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"Que nos quiten de la lista de los pueblos más bonitos o aquí van a morir turistas"
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un pueblo del bierzo pide darse de baja

"Que nos quiten de la lista de los pueblos más bonitos o aquí van a morir turistas"

Las lluvias y los desprendimientos han hecho impracticables los accesos al pueblo. La única manera de llegar es por un camino ganadero en el que los turistas se juegan la vida

El 13 de julio, varios vecinos de Peñalba de Santiago tuvieron que subir con chubasqueros al camino de tierra que da acceso al pueblo para rescatar a una familia de turistas sevillanos. El coche patinaba, atascado en el barro, y la pista amenazaba nuevos desprendimientos. "Estaban en el borde, era peligroso, y a la señora le dio un ataque de ansiedad. Hubo que sacarla a horcajadas del interior del vehículo. El niño estaba pálido y el padre, más entero, fue el único que salió por su propio pie. No llegaban los servicios de emergencias y tuvimos que ir nosotros porque aquello era un número. ¿A ti te parece normal?", pregunta José Manuel Neira, presidente de la Asociación de Vecinos de esta pequeña pedanía de Ponferrada (El Bierzo).

placeholder El único camino transitable para llegar al pueblo. (P.S.)
El único camino transitable para llegar al pueblo. (P.S.)

Por situaciones como esta, los vecinos han decidido solicitar que quiten el nombre de Peñalba de Santiago de la lista de 'Pueblos más bonitos de España', cancelar todos los eventos turísticos programados para este verano —incluida la fiesta mozárabe—, e incluso anular las reservas de las casas rurales. "Es que no se están dando las condiciones de seguridad mínimas. Lo que no queremos es atraer a la gente, decirles que vengan, y que se nos mate alguien después. Al final aquí van a morir turistas y entonces nos daremos cuenta del problema. El otro día tuvo que venir Protección Civil a sacar a 30 del aparcamiento. Es un peligro constante y desde que estamos en la asociación y nos promocionan llega muchísima gente. Son casi cuatro kilómetros muy complicados, no aptos para gente que no está acostumbrada", reclama Susana Rodríguez, la alcaldesa pedánea.

placeholder Uno de los caminos cortados. (P.S.)
Uno de los caminos cortados. (P.S.)

Efectivamente, el acceso al pueblo no es sencillo. El primer camino, el único asfaltado, lleva cubierto de pedruscos todo el verano a causa de los sucesivos derrumbes provocados por las lluvias. Con paciencia, y desatendiendo las órdenes del GPS, se localiza el segundo acceso, una pista forestal, también cortada a causa de una avalancha de tierra que la hizo desaparecer por completo hace semanas. "Por ahí no se puede ir ya ni siquiera andando", dice Rodríguez. El tercer camino a Peñalba, el único que queda abierto, es un paso ganadero que serpentea montaña abajo y abre curvas de 180 grados sobre el valle, una detrás de otra. En un día soleado y seco, las ruedas de un turismo patinan en el polvo. "Cuando llueve, que aquí pasa mucho, directamente se convierte en una trampa. Hay que llevar ruedas especiales. Y puedes tener un disgusto hasta con un todoterreno", dicen los vecinos del pueblo.

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placeholder Escenas del pueblo. (P.S.)
Escenas del pueblo. (P.S.)

Con los accesos principales cortados, Peñalba de Santiago no dispone de recogida de basuras desde hace semanas, y las bolsas se acumulan en los contenedores de la entrada, como si fuese Nápoles en un mes malo. Tampoco llega el cartero, ni el autobús a demanda que acerca a Ponferrada y del que depende la movilidad de los más mayores. "Estamos totalmente aislados. Imagínate que alguien necesita una ambulancia. Hay un matrimonio con el Sintrón y tienen que ir pidiendo favores o llamando a los hijos de Madrid. Aquí pasan el verano muchos mayores. Yo vivo del turismo y ahora lo tengo vacío. Pero prefiero estar así a que se mate alguien bajando al pueblo", dice Paco en el bar del pueblo.

placeholder La iglesia mozárabe del siglo X. (P.S.)
La iglesia mozárabe del siglo X. (P.S.)

A pesar de las advertencias desplegadas en la carretera y de la dificultad de encontrar el único camino accesible, todos los días algún grupo de turistas se abren camino hasta el pueblo. Jorge, su mujer y su hija, pasean a mediodía por las cuatro calles de la pedanía haciendo fotos. "Está complicado, es verdad. Venía hablando con mi mujer de eso, de que si nos llueve de aquí no salimos. Pero merece la pena porque el pueblo es precioso", dice, tras reconocer que ha llegado aquí atraído por la guía de 'Pueblos más bonitos de España'.

placeholder El Valle del Silencio. (P.S.)
El Valle del Silencio. (P.S.)

