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Menores al ruedo: 24 horas en la Escuela Taurina de la Diputación de Salamanca
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el centro tiene un presupuesto de 250.000 euros anuales

Menores al ruedo: 24 horas en la Escuela Taurina de la Diputación de Salamanca

Están en el ojo del huracán y lo saben. Es la escuela taurina más numerosa de España con 93 alumnos. Legalmente se pueden lidiar reses a partir de 14 años. Así es su día a día.

Salamanca. En su recinto ferial, a quince minutos de la ciudad dirección Portugal, brama con fuerza el ganado. Algo habitual ya que en el campo charro la agricultura y la ganadería son una de sus principales fuentes de riqueza. Estamos a quince minutos de una de las capitales universitarias de Europa, pero aquí se respira campo. Hoy hay reunión de tratantes que acuden con sus camiones y buscan, garrota en mano, el lugar donde tienen su mesa mensual. Justo allí, en los casi 7.000 metros cuadrados del pabellón central, donde los ganaderos discutirán sus asuntos en una sala a puerta cerrada, está la sede de la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Salamanca, la más importante de España y la que más alumnado tiene. Matriculados hay 93 chicos, con un amplio (y polémico) abanico de edad que va desde los 8 a los 21 años.

Son las diez de la mañana y hoy hay 25 alumnos, que ensayan, ataviados con ropa deportiva, distintos lances en la inmensidad de este espacio industrial. Toreo de salón lo llaman. “A ver si te animas tú”, le dice un ganadero a su hijo, que rondará los diez años de edad. Javier Olmedo, profesor de la escuela, licenciado en derecho, diplomado en trabajo social y torero, da la bienvenida. “Hoy somos pocos, la mayoría de los chavales han cogido sus vacaciones o están toreando en festejos”. Cuenta y explica que los que torearon ayer novillos en Extremadura no han venido. “Llegamos a las cuatro de la madrugada”. Antes de seguir, los datos. La Diputación de Salamanca destina alrededor de 250.000 euros al año a esta escuela que se alumbró en 1985. Aquí, según detallan en esta entidad pública, van incluidos los salarios de los profesores, los seguros de los chicos y las subvenciones que se dan a los municipios para las celebraciones en las que participan los alumnos de la escuela, ya que hay cerca de 160 actuaciones de los alumnos en los ruedos, a nivel nacional e internacional, entre otras partidas. Los chavales pagan 19 euros al año. “Una cantidad simbólica”, recalcan.

Lidiar reses con 14 años

Lourdes es la madre de Marcos Pérez, de ocho años. Un chaval menudito y educado que llega con su maleta de torear corriendo a cambiarse. Marcos crece cuando coge la muleta y muestra toda su chulería torera. Sus gestos incitando al toro, que hoy es una cabeza con cuernos apoyada en una rueda, hacen que se borren sus facciones de niño. Sus profesores dicen de él que es un “elegido por Dios”. Él, el crío que ahora bromea con sus compañeros, es el niño del vídeo viral, ese que se propagó como la pólvora, ese que mostraba su maestría en todo tipo de suertes en una exhibición de la escuela en el tendido de La Glorieta, que llevó al entusiasmo a los taurinos y a llevarse las manos a la cabeza a los animalistas.

Una corrida de los jóvenes toreros

“Hay un vacío legal sobre la edad a la que se puede entrar a una escuela taurina, pero la legislación sí dice que se puede torear de manera profesional desde los 16 años. El reglamento dice también que los menores no pueden tener clases prácticas con reses vivas, pero esto no siempre se cumple”, apunta Anna Mulà, que es la coordinadora de la campaña Infancia Sin Violencia, con estatus consultivo en el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, de la Fundación Franz Weber. Desde la dirección de la escuela puntualizan: “vacío legal, ninguno”. Y explican que el reglamento que rige las escuelas taurinas de Castilla y León señala que los alumnos matriculados en estas pueden lidiar reses a partir de los 14 y desde los 16 pueden torear como profesionales. “Publicado en el Decreto 110/2002 del 19 de septiembre y en Reglamento General Taurino de Castilla León 572008 de 2008, respectivamente”, y enseñan el articulado.

