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Virgilio Zapatero: "La tarjeta me incomodó. Fui muy austero porque el dinero no era mío"
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las 'black', a juicio

Virgilio Zapatero: "La tarjeta me incomodó. Fui muy austero porque el dinero no era mío"

El exministro de Felipe González siembra dudas sobre la exactitud del listado de gastos que facilitó Bankia. Asegura que usó la 'black' para gastos de representación y tiene factura de todos

Foto: El exministro socialista Virgilio Zapatero, a su llegada a la Audiencia Nacional. (EFE)
El exministro socialista Virgilio Zapatero, a su llegada a la Audiencia Nacional. (EFE)

Cuando en 2010 Virgilio Zapatero recibió su tarjeta 'black' de Caja Madrid, se sintió incómodo. Se la acababa de entregar el secretario general en funciones de la entidad, Jesús Rodrigo, que le dijo que era "para gastos de libre disposición". Pero Zapatero, uno de los 65 acusados en el juicio por estos medios de pago supuestamente opacos, ha declarado este lunes en la Audiencia Nacional que se impuso a sí mismo "el criterio de usarla como si fuera únicamente para los gastos inherentes al cargo de vicepresidente del consejo", del que acababa de tomar posesión en la entidad. "Tuve tarjetas como secretario de Estado y como ministro, y mis facturas las visaba y las conformaba un interventor. Por eso, cuando me dieron esta, decidí guardar todas las facturas", ha asegurado el que formara parte de dos de los gobiernos socialistas de Felipe González.

A diferencia de otros compañeros de banquillo, que han declarado, uno tras otro, que esas tarjetas eran un "complemento retributivo" —es decir, parte de su sueldo y, como tal, algo de lo que podían disponer libremente—, Virgilio Zapatero se ha negado a tomar ese atajo. Su declaración ha lanzado una sombra de duda sobre la legalidad de esos plásticos entregados a consejeros y directivos y de los que él mismo fue beneficiario. Ha reconocido que usó su tarjeta, aunque solo para sus actividades relacionadas con la caja —"gastos de transporte, gastos de tipo social, comidas...", entre ellas, ha asegurado, una con el actual presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri—. "Mi límite era 50.000 euros y no gasté ni la mitad", dijo. "Fui muy austero, como corresponde con el dinero que no es de uno", añadió.

Después, con dos ejemplos muy claros, explicó por qué, a su juicio, los extractos de gastos con las tarjetas facilitados por Bankia al juez que dieron lugar al escándalo, una de las principales pruebas del proceso, tienen dudosa validez. El primero fue un gasto cuantioso realizado con su 'black' que, sin embargo, no aparece en el listado de compras. Zapatero explicó que el 28 de febrero de 2010 voló a Roma para entrevistarse con el ex primer ministro italiano Giuliano Amato —del que dijo ser amigo—, con el fin de interesarse por las reformas que Italia había emprendido en el sector de las cajas de ahorros, por lo que entendió que podía pagarlo con su tarjeta corporativa. "Por más que busco en la página Excel [el listado de gastos], no figura ese viaje", aseguró. "El día 28 de febrero yo estaba en Roma con Amato, pero en ese listado aparezco cenando en [el restaurante madrileño] La Ancha", añadió.

Virgilio Zapatero no es "capaz" de explicar para qué era su tarjeta opaca

Otro de los supuestos errores de los extractos es el relativo a otro viaje a Italia. Zapatero, según dijo, se confundió y pagó con su tarjeta corporativa un pasaje a Bolonia para realizar actividades de tipo académico relacionadas solo con su universidad. "Nada más haberme cargado el pasaje, me di cuenta de que había cometido un error garrafal, pero, con la ayuda de un familiar, conseguí que los 1.789 euros que había costado se reintegraran a la tarjeta de la caja al día siguiente", ha declarado. "Cuando he entendido que era un cargo que no entraba en mis actividades como consejero, lo he devuelto inmediatamente", ha proseguido. "Sin embargo, en la hoja Excel el reintegro me lo suman como si fuera otro gasto". Es decir, que, según su versión, en el listado aparece duplicada esa compra a pesar de que, en realidad, no existió.

Zapatero ha insistido en que devolvió parte de lo gastado con su tarjeta el 24 de mayo de 2012, antes de dejar de pertenecer al consejo de administración. "Liquidé los gastos porque estoy acostumbrado en la vida pública a un régimen de rendir cuentas. Yo entendí que la tarjeta era para la función de vicepresidente y la había utilizado correctamente, pero nadie quería recibir mis facturas ni me las visaba ni me las conformaba. Para quedarme tranquilo, tomé todas las facturas de mis gastos, las sumé y pagué", ha explicado. Lo hizo mediante dos abonos en su propia tarjeta por más de 11.000 euros. El resto, otros 16.000 euros, los entregó días después, ya fuera de la entidad, en una cuenta que le facilitaron en la fundación Caja Madrid. Ambas devoluciones se produjeron mucho antes de que estallara el escándalo de las 'black'.

