Crisis en el PSCyL: dos gallos con mucha voz compartiendo un corral muy pequeño
En Castilla y León se sabía que era cosa de tiempo que el secretario del PSOE regional, Julio Villarrubia, y el de Organización, Óscar López, terminasen 'a palos'
En Castilla y León se sabía que era una cuestión de tiempo que el secretario general del PSOE regional, Julio Villarrubia, y el secretario de Organización socialista y a la sazón portavoz en las Cortes de esta comunidad autónoma, Óscar López, terminasen a palos. Y así sucedió anoche cuando concluida una reunión de la Comisión Ejecutiva del PSCyL 25 de sus 48 miembros presentaron su dimisión en cadena, abocando a que se forme una gestora que dirija el partido hasta que se pueda celebrar un Congreso Extraordinario.
Villarrubia, diputado nacional, jurista y palentino recio, se despachó sin tapujos poniendo de vuelta y media al hombre de confianza del todavía secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras conocer una maniobra que dinamita el PSCyL y le sumerge en una crisis colosal en la región. Villarrubia acusó sin ambigüedades a Óscar López de ser el instigador “de forma premeditada” de la cadena de dimisiones, al tiempo que calificaba su actitud de “deslealtad” y “traición”.
López y Villarrubia encajaron de aquella manera, mal, desde un principio. Óscar López fue en su día el secretario general del PSCyL, puesto que abandonó a principios de 2012 para formar parte de la cúpula del PSOE nacional a la sombra del ahora descabezado Rubalcaba. Villarrubia accedió así a la secretaria del partido en Castilla y León mientras que López compaginaba su actividad en Ferraz con la portavocía en las Cortes de la ciudad del Pisuerga: dos gallos con mucha voz en un corral demasiado pequeño. O una bicefalia gigantesca que ambos políticos se han empeñado en negar en público, aunque la procesión fuese por dentro.
Entre medias, crisis internas de calado en el partido a nivel local, como la pérdida de la alcaldía de Ponferrada, al abandonar las directrices del PSOE el primer edil, Samuel Folgueral.
Desde el desembarco de Villarrubia al frente del PSCyL, las tensiones entre ambos políticos fueron creciendo a pasos agigantados. Tal vez vinieran de antes. Villarrubia, negociador duro pero razonable, se sumó en alguna ocasión al clima de consenso auspiciado por el presidente de la Junta de Castilla y León, el popular Juan Vicente Herrera, uno de los pocos personajes de la política nacional que ha sentado en una misma mesa y rubricado acuerdos con los grupos de la oposición parlamentaria, con los sindicatos y con los empresarios locales, haciendo gala de una enorme habilidad para el pacto.
Por el contrario, el desencuentro entre López y Villarrubia ha sido el pan nuestro de cada día de la comidilla regional. Villarrubia siempre ha sido ‘hombre fijo’ en los actos públicos desarrollados en la región, ya fueran empresas, administraciones públicas o medios de comunicación; López, por sus ocupaciones en las bambalinas del partido ha solido ser, no obstante, un ave de paso, aspecto que le han reprochado siempre propios y extraños. Su futuro, ahora, tras el anuncio de Rubalcaba de abandonar el poder en el PSOE está también pendiente de un hilo. Tal cual sucede con otros políticos regionales, bajo el ala protectora del histórico dirigente socialista cuya luz ahora se debilita.
Las coincidencias públicas Villarrubia-López, siempre tensas. En actos oficiales en la cámara de representantes regional –día del Estatuto, Debate sobre el Estado de la Región, Fiesta de Villalar…- el trato, de haberlo, frío y evitando, en la medida de lo posible, cruzar palabras y hasta miradas. Y el Partido Popular de Castilla y León, mientras, frotándose las manos. ¡Así se las ponían a Felipe II!
La explosión en el PSCyL estaba programada. Faltaba ponerle la hora. Y el día elegido por Óscar López fue ayer.
En Castilla y León se sabía que era una cuestión de tiempo que el secretario general del PSOE regional, Julio Villarrubia, y el secretario de Organización socialista y a la sazón portavoz en las Cortes de esta comunidad autónoma, Óscar López, terminasen a palos. Y así sucedió anoche cuando concluida una reunión de la Comisión Ejecutiva del PSCyL 25 de sus 48 miembros presentaron su dimisión en cadena, abocando a que se forme una gestora que dirija el partido hasta que se pueda celebrar un Congreso Extraordinario.