Incidentes tras la manifestación en contra del derribo del edificio 'okupa' de Can Vies

Unas 3.500 personas se han manifestado hoy por el centro de Barcelona en protesta por el desalojo del centro social de Can Vies en el barrio de Sants, horas después de que el colectivo que lo ocupaba empezara las tareas de reconstrucción del inmueble, que pretenden volver a utilizar. La marcha finalizó en incidentes cuando algunos de los participantes quemaron contenedores de basuras en la rambla del Raval con la calle Hospital y en la avenida Drassanes. Además, algunos de los manifestantes, que llevaban cubiertas las caras, lanzaron objetos contundentes contra vidrios de entidades bancarias y algunos comercios, provocando daños en el mobiliario urbano.

Estas actuaciones provocaron la intervención de las unidades antidisturbios de los Mossos d'Escuadra, que realizaron algunas cargas puntuales y detuvieron a al menos tres personas, según fuentes testigos de los hechos Estos altercados provocaron la intervención de efectivos de las unidades antidisturbios de la policía autonómica, que llevaron a cabo actuaciones de "contención".

Los manifestantes llegaron hasta el centro de Barcelona en diferentes marchas que procedían de diferentes puntos de la ciudad y del área metropolitana y se congregaron en primer lugar en la plaza Universitat, para dar un rodeo al distrito de Ciutat Vella y llegar hasta el comienzo de las Ramblas, donde los Mossos d'Esquadra comunicaron a los manifestantes que no podían subir por el paseo barcelonés.

La marcha, que hasta las 21.00 horas se desarrolló sin incidentes, fue seguida de cerca por un amplio dispositivo policial de los Mossos d'Esquadra, que incluía helicópteros que sobrevolaron la zona.

La Guardia Urbana cifró en 3.500 los manifestantes, mientras que los organizadores de la marcha calculaban que eran unas 20.000 las personas participantes en la protesta, que avanzó por el centro de la ciudad encabezada con un cartel que rezaba: "Construimos alternativas. Defendemos los barrios".

La manifestación, que no estaba autorizada, tuvo lugar después de que el barrio de Sants viviera ayer su primera noche sin incidentes violentos desde el desalojo del pasado lunes de Can Vies, que llevaba ocupado 17 años.

El Ayuntamiento de Barcelona ordenó ayer que pararan las obras de demolición, iniciadas el lunes tras el desalojo, decisión que influyó de manera decisiva para que la pasada noche no se produjeran altercados ni actos violentos.

Actividad en el edificio derribado

Tras esas horas de calma, miembros del movimiento okupa han accedido esta mañana al recinto, han sacado las vallas y han empezado a retirar los escombros del edificio, que se encuentra ya parcialmente derrumbado, con la intención de reconstruirlo.

Después han formado una cadena humana de casi un kilómetro de longitud que ha servido para llevar los ladrillos de Can Vies hasta la puerta de la sede del distrito municipal de Sants.

Los Bomberos de Barcelona han examinado la zona y han indicado a los activistas los lugares en que existe peligro de desprendimiento de las vigas y paredes que todavía permanecen en pie.

El regreso del colectivo de Can Vies al lugar, que ha ocupado durante los últimos 17 años, no ha comportado ningún incidente destacable y el barrio de Sants ha vivido esta mañana en un ambiente festivo por la celebración del "Firaentitats", la feria que los comerciantes instalan anualmente en medio de la calle de Sants.

Un portavoz del colectivo de Can Vies ha pedido hoy al Ayuntamiento de Barcelona que les "deje en paz" y que haga gestiones para liberar a los detenidos durante los disturbios de los últimos días.