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Las tres sentencias que sí condenaron al alcalde que secuestró ‘Fariña’
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Las tres sentencias que sí condenaron al alcalde que secuestró ‘Fariña’

El mismo Supremo que lo absolvió del delito contra la salud pública por un defecto de forma condenó a Alfredo Bea Gondar hasta en tres ocasiones

Foto: Portada de 'Fariña', de Nacho Carretero.
Portada de 'Fariña', de Nacho Carretero.

Alfredo Bea Gondar es un habitual del Tribunal Supremo. De esa gente habituada a los pleitos, que contaba entre sus mejores amigos a un abogado, el difunto Pablo Vioque, que además de ejercer su profesión lo mismo dirigía un desembarco de droga que ordenaba matar al fiscal antidroga de la Audiencia Nacional. Es una sorpresa solo relativa que regresara a esos juzgados que tanto frecuenta hasta conseguir el secuestro del libro 'Fariña', de Nacho Carretero, por relacionarlo con un alijo de 30 kilos de cocaína del que fue absuelto por un defecto de forma. El exalcalde de O Grove (Pontevedra) quiere hacer valer su derecho al honor. No podría conseguirlo en las otras tres ocasiones en que su nombre apareció en las sentencias del TS. En una de ellas, por un caso relacionado también con el narcotráfico.

El Supremo tumbó en 2006 una sentencia de la Audiencia Nacional por tráfico de drogas prolija en detalles, y que contaba con la propia confesión del acusado. Tras una instrucción de Baltasar Garzón, el fallo de la Audiencia relataba que a mediados de 1990, siendo por lo tanto aún alcalde, Bea “proyectó introducir en España una importante cantidad de cocaína, procedente de Sudamérica, encargándose al efecto de buscar a los oportunos proveedores de la sustancia estupefaciente, (…) así como de hacerse de la necesaria embarcación en la que cargar la droga para su transporte hasta nuestro país”. Lo condenaba a cuatro años de prisión mayor y a una multa de 600.000 euros, pero el Supremo anuló la sentencia tras desdecirse Bea de su confesión inicial e invalidar la prueba principal: el testimonio de un arrepentido.

No tuvo tanta suerte el exalcalde, amigo personal de Manuel Fraga, las otras tres veces que una sala del Supremo se reunió para estudiar sus recursos, en los que habitualmente estaba representado por el narco Vioque, más amigo todavía del fundador del Partido Popular, y defensor también de personajes como Sito Miñanco, Laureano Oubiña o Luís Falcón, 'Falconetti'. Una de ellas fue por un delito de desobediencia. Perdió. Otra, por prevaricación y malversación. Culpable. Y la tercera, por blanquear fondos procedentes del narcotráfico. El hombre que ahora reclama el derecho a su honor por un párrafo del libro de Carretero fue condenado por hacer lo que la sentencia de la Audiencia Nacional consideraba probado: lavar dinero procedente del tráfico de drogas.

El hombre que ahora reclama el derecho a su honor fue condenado por hacer lo que la sentencia de la AN consideraba probado: lavar dinero de las drogas

Dos de esas causas, las dos primeras, están relacionadas con su polémica gestión como alcalde. Quien ya presidiera el Ayuntamiento de O Grove durante el franquismo reconquistó la alcaldía en democracia en 1983 al frente de una lista de independientes, antes de pasarse a Alianza Popular. Pero ocurrió que uno de sus concejales, hasta entonces uno de sus mejores amigos, se fugó al CDS de Suárez y lo dejó en minoría. Claro que para proceder al cambio de alcalde era necesario convocar un pleno, y Bea se resistió hasta el extremo.

Tal y como precisa el fallo confirmado por el TS, la Audiencia Territorial de A Coruña dictó una sentencia el 28 de enero de 1985 en la que le ordenaba la convocatoria del pleno. El Juzgado de Paz de O Grove se lo requirió personalmente con expreso apercibimiento de incurrir en delito de desobediencia grave. El alcalde lo hizo, pero “fijando maliciosamente y con evidente propósito de retraso indebido” la fecha del 28 de febrero del siguiente año. Tras nuevos requerimientos, el pleno fue finalmente convocado para el 16 de marzo de 1985, pero lo que ocurrió ese día es que gran número de personas accedieron al salón de plenos sin que Bea Gondar adoptase “medida de limitación a dicha entrada”, ni atendiese el ofrecimiento de la policía de desalojar el lugar. Tampoco aceptó la petición de celebrar la sesión en un lugar alternativo.