Los alumnos matriculados en Castilla León pueden lidiar reses a partir de los 14 y desde los 16, torear como profesionales

Aquí están cansados de polémicas. Aún tienen el estómago revuelto por los atroces comentarios en redes sociales a la viuda del recientemente fallecido torero segoviano Víctor Barrio. Y quieren que la Justicia actúe. Y rápido. “Piden respeto y ellos no respetan. Para unos hay libertad de expresión y para otros, no”. Javier se enerva sin perder el temple: “Los taurinos somos los mayores naturalistas. Nadie cuida el toro cómo nosotros. Les invitaría a los del PACMA a venir al campo en invierno cuando hay 11 grados bajo cero y que vean como el ganadero cuida sus toros mientras se le congela el aliento. Entonces les diría que se pusieran desnudos para protestar y esas acciones que hacen. Venga, Marcos, Diego a hacer un toro. Los mayores, a correr”, tercia. A su favor, la UCTL afirma que la ganadería de lidia permite conservar 280.450 hectáreas de dehesa, valoradas en 1.862 millones de euros. Los grupos animalistas responden a ellos con un informe del Senado: “El único animal que rentabiliza la dehesa es el cerdo ibérico”. Los taurinos apuntan que cada euro invertido genera 2,36 y que en 2015, se recaudaron en taquillas de plazas: 139.000.000 euros y generaron 199.000 empleos al sector.

Ajena, Lourdes, la madre de Marco, no oculta su orgullo. “Es un niño de diez. Buen estudiante, aplicado, noble y enamorado del toro. Yo no me planteo nada. Le veo disfrutar, venir entusiasmado las tres tardes a la semana, que acudimos. Si de mayor quiere ser torero, ya sufriré. Ahora disfruto viéndole feliz”. Y le apura a cambiarse mientras muestra la diminuta ropa de corto que el niño lleva a hecha a medida. “Para nosotros lo importante es que estudie una carrera universitaria. Toreros triunfan cuatro, pero ahora disfrutamos el momento”, sentencia Vicente, el padre, que fue novillero, apartado del ruedo por una cogida. Él como los otros padres autorizan por escrito a sus hijos a participar en cualquier actividad dentro de la escuela de tauromaquia, un requisito imprescindible de este centro docente. Su hijo no sueña con meter goles, sino con salir a hombros por la puerta grande de las Ventas, mientras recita de memoria cada músculo del cuerpo por el que podría entrarle un pitón. “Esto es el abductor”, señala con precisión galena. Su ídolo, José Mari Manzanares; sus compañeros se decantan por el que fue otro niño torero: El Juli, que pasó parte de su adolescencia toreando en México esquivando las trabas legislativas que en España le impedían con menos de 16 años saltar a una plaza.

Una FP para el toro

Ni Marcos dice tener miedo, ni tampoco Diego Mateos, de 9 años, de familia ganadera que sueña con tomar la alternativa en la localidad francesa de Nimes, ni Kevin Fregenal, que acaba de hacer los ocho. Los tres asisten a clases desde hace dos años, pero primero lo hicieron como oyentes. Según el reglamento, tiene que esperar a los ocho para ser alumnos y estar asegurados. Otra condición son las buenas notas, que son requeridas por los profesores de la escuela. La mayoría son de pueblos, e incluso de otras provincias, y viven juntos en pisos.

Muchos de ellos estudian módulos de FP en Salamanca, pocos se aventuran con carreras universitarias y varios se preparan para ser futuros entrenadores personales. Es su plan B, porque aquí se les forma como deportistas y la disciplina se les inculca. “Lo que está claro es que, si suspenden, no salen al campo. El buen rendimiento académico es imprescindible para nosotros”, dice José Ignacio Sánchez, director de la escuela y también torero, que acaba de llegar. La firma de una partida presupuestaria para poner en marcha la nueva escuela itinerante por todas las capitales de Castilla León ha retrasado su llegada a las clases. También habla de la iniciativa que hay sobre la mesa de ministerio de Educación de convertir la tauromaquia en una disciplina de FP. “Habría un amplio abanico de posibilidades de empleo, ya sea como torero, banderillero, mozos de espadas, mayorales o picadores. Estamos esperando la respuesta de la administración”, espeta.

Violencia e infancia

Suena música taurina con toques de charanga de pueblo. Y un alumno deja de entrenar y coge el móvil que tiene en el suelo, junto a su muleta y el capote con su nombre y apellidos serigrafiados. El profesor Javier Olmedo contesta a las preguntas sin perder de vista al chaval que ha dejado de hacer series:

- ¿Por qué se inicia a los niños tan pequeños?

- Primero por la demanda y por acercar la tauromaquia a los niños, los valores de la cultura del toro. Sacrificio, esfuerzo, disciplina y respeto. Además, la disciplina del toreo inculca desde niño unos valores que le acompañarán toda la vida, los que dicen que todo con esfuerzo se consigue.

-¿No cree que es violento entrenar a los niños en el arte de matar?

