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La caída de un cabestro y una montonera en la plaza dan emoción en Sanfermines
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La caída de un cabestro y una montonera en la plaza dan emoción en Sanfermines

El encierro se ha saldado, según un primer balance de los servicios sanitarios, con al menos seis heridos atendidos por los equipos médicos

Era el último encierro y los Miuras, que cumplen 50 años ininterrumpidos en Pamplona, no defraudaron. Rápida, emocionante y, sobre todo, peligrosa. A la llegada a la plaza, dos astados se han caído al suelo y han creado una pequeña montonera entre los mozos que accedían a la plaza. Poco antes, el traspiés de un cabestro había generado otras escenas de peligro.

Finalmente, la situación se ha resuelto sin consecuencias graves y los astados han entrado en los chiqueros tras una carrera de 2 minutos y 20 segundos, que se ha saldado sin heridos por asta y con diversos contusionados, según el primer balance sanitario. Hasta nueve mozos han sido trasladados al hospital. En concreto, tres de ellos con traumatismos craneales, dos contusiones en miembros, una contusión maxilofacial y una contusión en la columna.

La carrera ha comenzado a las 8 de la mañana encabezada por los cabestros, mientras que los seis astados se han colocado protegidos por los mansos, más hacia la parte derecha de la cuesta de Santo Domingo. La manada apenas ha puesto en peligro a los mozos, salvo por la velocidad, que ha provocado alguna caída en Santo Domingo. Los cabestros han dirigido el grupo hasta la curva de Mercaderes, cuando ya dos toros han tomado la cabeza para enfilar la calle Estafeta.

Los toros y cabestros iban muy agrupados, lo que apenas ha dejado huecos a los mozos para correr delante de las astas. Las opciones se concentraban en la cabeza del grupo, aunque algún mozo ha podido aprovechar huecos al final de la manada cuando se estiraba, para colocarse delante del último astado.

Muy avanzada la Estafeta, uno de los toros que corría por la derecha se ha llevado por la inercia de la carrera un pañuelo de un mozo, pero sin generar mayores daños. El astado ha cubierto ya el resto del encierro con la tela roja en el pitón derecho. El grupo ha llegado unido hasta la bajada al callejón, donde por la parte derecha un toro ha puesto en apuros a un mozo y en la cabeza de grupo un cabestro ha caido tras tropezar con un astado.

Nada más entrar a la plaza de toros, se ha producido el pequeño montón en el que se han visto implicados varios mozos y los dos primeros toros, que han quedado caídos, atrapando a algunos de los corredores. Tras varios segundos en esta situación, los astados se han levantado y han arrollado a un corredor que salía del montón y que prácticamente iba al paso por el coso.

A continuiación, todos los astados han entrado en los chiqueros de la plaza de toros. Los seis toros serán lidiados a la tarde por los diestros Rafaelillo, Eduardo Dávila Miura y Manuel Escribano.

Era el último encierro y los Miuras, que cumplen 50 años ininterrumpidos en Pamplona, no defraudaron. Rápida, emocionante y, sobre todo, peligrosa. A la llegada a la plaza, dos astados se han caído al suelo y han creado una pequeña montonera entre los mozos que accedían a la plaza. Poco antes, el traspiés de un cabestro había generado otras escenas de peligro.

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