La burbuja de los recintos feriales: entre Galicia y Baleares suman once

Poco o nada se sabe del negocio de los recintos feriales. Desde que estalló la crisis, son muchos los Gobiernos –autonómicos y locales– que se preguntan –siempre en privado– qué hacer con sus negocios feriales, ya que la gran mayoría no cumple con los objetivos fijados. Ifema, Fira Barcelona y Feria Valencia, que concentran el 70% del total nacional del negocio, también han sufrido su impacto en forma de pérdida de ingresos, certámenes y visitantes. Pero sus estructuras poco o nada se han ajustado a los nuevos tiempos.

En Madrid, Comunidad y Ayuntamiento ya se plantean vender Ifema, el recinto ferial por excelencia en España. Tras este anuncio sobresale una burbuja, la de los recintos feriales. Según recoge Nferias, un portal especializado en ferias de negocios de todo el mundo, en nuestro país hay más de sesenta recintos públicos de estas características,que en muchos casos mantienen plantillas sobredimensionadas para un sector cada vez más en caída libre.

Con estos datos en la mano, llama poderosamente la atención que una comunidadcomo Galicia, con 2,7 millones de habitantes, disponga de seis recintos feriales repartidos entre Coruña, Ferrol, Orense, Vigo y Villagarcía de Arosa. Por su parte, Baleares acumula otros cinco más: uno en Ibiza, otro en Mahón y tres en Palma de Mallorca, muchos más que la propia Comunidad de Madrid.

Según un estudio que publicó en marzo de 2014 la UFI, The Global Association of the Exhibition Industry, España está entre los seis países del mundo que más aumentaron su capacidad ferial de 2006 a 2011 (se incrementó un 13% su extensión en ese período), curiosamente coincidiendo con la etapa en la que la crisis se recrudeció. Este crecimiento choca frontalmente con el espacio total alquilado, que de 2006/2007 a 2011/2012 cayó un 47%.

Ya en los años 90 se hablaba de la difícil tarea de que un recinto ferial público fuera rentable. Una de las pocas personas que ha escrito sobre este particular es Fernando Jaén, que fue subdirector general de Fira Barcelona durante cinco años. Según este experto en la materia, que publicó el libro El negocio ferial: privatizar, vender, rentabilizar, la clave está en distinguir entre “recinto y organización”. Tras la gestiónpública (“dominada por instituciones que no son empresas privadas con riesgo de capital propio, de los accionistas individuales”) se “oculta el verdadero precio, tanto el uno como el otro, recinto y organización”, reconoce este experto en conversaciones con este diario.

La diferencia: el origen de los recursos económicos

La solución para la viabilidad de los recintos feriales es “privatizar”, pero dejando que sean los capitales privados y no entidades públicas (“ni siquiera las que se presentan como representativas de empresarios”)los verdaderos propietarios, y se ocupen de la gestión con plena libertad. “Eso sería socialmente beneficioso”. En su libro, Jaén recoge una interesante reflexión: “La gestión empresarial privada nada tiene que ver con la intención de administradores públicos que pretendan actuar por similitud como si fueran directivos empresariales adinerados. Hay una diferencia insalvable: el origen de los recursos económicos con los que cuenta y puede contar”.

Este experto reconoce que “el negocio ferial ha de ser rentable, y puede serlo con claras ventajas para los expositores”. El porvenir de la privatización “abriría sus puertas a nuevas energías inversoras que, en el caso español, puede ser el cauce para capitales familiares actualmente en déficit”.