- ¿Violencia? Somos deportistas, gente sana, no somos ni asesinos, ni violadores, ni maltratadores. Todos los tópicos negativos recaen sobre nosotros. No verás aquí un chaval con malos hábitos. Somos los mayores conservadores de la especie taurina. A los toros los matarían igual, porque forman parte de la cadena alimenticia. Aquí se les da la oportunidad de tener la gloria del ruedo, lo otro es la pinza eléctrica. Eso sí que es cruel. Nosotros les damos la oportunidad de la defensa.

"Somos los mayores conservadores de la especie taurina. Lo otro es la pinza eléctrica, eso sí es crueldad"

El partido PACMA, por su parte, alerta sobre imágenes obtenidas por su cámara en la que aparecen jóvenes entrenando cómo dar muerte a varios becerros. “Con los trajes ensangrentados, estos adolescentes lidian a las crías desorientadas, clavándoles banderillas y estocadas, mientras se vanaglorian de sus actos con gestos de arrogancia”, denuncian. En Internet hay un hashtag que cobra fuerza #sílosniñosenlostoros que se enfrenta al #noalostoros. Desde el PACMA lo tienen claro: “los menores deben desarrollarse en ambientes sanos, alejados de actividades que puedan causarles daño emocional, físico o psicológico y los toros lo son”.

Entre los extremos, la exsocialista Beatriz Talegón pide a los antitaurinos que sean "humanistas", asegura que en la tauromaquia "no hay violencia o ensañamiento con el toro" y confiesa que siente "rabia y decepción" por haber votado a PACMA. “He procurado informarme bien del toreo y he descubierto que aunque no lo entiendas, los que más aman al toro son los toreros... “, dice Talegón, que tiene familiares en Grajera, el pueblo segoviano del malogrado Víctor Barrio, y asegura haber entendido el daño que provocaron los insultos de defensores del toro en las redes sociales.

El ruedo político

A media hora de Salamanca, en la pequeña localidad de Matilla de Caños del Río, rodeada de tierras con reses bravas y ganado porcino, se celebra una novillada con tres alumnos de la escuela: David Salvador, Antonio Grande y Raúl Montero. “Es parte de las clases prácticas que impartimos”, dice José Ignacio Sánchez. El sábado pasado se celebró el concurso de acoso y derribo de vaquillas. El toro ocupa un lugar principal y en estas fiestas en honor a Santiago Apóstol la novillada es algo obligado. Los chavales de la escuela acuden con sus padres una hora antes a cambiarse en las modestas instalaciones del polideportivo municipal. El pueblo abarrota la plaza. “Todos son mayores de edad", recalcan. No hay baño y al final se acaban desnudando en las escuelas contiguas. Los familiares, todos hombres, se vuelcan con los chavales. Les visten, rezan y les acompañan en los toriles vigilantes. No dejan de ser críos. “Aún nos queda mucho por hacer. Cuando los chavales salen de la escuela están indefensos, muchas veces tienen a sus familiares como apoderados. Aquí están en la ESO y nos haría falta un segundo ciclo”, cierra Sánchez y añade que en la profesión hay tanta picaresca como nobleza.

En España, hay 36 escuelas taurinas federadas sin contar las particulares, según datos de la Asociación Nacional de Escuelas de Tauromaquia. La más numerosa es la de Salamanca y la más antigua es la de Marcial Lalanda en Madrid, que actualmente carece de subvención por parte del Ayuntamiento, de quien depende económicamente. La medida formaba parte del programa electoral de la actual alcaldesa Manuela Carmena. La capital abrirá un nuevo centro en noviembre, dependiente de la Comunidad de Madrid de la popular Cristina Cifuentes, con sede en el coso taurino de Las Ventas. De nuevo, el toro y la política. En España la suma de todos los centros federados supera los ochocientos matriculados. La edad media es de 14 años.

Salamanca. En su recinto ferial, a quince minutos de la ciudad dirección Portugal, brama con fuerza el ganado. Algo habitual ya que en el campo charro la agricultura y la ganadería son una de sus principales fuentes de riqueza. Estamos a quince minutos de una de las capitales universitarias de Europa, pero aquí se respira campo. Hoy hay reunión de tratantes que acuden con sus camiones y buscan, garrota en mano, el lugar donde tienen su mesa mensual. Justo allí, en los casi 7.000 metros cuadrados del pabellón central, donde los ganaderos discutirán sus asuntos en una sala a puerta cerrada, está la sede de la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Salamanca, la más importante de España y la que más alumnado tiene. Matriculados hay 93 chicos, con un amplio (y polémico) abanico de edad que va desde los 8 a los 21 años.

Tauromaquia Manuela Carmena
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