El desaire en público de Ignacio González a Aguirre aviva la lucha del PP de Madrid
El presidente de la Comunidad de Madrid se muestra contrario a las últimas medidas puestas en marcha por la que fue su mentora, a quien tachan de "oportunista"
El nuevo sistema de designación de alcaldes afectados por la Operación Púnica propuesto por Esperanza Aguirre no solo ha levantado chispas entre decenas de regidores de la región que ya lo han criticado y advierten de que si el modelo se sigue extendiendo, se plantarán. Desde la dirección nacional también se muestran ya cansados de que siempre sea Esperanza Aguirre la que dé lecciones sobre cómo combatir la corrupción. Hasta su sucesor, Ignacio González, ha marcado distancias con su mentora. Los aguirristas consultados por este diario consideran que "se ha abierto la veda" contra la presidenta del PP para apartarla cuanto antes de la dirección del partido y quitarle todo el poder de cara a las elecciones autonómicas de mayo de 2015.
La polémica suscitada a raíz de los exámenes a candidatos, unida a la recontratación del gerente Beltrán Gutiérrez, implicado en el caso de las tarjetas B de Caja Madrid, ha aflorado las críticas contra Esperanza Aguirre, a quien tachan de ser una “oportunista” cuyo único propósito es ser la candidata a la alcaldía de Madrid. Personas del círculo más cercano al presidente consideran que su comportamiento perjudica seriamente la carrera política de González, que quiere revalidar su puesto como candidato a la presidencia de la Comunidad. De hecho, fue el primero en reaccionar cuando estalló el escándalo de las tarjetas 'black', destituyendo fulminantemente a su director general de Economía, Pablo Abejas, por haber hecho un uso indebido con aquellas tarjetas. La Comunidad de Madrid le volvió a cerrar las puertas cuando, días después de su destitución, intentó volver al Canal de Isabel II, empresa pública dependiente de la CAM para la que trabajaba antes de que el presidente le fichase en su equipo más cercano.
Fuentes próximas a la dirección nacional aseguran que Rajoy estaría dispuesto a dejar al sucesor de Aguirre repetir como candidato de cara a las próximas elecciones e insisten en que el mayor quebradero de cabeza para el presidente es acabar con la dualidad que existe en Madrid: que las presidencias del partido y la comunidad las dirija la misma persona. Los marianistas consideran que la única persona que puede “y debe” quitarse de en medio a la propia lideresa es su sucesor. “Al final, es el hijo quien deberá matar a la madre si quiere mantenerse él a flote”, confiesa a este diario un diputado nacional.
La presidenta madrileña sigue sin hablar sobre el contrato de Beltrán Gutiérrez, después de que sus compañeros de partido le pidieran explicaciones. Aguirre ya dijo en un comunicado que Gutiérrez nunca fue despedido del partido, sino cesado como gerente en Madrid. Además, la presidenta del PP de Madrid descarta posibles fricciones entre su partido y el aparato a nivel nacional.
Sin embargo, las diferencias entre ambos son más que evidentes. La expresidenta corrigió en público a su secretaria general, María Dolores de Cospedal, cuando ésta dijo que se había hecho todo lo que se podía hacer frente a la corrupción. Aguirre señaló que había muchas medidas que se podían tomar y, acto seguido, se erigió como la cara de la regeneración haciendo pasar una prueba a los candidatos a las alcaldías de la Comunidad de Madrid.
El gerente “imputado”
Cospedal se la devolvió a Aguirre cuando estalló el caso de Beltrán Gutiérrez, a quien Ana Botella despidió cuando supo que era uno de los beneficiarios de las tarjetas black y, al día siguiente, estaba en nómina del PP de Madrid. La presidenta de Castilla-La Mancha escurrió el bulto y señaló a la lideresa como la persona que debía explicar por qué volvió a contratar a Gutiérrez. Desde la formación madrileña recuerdan a la secretaria general del PP que es su gerente en Castilla-La Mancha, José Ángel Cañas, “quien está imputado por una comisión”, no Beltrán Gutiérrez.
Vídeo: González opina sobre los exámenes a aspirantes.
Pese a las intenciones de Esperanza Aguirre de intentar hacer ver que entre su formación y la dirección nacional no hay ninguna diferencia, la realidad es que sus últimas decisiones no han sentado bien a nadie, ni siquiera a sus más fieles como González, que públicamente afeó la apuesta personal de su exjefa en los interrogatorios a los aspirantes a alcaldes y reconoció que dentro del partido hay un “resentimiento” por la forma de elegir a los candidatos.
El previsible castigo electoral ha desatado los nervios entre los dirigentes regionales, que han hecho notorias sus desavenencias políticas por primera vez en público en un tema tan importante como es la regeneración política. La mayoría ya da por descontado que la lideresa no será la candidata popular a la alcaldía de Madrid, una de las grandes y últimas aspiraciones de Aguirre. Además de saber quién será la persona que sustituirá a Ana Botella en el Palacio de Cibeles, los próximos meses serán cruciales también para ver si finalmente el presidente de la Comunidad será capaz de arrebatarle la presidencia del partido en Madrid a la que fue su principal mentora, Esperanza Aguirre.
El nuevo sistema de designación de alcaldes afectados por la Operación Púnica propuesto por Esperanza Aguirre no solo ha levantado chispas entre decenas de regidores de la región que ya lo han criticado y advierten de que si el modelo se sigue extendiendo, se plantarán. Desde la dirección nacional también se muestran ya cansados de que siempre sea Esperanza Aguirre la que dé lecciones sobre cómo combatir la corrupción. Hasta su sucesor, Ignacio González, ha marcado distancias con su mentora. Los aguirristas consultados por este diario consideran que "se ha abierto la veda" contra la presidenta del PP para apartarla cuanto antes de la dirección del partido y quitarle todo el poder de cara a las elecciones autonómicas de mayo de 2015.