Cuatro heridos en una operación policial contra el narco gallego Sito Miñanco

Agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional han detenido este lunes por la mañana a José Ramón Prado Bugallo, alias 'Sito Miñanco', y a varios miembros de su organización en una amplia operación dirigida por la Fiscalía Antidroga y la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, que actúa en funciones de guardia, y desarrollada en Galicia, Madrid y Andalucía.

El que fuera mayor narcotraficante de España durante los años noventa y conocido como el Pablo Escobar español por su vinculación con los cárteles colombianos disfrutaba de permisos diarios desde 2015. Según fuentes policiales, desde que le fue concedido el régimen de semilibertad ha seguido dirigiendo la introducción de grandes cantidades de cocaína en España y blanqueando dinero de la droga con ayuda de colaboradores.

En la operación, que ha tenido lugar el mismo día en que la Brigada de Estupefacientes cumple 50 años, se han producido cuatro heridos. Se trata de dos policías del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y dos miembros de la trama liderada aún por Miñanco, que han sufrido daños de diversa consideración como consecuencia del intercambio de disparos que ha tenido lugar en una nave de tiro de Alpedrete (Madrid) durante la entrada de los agentes. Uno de los heridos —supuesto miembro de la trama— ha sido hospitalizado aunque su pronóstico aún no ha sido hecho público. Los dos policías alcanzados por las balas están fuera de peligro. Los policías entraban en este inmueble con el fin de arrestar a varios ayudantes del narco.

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Junto a Prado Bugallo y a estos colaboradores, la policía también ha detenido a su mujer, Rosa María, en Cambados (Pontevedra), donde esta residía. Fuentes policiales explican que el narco gallego controlaba la organización desde que se le concedieron los permisos penitenciarios en 2015 y que seguía manteniendo contactos con otros miembros del clan. Actualmente, Miñanco acudía al centro de reinserción de Algeciras únicamente para dormir por las noches. Allí, de hecho, ha sido detenido.

La operación policial, que está en marcha desde 2016, conllevará un total de 40 detenciones previsiblemente, aunque no todas ellas implicarán un paso a disposición judicial. Las que sí requieran ser presentadas ante la jueza Lamela lo harán a partir del próximo miércoles. La actuación además contempla 47 registros en distintos puntos de las tres comunidades autónomas mencionadas.

Prado Bugallo (Cambados, 1955) se dedicó al contrabando de tabaco hasta finales de los ochenta, cuando rediseñó su negocio y comenzó a traficar con cocaína que provenía de Latinoamérica. En concreto, durante años mantuvo cercanas relaciones con el cártel de Cali (Colombia). En aquella época, tuvo a sueldo a miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, empleados de operadoras de telefonía que le alertaban de cuando su terminal era pinchado, inspectores de Hacienda e incluso, cuando estuvo en la cárcel de Huelva, también a funcionarios de prisiones y a la mismísima cúpula del centro penitenciario.

Su tren de vida mostraba su poco interés por ocultar las riquezas de que disponía. Contaba con numerosos vehículos de alta gama —desde Ferraris a BMW—, frecuentaba los mejores restaurantes y contrataba los servicios de prostitutas de alto 'standing' que acudían a diario a su mansión hasta que fue detenido en 2001. Salió a los siete meses, pero volvió a delinquir —fue 'cazado' controlando la entrada de cinco toneladas de coca en España— y dio de nuevo con sus huesos en prisión. La policía sospechaba que, durante su estancia en la cárcel, seguía controlando la organización.

Su condena terminaba en 2018, aunque desde 2015 disfrutaba de un permiso especial para salir entre semana. La Audiencia Nacional acordó excarcelarle con el fin de que el preso pudiera ir a trabajar de lunes a viernes, aunque con la prohibición de viajar a Galicia. En concreto, en aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, el juez José Luis Castro permitió que abandonara la cárcel de Valladolid donde se encontraba ingresado como "paso previo" a la concesión del tercer grado y a la libertad condicional.

En semilibertad a pesar de su reincidencia

En el auto de concesión de los permisos para ir a trabajar, de hecho, el magistrado Castro, responsable de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, dio cuenta de su "reincidencia delictiva" como aspecto negativo de su evolución. En concreto, señaló su "rápida reincidencia tras la última excarcelación" junto al "tipo de delito", la "especial gravedad de los hechos", su "pertenencia a una organización delictiva" y "la cuantía de la condena impuesta". Como factores a su favor, sin embargo, destacó "la antigüedad de los hechos delictivos, el avanzado estado de cumplimiento de la condena, la buena conducta penitenciaria, el buen uso de los permisos de salida y su apoyo familiar". "Por otra parte, ha manifestado su arrepentimiento y repudio por la actividad delictiva cometida", aseguró el auto que le excarceló en abril de 2015.

El juez Castro se posicionó de este modo después de que el propio Miñanco, que hoy cuenta con 62 años, solicitara en 2015 la libertad condicional al tiempo que presentaba una oferta laboral fuera de Galicia. "Es necesario evitar el daño que la presencia del interno pueda producir a las víctimas o a su familiares que actualmente vivan en la zona de la que es oriundo el interno, por ello, es coherente la pretensión del interno de presentar una oferta laboral fuera de la comunidad autónoma gallega", argumento el magistrado.