Villarejo pide ahora su excarcelación con una pulsera o localización permanente

La defensa de José Manuel Villarejo ha pedido a la Audiencia Nacional poner en libertad al comisario jubilado con una serie de medidas cautelares. El abogado, que asegura que se trata del "juicio paralelo más grave de la democracia", propone para ello varias ideas, como que el expolicía se presente todos los días en el juzgado o en el puesto de la Guardia Civil de Boadilla del Monte, localidad madrileña en la que vive. Ante la "previsible presencia de terceros en el entorno del domicilio" y dada "su cercanía" con las instalaciones del instituto armado, en el escrito se sugiere incluso que un agente visite a diario la casa de Villarejo, así como que el excomisario se someta "a algún mecanismo de control telemático".

La defensa de Villarejo critica que su prisión provisional ha demostrado ser "insatisfactoria", pues "ha propiciado que se esté produciendo el juicio paralero más grave de nuestra democracia por la filtración del contenido de la causa en prácticamente todos los medios de comunicación". En el escrito, al que ha tenido acceso El Confidencial, se critica así "la grosera vulneración del secreto sumarial" en la causa que instruye el magistrado de refuerzo Diego de Egea, que ha renunciado a continuar al frente de la investigación a raíz de sus enfrentamientos con la Fiscalía Anticorrupción, informan fuentes jurídicas.

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Su abandono se produce en uno de los puntos más sensibles para la causa, cuando el magistrado barajaba, como adelantó este diario, rebajar la prisión incondicional de Villarejo e imponerle una fianza millonaria para abandonar la cárcel. De Egea estudiaba la posibilidad de compaginar la caución con medidas para compensar el riesgo de fuga y de destrucción de pruebas, como la imposición de una pulsera de localización, el apagón informático o las visitas diarias de agentes de las Fuerzas Armadas. En su escrito presentado el pasado viernes ante el Juzgado Central de Instrucción número 6, la defensa de Villarejo recoge ahora varias de estas propuestas e intenta que su cliente salga de la cárcel antes de la llegada del próximo magistrado.

Para ello, el abogado Antonio José García Cabrera apunta también a la salud del expolicía, que según el escrito presenta un "deterioro clínico significativo". A lo largo de más de una página, su defensa expone un supuesto "empeoramiento de su estado físico y psíquico", mencionando en este sentido su "extrema vulnerabilidad espinal" y sus problemas con la tensión, que le hacen "visitar diariamente la enfermería". "Hago especial hincapié en el capítulo de posibles traslados en vehículos rodados que no dispongan de las medidas adecuadas para la protección espinal y que han resultado especialmente deletéreos en los pasados meses", subraya en el escrito.

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Otro de los argumentos que se recoge en el escrito es que Villarejo está seguro de su "inocencia", por lo que no hay riesgo de fuga. Su defensa destaca además su edad, 67 años, asegurando que se asume por ello que es "una persona con una vida ya hecha" que en ningún caso "se sustraería a sus obligaciones con el tribunal". Asimismo, recuerda que "tiene una familia a cargo a la que ha de atender" y un "arraigo social, profesional y económico" que, según sostiene, descartan la posibilidad de una huida.

Basándose en este razonamiento, el abogado propone que se le permita salir de prisión hasta que haya sentencia firme, para lo que propone medidas como las que se aplican a algunos condenados por violencia de género o delitos sexuales que tienen que llevar una pulsera telemática. La defensa alega que la justicia debe adaptarse a las nuevas tecnologías, sugiriendo así que se utilicen distintos métodos que garanticen la "localización permanente" de Villarejo. De Egea o su sustituto tendrán ahora que estudiar si estas medidas son suficientes para permitir que abandone la cárcel, situación que ya se ha descartado anteriormente por la posible destrucción de pruebas.