Cuando su abogado le ha preguntado si sentía que había causado un perjuicio a la caja, Zapatero se ha revuelto. "Que alguien pueda decir eso es lo que más dolor me ha causado", ha asegurado. "He hecho una cuenta de lo que yo le he dado a Bankia, no de tiempo o trabajo, sino de dinero", ha proseguido. "He hecho un reintegro de 27.000 euros, que son los gastos de la tarjeta como vicepresidente hace cuatro años. Le he hecho un regalo de 116.000 euros de mi retribución variable de 2011. He renunciado a 90.832 euros de unos derechos que yo tenía: el seguro de vida rescatable, porque no quería saber nada de cualquier derecho que me pudiera corresponder de Bankia. En total, le he dado a Bankia 274.000 euros que me correspondían a mí", ha añadido. Después se ha preguntado: "¿Qué me reclama Bankia?", a lo que ha respondido: "19.290 euros". "Le he dado a Bankia 12 veces más de lo que ella me pide. Bankia se ha comportado de manera desleal conmigo", ha concluido.

"Black' significa que no se pagaba IRPF"

Antes que Zapatero, había declarado el exsecretario del consejo Enrique de la Torre. Su declaración se esperaba con expectación, después de que algunos de los consejeros imputados que declararon en los días previos aseguraran que era él quien les había entregado sus tarjetas y les había asegurado que eran "de libre disposición" y que no era necesario justificar los gastos. De la Torre ha desmentido a algunos de ellos. Como a Arturo Fernández, expresidente de CEIM, la patronal madrileña. "Yo no entregué la tarjeta a Arturo Fernández, porque cuando él llegó yo ya no estaba en la caja", declaró De la Torre, que dejó la entidad en junio de 2009, mientras que Fernández tomó posesión al año siguiente.

El exsecretario de Caja Madrid asegura que las 'black' "eran para gastos de representación"

También rechazó lo manifestado por Jesús Pedroche, exconsejero de Presidencia y ex presidente de la Asamblea de Madrid durante los mandatos de Alberto Ruiz-Gallardón (PP). Pedroche declaró el viernes que De la Torre le había dicho que la tarjeta era para sus gastos y que podía disponer libremente de ella. Sin embargo, el exsecretario del consejo ha relatado este lunes que en su conversación con el exconsejero, insistió en que era "para gastos de representación". Lo mismo con el exsecretario de Estado de Hacienda Estanislao Rodríguez-Ponga, que, durante el juicio, afirmó que el secretario le dijo que su tarjeta era "un complemento retributivo" pese a que, durante la instrucción, lo había negado. "¿Para qué era esa tarjeta?", le ha preguntado el fiscal. "Yo siempre he mantenido que las tarjetas de los consejeros eran para gastos de representación", ha zanjado De la Torre.

El exsecretario del consejo entre 1996 y 2009 es quien tuvo, además, el dudoso honor de bautizar a las tarjetas supuestamente opacas de Caja Madrid con el nombre con el que se las conoce popularmente. En un correo enviado a su sucesor, Jesús Rodrigo Fernández, afirmó que los consejeros tenían a su disposición "una tarjeta visa de gastos de representación 'black' a efectos fiscales". Cuando el fiscal anticorrupción Alejandro Luzón le preguntó qué quería decir esa afirmación, De la Torre respondió: "Black a efectos fiscales' significa que eran neutrales a efectos fiscales. Que eran gastos de empresa asumidos por la caja y no tenían repercusión en el IRPF de los consejeros porque no era retribución. Eran gastos de representación asumidos por la caja como gastos de empresa y deducidos en el Impuesto sobre Sociedades de la entidad".

Luzón también le preguntó por otro correo electrónico en el que se refería a las tarjetas como un tema "delicado" y advertía sobre posibles "filtraciones". De la Torre explicó que cada vez que un consejero se dirigía a él por algún problema con su tarjeta, él se comunicaba directamente con el ex director general Ildefonso Sánchez Barcoj. Sin embargo, su contestación le llegaba siempre a través de sus secretarias, que se ponían en contacto con la suya. "Si lo conocían las secretarias, se corría el peligro de que otras personas conocieran los movimientos de esas tarjetas. Por esa razón me refería a ellas como un tema delicado", ha señalado.

Cuando en 2010 Virgilio Zapatero recibió su tarjeta 'black' de Caja Madrid, se sintió incómodo. Se la acababa de entregar el secretario general en funciones de la entidad, Jesús Rodrigo, que le dijo que era "para gastos de libre disposición". Pero Zapatero, uno de los 65 acusados en el juicio por estos medios de pago supuestamente opacos, ha declarado este lunes en la Audiencia Nacional que se impuso a sí mismo "el criterio de usarla como si fuera únicamente para los gastos inherentes al cargo de vicepresidente del consejo", del que acababa de tomar posesión en la entidad. "Tuve tarjetas como secretario de Estado y como ministro, y mis facturas las visaba y las conformaba un interventor. Por eso, cuando me dieron esta, decidí guardar todas las facturas", ha asegurado el que formara parte de dos de los gobiernos socialistas de Felipe González.

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