El juego de la silla en el Congreso: Vox ocupa la zona socialista y los presos la de Rivera
Todos los grupos políticos —conscientes del 'overbooking' parlamentario que se encontrarían— enviaron una avanzadilla para coger sitio. Los de Vox, eso sí, los más madrugadores
La tensión en el Congreso de los Diputados se respiró desde primera hora de la mañana. Todos los grupos políticos —conscientes del 'overbooking' parlamentario que se encontrarían— enviaron una avanzadilla de sus respectivos partidos para coger sitio. Todos, menos el PSOE. Los más madrugadores fueron los diputados de Vox, a los que los periodistas ya vieron a las siete y 20 de la mañana por la Cámara. No iban a por el primer café de la mañana, sino a reservar asientos para su grupo parlamentario. Y decidieron cogerlos en la bancada socialista. Para sorpresa del resto de la Cámara, Santiago Abascal tomó asiento en el lugar de Adriana Lastra, portavoz del grupo socialista, y justo delante del presidente del Gobierno.
El resto de sus compañeros se extendieron por toda esa fila. De manera que, en todos los planos del Gobierno, salían detrás los debutantes de Vox. Javier Ortega Smith (también candidato a la alcaldía madrileña) e Iván Espinosa de los Monteros fueron los encargados de organizar la reserva de asientos. Los criticaron políticos de todos los partidos, entendiendo una “provocación” en toda regla su actitud. “Es mala educación”, sentenciaban unos y otros. Diputados socialistas llegaban al hemiciclo alertando a sus compañeros: “Los han ocupado todos. Pero todos”. “Pues habrá que guerrear”, sentenciaba una veterana parlamentaria socialista.
Aunque los de Vox se adelantaron, no fueron los únicos. Ni mucho menos. Diputados de Ciudadanos y Unidas Podemos también acudieron a primera hora para reservar algunos puestos en las zonas más cercanas a su bancada habitual. Albert Rivera tuvo que desplazarse hacia la derecha. Todo parecía simbólico en el inicio de la sesión solemne de la XIII legislatura. El crecimiento del grupo naranja (y la disminución de los populares) provocó un desplazamiento de los diputados de Ciudadanos hacia la derecha casi natural. Aunque no fue el único motivo. El líder de Cs pretendía tomar su asiento habitual, pero los diputados de Junts per Catalunya decidieron reservar los asientos para los tres presos electos de este partido en ese sitio. De nuevo, mucho simbolismo.
Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull ocupaban los escaños de Rivera, Juan Carlos Girauta y Melisa Rodríguez. En el caso de Oriol Junqueras, tomó asiento junto a Gabriel Rufián en la zona de ERC. Rivera llegaba casi a las 10 en punto escoltado por Inés Arrimadas —una de las imágenes más esperadas en este nuevo Congreso— y otros 'pesos pesados' como José Manuel Villegas, Miguel Gutiérrez y Girauta. También acudían con ellos los fichajes más mediáticos del partido: el exdirectivo de Coca-Cola Marcos de Quinto; el abogado del Estado purgado por el Gobierno de Sánchez Edmundo Bal, y la activista gitana Sara Giménez.
A los populares nadie les quitó el sitio. De hecho, eran los diputados más sonrientes con diferencia. Pablo Casado llegaba con su número dos, Teodoro García Egea. Un rato antes ya se encontraba en el hemiciclo la todavía presidenta del Congreso, Ana Pastor —que hoy fue sustituida por Meritxell Batet—, que llegó acompañada de la exministra Isabel García Tejerina. Es de las pocas ministras de Rajoy que se mantienen con escaño. También Rafael Catalá, que llegaba con Cuca Gamarra (dirigente en auge en el nuevo PP).
Tampoco Unidas Podemos sufrió grandes agravios de sitio. La portavoz adjunta, Ione Belarra, le guardó el sitio a Pablo Iglesias. Ambos saludaron a Junqueras. También hubo saludo entre Arrimadas y los presos de Junts per Catalunya, que prácticamente estaban al lado.
Hubo otras fotografías de lo más extraño, fruto de la llamada a votación por orden alfabético. Por ejemplo, el diputado de EH Bildu Oskar Matute se encontró al lado de Manuel Mariscal (Vox). También Jon Iñarritu (EH Bildu) estuvo largo rato junto a Junqueras.
El presidente de la Mesa de Edad, Agustín Zamarrón, de 73 años y diputado por Burgos del PSOE, se vio obligado a interrumpir la lectura de los nombres de sus señorías (que se levantaban para votar) en más de una ocasión por la enorme concentración de parlamentarios que se fue organizando en torno a la tribuna. En parte, fruto de la rapidez con que leían las dos parlamentarias más jóvenes de la Cámara.
La tensión en el Congreso de los Diputados se respiró desde primera hora de la mañana. Todos los grupos políticos —conscientes del 'overbooking' parlamentario que se encontrarían— enviaron una avanzadilla de sus respectivos partidos para coger sitio. Todos, menos el PSOE. Los más madrugadores fueron los diputados de Vox, a los que los periodistas ya vieron a las siete y 20 de la mañana por la Cámara. No iban a por el primer café de la mañana, sino a reservar asientos para su grupo parlamentario. Y decidieron cogerlos en la bancada socialista. Para sorpresa del resto de la Cámara, Santiago Abascal tomó asiento en el lugar de Adriana Lastra, portavoz del grupo socialista, y justo delante del presidente del Gobierno.