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La UCO abre decenas de investigaciones contra agresores a raíz del 'caso Yéremi'
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La UCO abre decenas de investigaciones contra agresores a raíz del 'caso Yéremi'

La década que lleva la Guardia Civil investigando el caso de la desaparición del niño de siete años Yéremi Vargas han servido para detener y abrir otros procesos judiciales

Foto: Manifestación por la desaparición de Yéremi Vargas. (EFE)
Manifestación por la desaparición de Yéremi Vargas. (EFE)

Los cerca de 10 años que lleva la Guardia Civil investigando el caso de la desaparición del niño Yéremi Vargas en Canarias no han sido en balde. Las pesquisas para averiguar quién se llevó al pequeño y dónde está, por el momento, han resultado infructíferas, a la espera de que los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) puedan encontrar pruebas definitivas contra el último sospechoso al que interrogaron la pasada semana. Sin embargo, el esfuerzo de los investigadores no ha cejado en todo este tiempo y, fruto de su incansable labor, se han abierto decenas de nuevas líneas de trabajo que los funcionarios han sacado adelante en paralelo a las diligencias centrales.

Desde que comenzaron las pesquisas hace nueve años, los miembros de la UCO han rastreado bases de datos policiales, judiciales y de todo tipo con el fin de detectar perfiles de agresores que pudieran coincidir con el que realmente se llevó al joven Yéremi, que apenas contaba siete años cuando alguien lo borró del mapa en 2007. Como consecuencia de esta tarea de rastreo, los investigadores han ido detectando pederastas, agresores sexuales, pedófilos y todo tipo de depredadores que operaban en las Islas Canarias.

En muchos casos, los agentes han logrado imputar e incluso detener a estos delincuentes. En otros, han abierto nuevas diligencias judiciales. Y en algunos, al menos han iniciado líneas de investigación que aún continúan abiertas. La búsqueda de agresores cuyo comportamiento se asimilaba al que se encuentra detrás de la desaparición de Yéremi, por lo tanto, ha dado resultados positivos para no pocas familias que no encontraban consuelo.

El cuerpo del joven Yéremi es una de esas pruebas necesarias para conocer lo que ocurrió. Fue un hándicap en casos como el de Marta del Castillo

La apertura de estas nuevas líneas de investigación no va necesariamente en detrimento de la resolución del caso Yéremi. Más bien todo lo contrario. Además de descubrir y detener nuevos agresores, la metodología de pico y pala aplicada por la Guardia Civil en este asunto podría servir también para detectar a quien pudo acabar con la vida del chico hace casi 10 años.

Una de esas nuevas líneas de trabajo abiertas por los agentes permitió hace poco más de un año encontrar pruebas suficientes para que la justicia ordenara el ingreso en prisión preventiva de Antonio O. B., un chatarrero de 56 años que vivió hasta 2005 en la zona donde desapareció el chico. Se mudó dos años antes de que Yéremi fuera visto por última vez, pero él mismo reconoció a los medios que volvía de vez en cuando a su antigua residencia.

Las pesquisas de la UCO en el marco del caso Yéremi señalan a Antonio O. B. como el presunto agresor de otro niño en 2012. El caso también llevaba tres años paralizado, pero los rastreos de la Guardia Civil lo reactivaron y provocaron el ingreso en prisión de este hombre a principios de 2015. El acusado ingresó inicialmente en el centro penitenciario de Las Palmas 1, pero pocos días después fue trasladado hasta la cárcel de Algeciras, donde ha pasado por tres módulos diferentes por motivos de seguridad. Los reclusos con los que se topaba planeaban palizas contra el nuevo cuando se enteraban de que había sido encerrado por un delito de abusos a menores, uno de los más despreciables que la 'ley de la cárcel' castiga más allá de las rejas.

Tras comentar con otros reclusos que él conocía datos del caso Yéremi, según informó Efe, la Guardia Civil ató cabos y encontró aún más similitudes entre el caso por el que Antonio O. B. estaba en prisión y que llevaban nueve años investigando. Los agentes fueron a la prisión de Algeciras a tomar declaración al preso en calidad de imputado, como había establecido el juzgado que instruye la causa, pero no salieron todo lo contentos que esperaban.

Según fuentes del instituto armado, por el momento únicamente hay indicios contra este hombre, en ningún caso pruebas de cargo que permitan inculparle. Eso sí, se trata de indicios suficientes para imputarlo e investigarlo. Las mismas fuentes explican que ahora se inicia una carrera para lograr esas pruebas y la Guardia Civil solicitará en los próximos días la práctica de nuevas diligencias a la autoridad judicial con el fin de agotar todas las vías y esclarecer de una vez por todas este asunto.

El cuerpo del joven Yéremi, por otro lado, es una de esas pruebas necesarias para conocer lo que ocurrió hace nueve años. Fue un hándicap, por ejemplo, en casos como el de Marta del Castillo -donde aún no se ha encontrado- y resultó definitivo, sin embargo, para señalar al presunto asesino de Eva Blanco, que se suicidó en prisión tras ser encerrado porque el ADN encontrado en la niña coincidía con el suyo.

Los cerca de 10 años que lleva la Guardia Civil investigando el caso de la desaparición del niño Yéremi Vargas en Canarias no han sido en balde. Las pesquisas para averiguar quién se llevó al pequeño y dónde está, por el momento, han resultado infructíferas, a la espera de que los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) puedan encontrar pruebas definitivas contra el último sospechoso al que interrogaron la pasada semana. Sin embargo, el esfuerzo de los investigadores no ha cejado en todo este tiempo y, fruto de su incansable labor, se han abierto decenas de nuevas líneas de trabajo que los funcionarios han sacado adelante en paralelo a las diligencias centrales.

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