Sigue el caos informático en la sede del PP: nadie sabe quién utiliza los ordenadores

El Partido Popular sigue siendo un caos a nivel informático. Así lo admitió el director del Departamento de Sistemas de Información de la formación conservadora, José Manuel Moreno, el pasado 22 de febrero ante la titular del Juzgado número 32 de Madrid, Rosa María Freire, que instruye el caso de los ordenadores del extesorero Luis Bárcenas. Según el responsable tecnológico de Génova 13, el área de informática era "caótica" cuando él fue nombrado director de la misma. "Bastante deficiente", la calificó durante su declaración.

Dejó claro que ni entonces ni ahora había un inventario de los equipos que eran propiedad del partido ni de quién los utilizaba habitualmente. "Tampoco estaban identificados exteriormente con signos", explicó Moreno, quien añadió que "ahora sigue sin haber inventario". "He intentado corregir la falta de inventario desde hace tiempo", aseguró el jefe del departamento, quien admitió no haber tenido éxito en su iniciativa, encomendada por la actual tesorera de la formación, Carmen Navarro, que le pidió "profesionalizar y mejorar" el área.

La falta de inventario resulta relevante para la causa, dado que el PP argumenta que los ordenadores de Bárcenas eran propiedad del partido, extremo que ha podido acreditar tan solo relativamente por el momento. Moreno, durante su declaración, mostró una factura que supuestamente demostraría la adquisición por parte de la formación del equipo Toshiba que utilizaba el extesorero, quien sin embargo negó la mayor al responder que el modelo que figuraba en el documento presentado por el responsable de informática no se correspondía con el suyo.

La exposición de esta factura -que tenía fecha de 1998- contradice, sin embargo, a la propia defensa del PP, que argumentó que no guardaba papeles previos al año 2004. En relación a la factura del otro dispositivo, el portátil MacBook, el responsable de sistemas no supo concretar más allá de la generalidad, ya que se limitó a señalar que "se han localizado algunas facturas que podrían cuadrar".

El 18 de febrero de 2013, según las declaraciones del responsable jurídico de la entidad, Alberto Durán -quien asumió haber dado la orden de destruir los equipos-, y del propio Moreno, ambos accedieron a la sala Andalucía, que utilizaba Bárcenas para trabajar, recogieron los dos ordenadores portátiles al entender que eran del partido y los trasladaron al almacén. El Toshiba, indicó Moreno, era "de gama alta", de los que entregaban al personal de alta dirección.

Según el jefe de informática, los dispositivos fueron guardados porque Durán le había dicho que había una denuncia de Bárcenas que "los reclamaba". En mayo, el responsable jurídico le dijo que "se había ganado el pleito", por lo que podía seguir "el procedimiento habitual de reasignación". Entonces, continuó Moreno en su declaración, este se fue "a su despacho, encendió los ordenadores e intentó localizar extensiones de fichero" con el fin de determinar si había cosas en el disco duro para devolvérselas a su anterior usuario.

"Era la primera vez que accedía a los ordenadores", confesó el director de sistemas, que dijo también que "los equipos arrancaron sin ningún tipo de contraseña", que de haberla habido, habría tenido que pedírsela a Bárcenas. Tras no encontrar nada en los equipos, Moreno inició "el procedimiento de borrado seguro, como hacen todas las empresas con un nivel mínimo de seguridad, que básicamente consiste en que el ordenador se conecta a un dispositivo" que sobreescribe, "con datos aleatorios, cada una de las zonas del disco duro en 35 ocasiones".