Prevaricación

Se mantuvo en el cargo hasta 1991, año en que protagonizó otro rocambolesco sainete: fue elegido alcalde de forma no presencial, ya que estaba recluido en Alcalá Meco, para ser destituido dos días más tarde por no presentarse a su toma de posesión. Fue durante ese largo mandato cuando cometió otro de los delitos de los que no le salvó el Supremo, que ese mismo 1991 en que ingresaba en prisión como presunto narcotraficante ratificaba una condena de la Audiencia Provincial de Pontevedra por prevaricación, consistente en un pago de 7,6 millones de pesetas sin justificación ni partida presupuestaria.

Fue elegido alcalde de forma no presencial, ya que estaba en Alcalá Meco, para ser destituido dos días después por no presentarse a su toma de posesión

El expediente de ese pago comenzó a tramitarse en noviembre de 1983 por el alcalde, pero la secretaria y el interventor le advirtieron de que para ello era necesario el respaldo del pleno, y, como es sabido, Bea Gondar era reacio a convocarlos. Para sacar adelante su partida, el entonces regidor reunió a la comisión informativa de Hacienda, que aprobó la propuesta del pago. Y cuando finalmente se reunió la corporación al completo, el expediente no contó con la preceptiva mayoría hasta en dos ocasiones. En diciembre de 1983 dictó un decreto para modificar el presupuesto, nuevamente con los informes en contra de los funcionarios municipales, y ordenó la publicación del pago en el Boletín Oficial de la Provincia. La porfía de Bea continuó hasta el punto de desoír al Tribunal Económico-Administrativo y aprobar, ya en 1984, la certificación del Mercado y Lonja de O Grove y su correspondiente pago, por un valor de 7.592.042 pesetas. Fue condenado a seis años y un día de inhabilitación especial para el cargo, como después confirmó el Supremo.

Lavado de fondos de la droga

Si con las sentencias en la mano Bea Gondar puede reclamar que no se le tache de narco, la tercera causa por la que lo condenó el alto tribunal lo convierte en un blanqueador de fondos procedentes de la droga y miembro de una organización criminal. En 2005, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional lo condenó a tres años y tres meses de prisión y a una multa de 1,8 millones de euros por el lavado de capitales originados por el tráfico de droga, tal y como confirmaría el Supremo, que elevó además la condena a cuatro años, siete meses y 15 días, al considerar que concurría el agravante de pertenencia a una organización criminal. Las dos sentencias consideraron probado que al menos en una ocasión Bea viajó de Madrid a Burgos para entregar una maleta con dinero en la sucursal del Banco Espíritu Santo de la que era director el también acusado Marcial Luis Herrero de Zabaleta.

Tuvo sucesor en su hijo, concejal del PGD, apartado de la política por una sentencia que lo condenó a siete años de inhabilitación por prevaricación

Todos estos casos alejaron de la política al hombre que dirigió el Ayuntamiento de O Grove durante casi dos décadas a lo largo de dos etapas, aunque tuvo sucesor en su hijo, Alfredo Bea, 'Fredi', concejal del Partido Galeguista Demócrata, que ocupó cargos en el Gobierno local durante ocho años como aliado de PSOE, Esquerda Unida, BNG, PP y los independientes de A Meca. Fiel a la tradición familiar, Fredi fue apartado de la política por una sentencia que lo condenó a siete años de inhabilitación por prevaricación, al quedar probado que había retirado una multa de tráfico de 200 euros a un miembro de Protección Civil.

Alfredo Bea Gondar es un habitual del Tribunal Supremo. De esa gente habituada a los pleitos, que contaba entre sus mejores amigos a un abogado, el difunto Pablo Vioque, que además de ejercer su profesión lo mismo dirigía un desembarco de droga que ordenaba matar al fiscal antidroga de la Audiencia Nacional. Es una sorpresa solo relativa que regresara a esos juzgados que tanto frecuenta hasta conseguir el secuestro del libro 'Fariña', de Nacho Carretero, por relacionarlo con un alijo de 30 kilos de cocaína del que fue absuelto por un defecto de forma. El exalcalde de O Grove (Pontevedra) quiere hacer valer su derecho al honor. No podría conseguirlo en las otras tres ocasiones en que su nombre apareció en las sentencias del TS. En una de ellas, por un caso relacionado también con el narcotráfico.

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