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Kabul, robos, suicidios... 40 hijos de policías muertos se consuelan con otros huérfanos
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la fundación de huérfanos atiende a 500 menores

Kabul, robos, suicidios... 40 hijos de policías muertos se consuelan con otros huérfanos

Más de la mitad de los policías donan parte de su sueldo a un organismo que atiende a 1.500 hijos de agentes fallecidos, muchos de los cuales ingresan también en la corporación

Foto: El hijo del policía fallecido en Kabul Isidro Gabino San Martín pintó esta postal de Navidad en el concurso de la Fundación de Huérfanos.
El hijo del policía fallecido en Kabul Isidro Gabino San Martín pintó esta postal de Navidad en el concurso de la Fundación de Huérfanos.

Aarón San Martín aún identifica hoy la Navidad con la figura de su padre, Isidro Gabino, oficial de la Policía Nacional fallecido el 11 de diciembre de 2015 en el atentado talibán perpetrado contra la embajada española en Kabul, en el que murió también el subinspector Jorge García Tudela. El pequeño de siete años, de hecho, no ha dudado en dibujarle junto al abeto y a la bandera nacional para el concurso de postales navideñas de la Fundación de Huérfanos de la Policía, una organización centenaria dedicada a prestar soporte económico, psicológico, educativo y humano a las familias de los funcionarios fallecidos.

"Son personas que ayudan a mamá; ella dice que llaman y se ocupan de nosotros porque papá no está", define otro huérfano el trabajo realizado por la Fundación, que actualmente atiende a 1.459 hijos de policías muertos. Cada uno recibe una ayuda: 325 euros mensuales a los 483 que tienen menos de 18 años, 200 euros al inicio del curso escolar para colaborar con la cuesta de junio (matrícula, libros, uniformes) a todos los que siguen estudiando hasta los 24 años; 325 a los que tienen discapacidades; y la posibilidad de acudir a decenas de actividades a la totalidad de los beneficiarios: concursos, fiestas, programas para encontrar trabajo, jornadas de convivencia.

Esto último, según admite la mayor parte de los huérfanos y viudos dados de alta, es una de las cosas más importantes que les proporciona la Fundación. "En nuestras actividades se dan cuenta de que no están solos, que hay gente como ellos y gente que les quiere y eso les ayuda muchísimos", explica el presidente del patronato, Gonzalo Alonso. "Tras fallecer mi padre, esto es como tener muchos padres", asegura emocionada Belinda, de 21 años. "Es una segunda familia, que no es de nuestra sangre pero que siempre está ahí", define Ignacio Contra Galván, policía desde 1981 y viudo. "El padre que no tengo", explica un pequeño huérfano cuando le preguntan por lo que representa para él esta institución. "Una organización que ayuda a niños sin padres para hacerles mejor persona", afirma otro chico.

Además de Aarón, otros 40 menores de 22 años se han ido incorporando a la Fundación en este 2016. Los hijos de un agente de la Unidad de Intervención Policial -los antidisturbios- que perdió a su mujer recientemente o el pequeño que perdió a su madre funcionaria poco después de que ésta le trajera al mundo en Canarias, entre otros. Aunque no todo son datos positivos en medio del drama que supone perder a un padre o una madre. El agente que se quitó la vida el pasado 14 de junio en Alcobendas tras permanecer ocho horas atrincherado se había dado de baja de la fundación dos años antes. Aun así, explica Alonso, la organización está atendiendo a su viuda.

El presidente de la Fundación confiesa que últimamente les está ocupando mucho trabajo la atención a hijos y cónyuges de policías que se suicidan. Éstos, asegura, "necesitan mucha ayuda porque se sienten responsables de algún modo". Este asunto tabú tanto dentro como fuera del cuerpo ha sido poco abordado en el seno de la organización a pesar de que tanto la Policía como la Guardia Civil tienen un índice de suicidios superior al de la sociedad.

Además de Aarón, otros 40 menores de 22 años se han incorporado a la Fundación de Huérfanos de la Policía a lo largo de 2016

Pero una de las cosas más llamativas y que muestra el trabajo de esta organización es el elevado número de huérfanos que sigue los pasos de sus padres y se incorpora a la corporación. Este año ha habido tres casos, aunque son más los que lo intentan, dado que -según explica Alonso- no todos tienen obligación de decirlo, ya que concurren en igualdad de condiciones con el resto y no hay plazas reservadas para ellos, como sí ocurre en la Guardia Civil, por ejemplo.

La Fundación que se nutre de la aportación voluntaria que realizan los propios policías. Actualmente más del 51% de la plantilla de la corporación dona el 0,5% de su sueldo a esta organización. Se trata de 38.000 funcionarios que entregan entre tres y ocho euros mensuales. "Va en función de la categoría, los policías de base pagan tres euros y los comisarios ocho", explica Gonzalo Alonso, presidente de la organización, quien asegura que además de esta fuente de financiación hay gente que puntualmente realiza donaciones.

Este año que acaba, por ejemplo, la Fundación ha recibido 3.000 euros del profesor de la Escuela de Ávila Casimiro Nevado Santana, que entregó así parte de un premio que recibió por una investigación sobre perfiles en redes sociales; 5.100 euros del periodista de La Sexta Alfredo Pérez de Albéniz, quien proporcionó el dinero que le dio la Fundación Policía Española como premio por un reportaje; o 500 euros del policía José Martín Castaño, que igualmente donó lo que ganó en el Campeonato de España de Tiro IPSC.

Pero los fondos provienen de los más variopintos lugares. La Comisaría de Parla sacó 1.300 euros de la venta de diferentes efectos intervenidos en operaciones policiales y entregó el efectivo a la Fundación; la Funeraria Santa Teresa de Segovia decidió no cobrar los gastos del enterramiento del policía fallecido en acto de servicio Ismael Moreno Marín (muerto durante un entrenamiento con la unidad de motos) y la viuda de este último, Raquel Martín Díaz, decidió destinar los 5.000 euros que hubiera costado el sepelio al futuro de los huérfanos de todo el cuerpo. La mujer, embarazada de ocho meses cuando perdió a su esposo, convirtió a su hijo en beneficiario de la Fundación incluso antes de nacer.

Abel Matutes, exministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de José María Aznar, se alegró tanto el 3 de noviembre de 2013, cuando la Policía detuvo a los dos ladrones que una semana antes habían asaltado su empresa en pleno centro de Ibiza y le habían robado 990.000 euros, que decidió donar el 10% de lo recuperado a la Fundación de Huérfanos. Cuatro policías en los últimos dos años, además, entregaron a todos los invitados a su boda una tarjeta en la que les informaban de que el dinero que prevían destinar a los pequeños detalles que se dan a los asistentes lo iban a donar a la organización dedicada a atender a los hijos de los funcionarios.

Aarón San Martín aún identifica hoy la Navidad con la figura de su padre, Isidro Gabino, oficial de la Policía Nacional fallecido el 11 de diciembre de 2015 en el atentado talibán perpetrado contra la embajada española en Kabul, en el que murió también el subinspector Jorge García Tudela. El pequeño de siete años, de hecho, no ha dudado en dibujarle junto al abeto y a la bandera nacional para el concurso de postales navideñas de la Fundación de Huérfanos de la Policía, una organización centenaria dedicada a prestar soporte económico, psicológico, educativo y humano a las familias de los funcionarios fallecidos.

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