Diez veces más turistas

El éxito de esta asociación es tan arrollador que reúne ya a 68 localidades. Algunas han llegado a multiplicar por diez las visitas desde que se unieron. "Ha pasado en Anento, en Zaragoza, que tenía 1900 visitas en 2014 y en 2017 sumaron 23.000. En Calaceite, Teruel, se multiplicaron por cinco. Y en Mondoñedo, en Galicia, se ha doblado en los primeros seis meses. Lo bueno es que los turistas llegan todo el año, no solo los fines de semana y la gente está encantada", comenta Francisco Maestre, el presidente de la asociación. En su opinión, los vecinos de Peñalba están utilizando el tema para meter presión a las autoridades, pero no van en serio. "En el fondo no quieren salirse, están encantados porque les llegan más turistas. Lo que quieren es que les arreglen la carretera y por eso amenazan", dice.

placeholder Turistas y vecinos por el pueblo. (P.S.)
Turistas y vecinos por el pueblo. (P.S.)

El pueblo está erguido sobre una peña en el fondo del exuberante Valle del Silencio, entre bosques de roble, farallones de piedra y torrentes de agua. Las casas, conservadas como en la Edad Media, se levantaron alrededor del monasterio y la Iglesia de Santiago, una edificación mozárabe del siglo X que todavía puede visitarse y que a su vez se ubicó cerca de la famosa gruta de San Genadio, donde se habría retirado el santo. El conjunto arquitectónico fue declarado Monumento Nacional en 1931. "Censadas hay unas 20 personas, pero mucha gente de los alrededores tiene casa o la ha comprado porque es un sitio especial. No sé si hay algo parecido. En verano y fechas como Semana Santa está muy animado y desde que entramos en la lista de los pueblos más bonitos hay días que aquí se juntan 500 coches. Hemos tenido que habilitar dos 'parkings' de tierra fuera y a veces se llenan".

Maquinaria adecentando el camino. (P.S.)

En la pista rural por la que se accede al pueblo trajinan varias máquinas, entre ellas una apisonadora, realizando labores de urgencia entre tormenta y tormenta. La Diputación insiste en que también están desescombrando lo que se puede en el acceso principal. Y dicen que, en todo caso, se trata de apaños provisionales mientras trabajan en una solución definitiva. "El problema es que todos los caminos, menos el último, están construidos sobre un torrente. Lo que estamos haciendo es reforzar el firme del único acceso que queda y la idea es convertirlo a medio plazo en una carretera asfaltada, con sus quitamiedos y todo. Estamos tramitando la partida presupuestaria para iniciar el proyecto", aseguran al teléfono. Una vez se haga transitable ese paso, se procederá a reforzar la carretera principal, prometen. "Se han contratado a unos geólogos de Madrid para ver cómo evitar que vuelvan a producirse derrumbes cuando llueva".

placeholder El bar de Paco, prácticamente vacío. (P.S.)
El bar de Paco, prácticamente vacío. (P.S.)

Paco, en la barra vacía de su bar, delante de un botellín y una tapa de cecina, refunfuña que no se fía. "Aquí estamos sin ingresos una familia entera y no aparece nadie a preocuparse, con lo que hemos peleado en este pueblo para darle vida. Yo creo que no tienen más que limpiar los sedimentos y que la gente pueda pasar sin peligro. Si hay tormenta ya nos encargaremos nosotros de cerrar el acceso. Lo que no podemos es estar aquí prisioneros".

"Prisioneros no, Paco. Estamos confinados", le corrige Neira.

"Confinados, pues eso, confinados. ¿A ti te parece lógico?".

El 13 de julio, varios vecinos de Peñalba de Santiago tuvieron que subir con chubasqueros al camino de tierra que da acceso al pueblo para rescatar a una familia de turistas sevillanos. El coche patinaba, atascado en el barro, y la pista amenazaba nuevos desprendimientos. "Estaban en el borde, era peligroso, y a la señora le dio un ataque de ansiedad. Hubo que sacarla a horcajadas del interior del vehículo. El niño estaba pálido y el padre, más entero, fue el único que salió por su propio pie. No llegaban los servicios de emergencias y tuvimos que ir nosotros porque aquello era un número. ¿A ti te parece normal?", pregunta José Manuel Neira, presidente de la Asociación de Vecinos de esta pequeña pedanía de Ponferrada (El Bierzo).

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