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Así fue el minuto a minuto en el primer día del Madrid de Felipe VI
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EL SAMUR ATENDIÓ A 98 PERSONAS

Así fue el minuto a minuto en el primer día del Madrid de Felipe VI

El único momento del día de la proclamación de los nuevos Reyes que tuvo un respaldo popular significativo fue durante el saludo desde el balcón del

Foto: El Rey Felipe VI preside su primer desfile militar a las puertas del Congreso. (EFE)
El Rey Felipe VI preside su primer desfile militar a las puertas del Congreso. (EFE)

El único momento del día de la proclamación de los nuevos Reyes que tuvo un respaldo popular significativo fue durante el saludo desde el balcón del Palacio Real. Pero sin colgar el cartel de “lleno hasta la bandera” en la Plaza de Oriente. El sofocante calor que soportaba Madrid a esa hora exacta en la que aparecieron los nuevos Reyes en el balcón, las 12.43 minutos de la mañana, no apagó el fervor de los monárquicos que se desgañitaban desde los jardines cuando vieron que se abría la cortinilla. “Anda que no vas a tener trabajo ni nada ahora”, se escuchaba entre la multitud.

Madrid amanecía este jueves festivo en la capital más temprano de lo habitual. Los 7.000 agentes policiales desplegados para la ocasión escoltaron el recorrido real a primerísima hora de la mañana, mucho antes de que llegaran los primeros curiosos a coger el mejor sitio. 08.00 horas. Palacio Real. Plaza de España. Gran Vía. Cibeles. Neptuno. Carrera de San Jerónimo. El recorrido que en unas horas hará la comitiva real está inundado de policías que ya revisan todas las mochilas que ven y pasan el detector de metales a todos los viandantes. Apenas hay un metro de separación entre agente y agente. El despliegue es proporcionalmente muchísimo mayor que el número de ciudadanos ocupando las aceras.

Camisetas, posavasos, platos, imanes y hasta dedales. Son los recuerdos de la proclamación de Felipe VI que abarrotan las tiendas de souvenirs del centro de la capital. Los bares también aprovechan la pasión monárquica para sacar menús especiales este 19-J: “Bocadillo + bebida = 3,9 €. Precio Felipe VI”, se promocionaba un restaurante de la calle Mayor. También hubo quien optó por disfrazar a su mascota antes de sacarla de paseo.

09.00 horas. Los únicos curiosos que ya se mueven por el centro de la capital se amontonan en los aledaños del Congreso de los Diputados, donde se espera la llegada de los reyes Felipe y Letizia en apenas una hora. “Estamos aquí porque hoy es un día histórico”, comenta Juan. A escasos cinco metros, una mujer sostiene una bandera con la fotografía de los nuevos Reyes en la puerta del hotel Palace, llena ya a rebosar de españoles y extranjeros. Pablo, 43 años, sostiene en los hombros a su hija Inés, que viene con la lección aprendida de casa. “Estamos aquí porque vamos a tener un nuevo Rey”, balbucea la cría, que agita la bandera cuando su padre le aprieta la pierna.

“¡Viva Felipe! ¡Y viva Letizia!”

En la misma acera esperan la llegada de los recién estrenados ReyesMaría José y Menchu, dos jubiladas que aún recuerdan el día de la proclamación de Juan Carlos I como si fuera el de su boda. “El Rey, el que ya se va, ha hecho mucho por España, aunque los jóvenes no os lo creáis”. Y se emocionan. Y se suman a los cánticos que avisan de que los nuevos Reyes están a punto de entrar en el Congreso de los Diputados. “¡Viva Felipe!”, se oye a lo lejos. “Y viva Letizia, que ya es nuestra Reina”, añade Menchu. “Y yo soy mucho más de Sofía, que conste, pero tenemos que darle un voto de confianza a la nueva Reina”, matiza.

10.00 horas. A hora y media de que se inicie el recorrido en coche de los nuevos Reyes en un Rolls Royce impoluto, Gran Vía está prácticamente vacía. “Hay mucha más gente el día de la cabalgata que hoy”, cuenta un vecino de la zona que el tsunami real le pilla para ir a trabajar. La única imagen que se vislumbra en esa calle es un interminable reguero de policías que hasta bromean entre ellos, ante la escasa afluencia de público. Los actos de proclamación se pueden seguir en directo desde la céntrica plaza de Callao, donde el Ayuntamiento de Madrid instaló una pantalla gigante. A esa hora, cuando el Rey está empezando su primer discurso en la Cámara Baja, apenas hay unas 50 personas escuchando sus palabras desde ahí.

