La madre que prostituía a su niña la ofreció a unos magrebíes a 15 euros 'el pase'

La madre tiene 32 años, aunque nadie lo diría. Por su deteriorado aspecto físico, aparenta muchos más. El alcohol y el tabaco la tienen consumida por dentro y por fuera. Ya ni siquiera puede ganarse la vida como prostituta. Por eso ofreció a sus antiguos clientes los servicios de su hija, una niña de 13 años de rasgos rusos, país en el que nacieron ambas. Se trataba de un grupo de magrebíes que conocía del barrio. Les pidió 15 euros por pase; es decir, por cada 'servicio' que les prestara la pequeña.

Ella estaba acostumbrada. No era la primera vez que su madre la forzaba a acostarse con hombres. De hecho, la Policía Nacional la pilló con uno de 59 años al que detuvo el pasado 17 de enero. El acusado se encuentra ahora mismo en la cárcel, sin posibilidad de abonar fianza alguna para abandonar el centro penitenciario. El juez le imputa corrupción de menores y abuso sexual. Es, sin embargo, el único que hay actualmente entre rejas por forzar a la niña. Los agentes de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos tuvieron que precipitar la operación cuando descubrieron que la madre la estaba ofreciendo al mencionado grupo de magrebíes.

No podían arriesgarse a que los hechos se produjeran y reventaron el operativo de seguimiento que habían iniciado 10 días antes, cuando un ciudadano les alertó de que había una niña deambulando por la zona con su hermano de nueve años y ofreciéndose a los hombres. Entraron de golpe en la casa del depravado de 59 años y le arrestaron. Registraron el inmueble y se llevaron numeroso material informático que aún están analizando.

Los investigadores tienen claro que la niña tuvo muchos otros encuentros con clientes de la madre, tanto en Almería, donde los tres habían llegado a finales del pasado año, como en la provincia donde vivieron antes. La niña, sin embargo, ha activado un mecanismo de defensa que le impide contar más allá del episodio con el detenido. Los agentes no descartan por ello detener a más depredadores, aunque hoy por hoy lo consideran poco probable, ya que no tienen más sitios donde intentar obtener datos fuera del testimonio de la pequeña.

Le pegaba si no traía alcohol y tabaco

Sí ha explicado la niña que su madre la maltrataba cuando no traía alcohol y tabaco, que le pegaba y le insultaba si no venía a casa con las mencionadas provisiones, destinadas a alimentar el enfermo estómago de su progenitora. El hombre de 59 años, de hecho, pagaba los 'servicios' que prestaba la pequeña con bolsas de comida, que era lo único que entraba en la destartalada vivienda para el más chico de la casa.

La niña no conocía otra forma de ganarse la vida más allá de la prostitución, porque era lo que había visto en casa

El menor de nueve años era hermano de la niña porque ambos tenían en común a la misma madre, pero cada uno era de un padre. El de ella había muerto años atrás en Rusia. De hecho, probablemente fue el suceso que motivó que la mujer cogiera a su hija y viajara a España. El del pequeño era un español que se acostó con la rusa y la abandonó al poco de llegar a nuestro país. Nunca se hizo cargo de su hijo.

La niña no conocía otra forma de ganarse la vida más allá de la prostitución, porque era lo que había visto en casa. Tan solo durante una semana estuvo trabajando 10 horas al día en una pastelería. La pequeña limpiaba suelos y mesas a cambio de cinco euros al día. El dueño del establecimiento, de hecho, tendrá que asumir previsiblemente una multa después de que la policía le detuviera también en el marco de la misma investigación y el juez le dejara en libertad con cargos.

Hoy, sobre la madre pesa una orden de alejamiento. No puede acercarse a sus hijos ni previsiblemente podrá hacerlo en los próximos meses. La policía ha remitido un informe a la Consejería de Bienestar a través de la Fiscalía de Menores para retirar la patria potestad a la mujer. La pequeña, por su parte, ya no es tan pequeña a sus infantiles 13 años. Fuentes de la investigación explican que su lenguaje es propio de alguien de más de 30 años, a pesar de no llegar ni a la mitad.