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Las tres guerras de Murcia que apuntalan la supervivencia de Pedro Antonio Sánchez
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LAS MOCIONES CRUZADAS REFUERZAN AL PP

Las tres guerras de Murcia que apuntalan la supervivencia de Pedro Antonio Sánchez

El último movimiento del PSOE confirma las posturas irreconciliables de la oposición en la Región: todos apuestan por una moción con un fin distinto. Y mientras, el presidente continúa

Foto: El presidente del PP de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, con su antecesor, Ramón Luis Valcárcel, el pasado 18 de marzo. (EFE)
El presidente del PP de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, con su antecesor, Ramón Luis Valcárcel, el pasado 18 de marzo. (EFE)

Al menos, de momento, la continuidad de Pedro Antonio Sánchez al frente del Gobierno de Murcia no peligra tanto como pudiera parecer a pesar del cruce de mociones de censura. Lo único que tienen en común los tres grupos de la oposición es su deseo de que el dirigente popular abandone el Palacio de San Esteban a causa de su imputación por cuatro supuestos delitos en el caso Auditorio. Pero, el 'modus operandi' y la finalidad para que se produzca esa marcha son tan distintas como irreconciliables: los socialistas —apoyados por Podemos— apuestan por un Gobierno alternativo liderado por la izquierda y Ciudadanos —que sostiene la mayoría de los populares— quiere un cambio de presidente (del PP) o nuevas elecciones.

El último movimiento del PSOE, adelantándose al anuncio del partido de centro —que pretendía registrar la moción de censura el próximo lunes, en caso de disponer de los escaños suficientes— no es más que un gesto político: abanderar la causa de que Sánchez debe dimitir proponiendo una alternativa encabezada por la segunda fuerza. Y no es más que eso porque la pretensión de Rafael González Tovar, el secretario regional socialista, sólo prosperaría con el apoyo de los cuatro diputados de Ciudadanos que, desde el primer momento, se desmarcaron de dicha iniciativa: ellos sólo estarán en una moción "instrumental" cuya única finalidad sea convocar elecciones anticipadas si el PP no las convoca antes o pone al frente de la comunidad a un presidente que no esté imputado. En otras palabras: la oposición es presa de sus propios deseos imposibles.


Guerra 1: la moción "instrumental"

Tras conocerse la imputación del presidente autonómico por supuestos delitos de prevaricación continuada, fraude contra la administración pública, falsedad en documento oficial y malversación de caudales públicos, Ciudadanos puso sobre la mesa la necesidad de que el PP sustituyera a Sánchez por otro de sus dirigentes. El motivo de la exigencia respondía al primer punto del acuerdo de investidura firmado entre ambas formaciones en el que se establecía que la imputación por corrupción política conllevaría la dimisión inmediata.

Ciudadanos insiste en que solo quiere que prospere una moción contra Sánchez para que el nuevo presidente pueda convocar nuevas elecciones

Ante la negativa de los populares, Ciudadanos dio un paso más allá y abrió una ronda de negociación con el Partido Socialista para explorar la vía de una moción de censura denominada "instrumental" por la finalidad que la misma tenía: convocar elecciones anticipadas. Para ello, los de centro fijaron el plazo de un mes en el que o los populares cambiaban al presidente autonómico o registrarían esa moción. El ultimátum caduca el lunes pero Ciudadanos no dará el paso por falta de apoyos. Ni PSOE ni Podemos comparten su objetivo y ninguno cederá tres diputados para que los de centro registren la moción (son necesarios siete y Ciudadanos tiene cuatro).

En ese sentido las negociaciones continúan aunque parece improbable que la marcha de Sánchez vaya a venir de la mano de un acuerdo por el que necesariamente pasan socialistas y el partido morado. Entretanto, los contactos en Madrid entre PP y Ciudadanos son continuos y pasan por el secretario general naranja, José Manuel Villegas, y el coordinador general conservador, Fernando Martínez-Maillo.

El PSOE murciano da el paso y presenta una moción de censura contra Pedro Antonio Sánchez

Guerra 2: "Hasta la apertura del juicio oral"

En el PP la postura también es hoy por hoy inamovible. Los populares ratificaron su confianza en Pedro Antonio Sánchez al elegirlo como presidente de los populares murcianos en su XVI Congreso regional hace días y este accedió al cargo "con la conciencia tranquila", según dijo él mismo. La doctrina en el PP ante la exigencia de los de centro para que Sánchez dimita es clara: ven "inconsistencia" en la acusación contra su dirigente y prevén que se produzca el archivo de la causa. Aun así, el PP considera que el pacto firmado con Ciudadanos contempla la dimisión por corrupción política cuando se produce la apertura de juicio oral y no antes, por mucho que Sánchez ya haya acudido a declarar en calidad de investigado (antes llamado 'imputado').