11.50. Una pareja con el periódico bajo el brazo mira desde la plaza de Neptuno hacia arriba. Se ven los caballos de la Guardia Real y el ya Rey aparece a lo lejos. “¡Viva el Rey! ¡Viva Felipe!”. Los ciudadanos alzan las banderas que los 150 voluntarios del ayuntamiento llevan repartiendo desde primera hora de la mañana. “¡Viva el Rey!”, se repite una y otra vez. Ahora sí que la gente se amontona, móvil en mano, para ver lo más cerca posible a los Reyes e inmortalizar el momento. Un momento que ha hecho historia. “De aquí ya no me mueve nadie”, dice una señora. Más de uno hace malabarismos para no ser apartado antes de que pasen Sus Majestades, pero en las aceras hay más hueco de lo que se preveía.

12.05. Plaza de España. Uno de los puntos neurálgicos de la concentración real. Había gente esperando la llegada de los Reyes desde las siete de la mañana. Cinco horas de espera para 20 segundos de gloria. “Claro que ha merecido la pena”, aseguraba Gloria, mexicana, 49 años, residente en Madrid desde hace una década.

12.30 horas. La plaza de Oriente es el lugar donde se concentra el mayor número de ‘fans’ de Felipe y Letizia. En la zona caben 40.000 personas, pero en el fondo quedaban bastantes huecos vacíos. Imposible intentar colocarse en las primeras filas. El termómetro ya superaba los 30 grados de temperatura, y fue en esta zona donde el Samur atendió a gran parte de las 98 urgencias apuntadas: 92 de ellos dados de alta en ese mismo instante. Casi todo lipotimias. Seis traslados a hospital, ninguno con pronóstico grave.

Arcos de seguridad en los alrededores del palacio

El despliegue policial en la zona se intensificó hasta tal punto que se incluyeron arcos de seguridad en los alrededores de palacio, donde hacían cola decenas de vehículos oficiales que transportaban a gran parte de los 2.500 invitados a la recepción real. La primera con Felipe y Letizia como Reyes. Todas las miradas confluían hacia el mismo sitio: el balcón en el que en unos minutos aparecería la nueva Familia Real. Los nervios se apoderaron de aquellos que llevaban más horas aguardando un sitio privilegiado. Los más avispados atravesaban jardines para colocarse, a última hora, en un buen sitio. “Fuera, fuera, fuera”, se vitoreaba a quienes intentaban adelantar a los más madrugadores.

El éxtasis explotó a las 12.43 minutos, minuto exacto en el que la cortinilla se movió y allí aparecieron todos. Primero Felipe VI. Luego, Felipe y Letizia. A continuación, los dos con las niñas. Hasta que salieron Juan Carlos y Sofía. Pasado, presente y futuro de la Monarquía. Juntos, durante un larguísimo minuto lleno de un aplauso que no tenía fin. Primero se fueron los reyes jubilados. Después desaparecieron la princesa Leonor y la infanta Sofía. Luego abandonó el balcón Letizia, para dejar solo al nuevo Rey. A Felipe VI, que se tocó el pecho cuando escuchaba al unísono, banderines en alto, el beneplácito del pueblo: “Feliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiipe, Feliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiipe”.

El único momento del día de la proclamación de los nuevos Reyes que tuvo un respaldo popular significativo fue durante el saludo desde el balcón del Palacio Real. Pero sin colgar el cartel de “lleno hasta la bandera” en la Plaza de Oriente. El sofocante calor que soportaba Madrid a esa hora exacta en la que aparecieron los nuevos Reyes en el balcón, las 12.43 minutos de la mañana, no apagó el fervor de los monárquicos que se desgañitaban desde los jardines cuando vieron que se abría la cortinilla. “Anda que no vas a tener trabajo ni nada ahora”, se escuchaba entre la multitud.

Rey Felipe VI
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