La dirección de IU en Madrid se rebela contra Cayo Lara y no presentará dimisiones
La ejecutiva madrileña se rebela contra el ultimátum lanzado por Cayo Lara, en el que daba tres días para que dimitiesen los cargos relacionados con las tarjetas
La ejecutiva regional de Izquierda Unida en Madrid se ha rebeladocontra el ultimátum lanzado por Cayo Lara, en el que daba unplazomáximo de tres díaspara que se expulsara a los cargos con responsabilidades políticas en el caso de las tarjetasblack,como se exigía en una peticiónde la presidencia del partido votada mayoritariamente a favor. Los quince miembros de la dirección madrileña que participaron en la reunión de urgencia convocada durante la tarde, y que se prolongó hasta bien entrada la noche, decidieron en votación no acatar el órdagodel máximo órgano de IU, amparándose en la autonomía con la que cuentan las federaciones regionales del partido.
La resolución por la que se instaa desobedecer el mandato de la presidencia de IUse saldó con sólo un voto en contra y dos abstenciones. Unresultadofruto del consenso entre la corriente oficialista Somos IU y parte de las dos corrientes críticas (o bloquedel 49%). Si bien algunos de los miembros que representan a las corrientes críticas con la dirección regional no acudieron al encuentro, los resultados mostraron la división de estos últimos en torno a un asunto que amenaza el futuro del partido. Todo ello en un contexto en el que, según las últimas encuestas del CIS, la intención directa de voto de IU está por los suelos debido al auge de Podemos y a la falta de conexióncon los movimientos sociales y mareas ciudadanas.
Durante la mañana de este miércolesse trasladará la decisión tomada por IUCM a la ejecutiva federal, órgano alquetambién se le solicitaráuna reunión de urgencia. Sin embargo, el momento crucialen el que se pondrán todas las cartas sobre la mesacoincidirá conla celebración delconsejo político de IU, convocado paraeste fin de semana y que, con total probabilidad, estará marcado por este conflicto intestino sin visos de soluciones conciliadoras.
Como ya había adelantado este diarioen el momento en el que se desarrollaba la investigación interna, hace ahora un mes, los dirigentes implicados son el actual portavoz municipal, Ángel Pérez, el portavoz en la Asamblea de Madrid, Gregorio Gordo, y el número dos de Cayo Lara, Miguel Reneses. Todos ellos fueron coordinadores de IUCM durante los años en los que se fraguó el escándalo y, por ende, los principales interesados en ocultar los resultados de una investigación que, según fuentes del partido en la capital, los implicaría directamente.
Si lo que se pretendían era no alimentar la polémica, el efecto ha sido el contrario
Los tres consejeros de Caja Madrid a propuesta de IU fueronJosé Antonio Moral Santín, Juan Gómez Castañeda Rubén CruzyJosé Luis Acero, que ya no militan en la coalición de izquierdas. Por ello, el fin último de este proceso de depuración interna, según señalaban estas mismas fuentes, pasaba por ir más allá que el resto de partidos implicados en el escándalo: “Mientras ellos están echando de sus filas a los titulares de las tarjetas, nosotrospretendemosbuscar responsabilidades en quien pudo haber sido cómpliceporque a los consejeros ya los apartamos hace mucho tiempo. No es verdad que nadie supiese lo que estaba pasando”.
La única persona a la que se ha pedido el cese es el diputado Antero Ruiz, un chivo expiatorio que según apunta el candidato a las primarias de IUCM, Julián Sánchez, “era el delegado de los coordinadores, por lo que las responsabilidades, si las hubiere, tendrían que estar en el nivel superior”. El propio afectado se defendió tildando su expulsión como un “sacrificio” con el objeto de cerrar en falso la investigación interna y esconder a los verdaderos responsables políticos, que hoy en día siguen ocupando cargos de la dirección del partido.
El “sacrificio” del diputado regional no fue suficiente para Lara ni para el resto de la ejecutiva federal, que aprobó por mayoría, durante una reunión de urgencia, la petición de expulsión de los coordinadores de IUCM durante los años en los que el partido participó en la gestión de la caja madrileña. Más bien, se interpretó como una tomadura de pelo, sobre todo después del tono de las acusaciones vertidas en un encuentro de la dirección federal de IU del pasado mes de octubre que no dejó lugar a dudas sobre la unanimidad interna respecto a la intención de depurar responsabilidades políticas.
La corriente oficialista, cada vez más deslegitimada
El diputadoAlberto Garzón reclamó en aquel encuentro que cayeran "los corruptos ylos responsables políticos de aupar a esos corruptos”, mientras que el miembro de la ejecutiva y abogado del partido en los casos relacionados conBárcenasy Bankia, Enrique Santiago, precisó sus palabras, señalando la necesidad de echar de IU a todos los que fueron coordinadores en Madrid durante la época en la que existieron las tarjetas black.
Pérez, Gordo y Reneses hicieron oídos sordos, al tiempo que se negaron a dar a conocer el informe a la Comisión de Transparencia de la dirección federal de IU, como se acordó en una reunión de la comisión del 29 de octubre. Una petición que volvieron a trasladarles los candidatos a las primarias Julián Sánchez y Lali Vaquero, aunque con la misma suerte.
Las tensiones en el seno de la organización que está provocando la corriente oficialista Somos IU, a la que pertenece el actual portavoz municipal Ángel Pérez, en el punto de la diana de la investigación, estallaron ya la semana pasada por su boicot al acuerdo de integración en Ganemos Madrid. Pérez incluso llegó a amenazar con emprender acciones legales si se llevaba a cabo una confluencia que no respetase el formato jurídico de coalición: “No podemos disolver nuestras siglasni nuestra identidad en un partido que aún no tiene estructura y cuya predisposición es ir contra los partidos políticos y la política en general”, denunció el máximo responsable de la organización en la capital.
La ejecutiva regional de Izquierda Unida en Madrid se ha rebeladocontra el ultimátum lanzado por Cayo Lara, en el que daba unplazomáximo de tres díaspara que se expulsara a los cargos con responsabilidades políticas en el caso de las tarjetasblack,como se exigía en una peticiónde la presidencia del partido votada mayoritariamente a favor. Los quince miembros de la dirección madrileña que participaron en la reunión de urgencia convocada durante la tarde, y que se prolongó hasta bien entrada la noche, decidieron en votación no acatar el órdagodel máximo órgano de IU, amparándose en la autonomía con la que cuentan las federaciones regionales del partido.