerza sobre el territorio y la población de Cataluña". Añadía el informe: "[Ese monopolio] nos aleja de la desobediencia institucional inmaculadamente pacífica. La desobediencia contagiosa es menos tolerable que la aislada. En general, la desobediencia civil, a diferencia de la institucional, es menos tolerable".

Foto: El presidente del Consejo Asesor para la Transición Nacional, Carles Viver Pi-Sunyer, junto al 'conseller' de la Presidencia, Francesc Homs (i) en 2014.(EFE)

El Instituto Armado interpreta estas afirmaciones para explicar en el informe enviado al juzgado de instrucción 13 que los autores intelectuales temían que un posible alzamiento de la ciudadanía contra sus planes pudiera "generar dos males conectados: tiranía y anarquía". Los documentos creados por los autores intelectuales del 'procés' contemplaban "un escenario de enfrentamientos", cuyas repercusiones debían ser previstas y contrarrestadas con un mayor reforzamiento de los Mossos d'Esquadra y de las policías locales de Cataluña.

Todas esas precauciones y decisiones tomadas por las cabezas pensantes del 'procés' en relación a la seguridad se acomodan al contexto explicado en este artículo sobre el hecho de que presuntamente la policía autonómica catalana se adiestrara en operaciones especiales junto individuos paramilitares.

Corría el año 2011 cuando una nave de la calle Caracas 11, situada al norte de Barcelona en el polígono industrial del Besòs, estaba okupada por personas de origen rumano. Los moradores se dedicaban al comercio ilícito de cobre robado. A su propietario, Juan Mosó, se le ocurrió una idea pragmática para desalojar de su propiedad a unos inquilinos indeseados: “La solución magistral que encontré fue prestársela a los Mossos d’Esquadra para sus entrenamientos desde el año 2012. Ya no se volvió a okupar hasta que la vendí en 2017, a pesar de que era un lugar propicio para la okupación”. Así lo explica Mosó a El Confidencial.

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