El PP ve "inconsistente" la acusación contra el jefe del Ejecutivo regional y prevén que se produzca el archivo de la causa, y no da su brazo a torcer

Mientras tanto, los líos de la oposición (con dos iniciativas de mociones de censura) lo único que hacen en este momento es reforzar a Sánchez en el cargo. Mientras no haya un acuerdo entre las tres fuerzas no habrá peligro real. El PP tiene 22 diputados en la Asamblea regional (solo está a uno de la mayoría absoluta), haciendo necesario un pacto entre todos los diputados restantes en la Cámara (13 de PSOE, 6 de Podemos y 4 de Ciudadanos) para poder desbancar al presidente.

Guerra 3: el gol del PSOE... que no prosperará

Por último, los socialistas entraron en juego este viernes con una maniobra inesperada y abocada al fracaso al registrar una moción firmada por los 13 diputados del PSOE, liderada por Tovar, y que Podemos respalda. El objetivo: adelantarse a Ciudadanos en la acción contra Sánchez e intentar que los de centro se retraten en este nuevo escenario que también permite echar a Sánchez del Gobierno. Cosa que los naranjas descartan desde el inicio y ratificaron ayer mismo Villegas y el propio Albert Rivera: sólo apoyarán una moción que permita a los murcianos acudir a las urnas y no se plantean “quitar al presidente para que el PSOE se reparta las sillas”.

El caso es que el PSOE nunca ha estado alineado con Ciudadanos en esta cuestión como les han trasladado en sus últimas conversaciones. El partido está dispuesto a liderar una moción de censura convencional, para intentar montar un Gobierno alternativo, sacar al PP del poder tras 22 años ininterrumpidos y desalojar al presidente Sánchez. Pero los socialistas no están dispuestos a acudir a las urnas ahora que su partido se encuentra inmerso en un proceso de primarias y afrontará su decisivo congreso federal antes del verano. No consideran que sea el momento y tanto la dirección regional como la federal, en manos de la gestora de Javier Fernández, coinciden en esa premisa.

El PSOE quiere desalojar al PP y montar un Gobierno alternativo sustentado en Podemos y C's. La posición está consensuada con Ferraz

La estrategia del PSOE es lanzar la pelota al tejado de Ciudadanos, hacerle que opte entre el PP o un Ejecutivo del cambio. Tovar advertía a la oposición de que la "única solución" para "limpiar" el Gobierno regional y acabar con una situación de "mucho hedor" es respaldar la moción de censura. La única salida, decía, para tener un Ejecutivo "honrado".

El PSOE emplaza a C's y Podemos a apoyar moción de censura para "limpiar" Murcia

Los socialistas son conscientes de que su iniciativa está, hoy por abocada al fracaso. Pero no tiran la toalla. La intención de Tovar y de su equipo negociador es conversar "hasta la votación final" con la formación naranja, exprimir al máximo el tiempo disponible. El estatuto impone que no podrá ser votada hasta que transcurran cinco días desde su presentación, lo que sitúa el pleno, como pronto, el 3 de abril. Pero no fija un plazo máximo para el debate. La dirección regional sostiene que, aunque se pierda, el paso habrá merecido la pena, tanto de cara a sus militantes como a sus votantes.

Al menos, de momento, la continuidad de Pedro Antonio Sánchez al frente del Gobierno de Murcia no peligra tanto como pudiera parecer a pesar del cruce de mociones de censura. Lo único que tienen en común los tres grupos de la oposición es su deseo de que el dirigente popular abandone el Palacio de San Esteban a causa de su imputación por cuatro supuestos delitos en el caso Auditorio. Pero, el 'modus operandi' y la finalidad para que se produzca esa marcha son tan distintas como irreconciliables: los socialistas —apoyados por Podemos— apuestan por un Gobierno alternativo liderado por la izquierda y Ciudadanos —que sostiene la mayoría de los populares— quiere un cambio de presidente (del PP) o nuevas elecciones.

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