Rosa Romero, alcaldesa de Ciudad Real: “Sobran muchos políticos en muchos sitios”

En la mesa de su despacho reposa una particular fotografía que toma relevancia si se descubre un mes y medio antes de las elecciones europeas. Era el primer acto público de Rosa Romero (Ciudad Real, 1970) como candidata a la alcaldía de su ciudad en 2007, cuando el PP ocupaba la bancada de la oposición. En la instantánea aparece una embarazadísima Romero (“tuve a mi hijo tres días después”) junto a tres pesos pesados que entonces no lo eran tanto: su jefa, María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del partido; el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, quien más papeletas tiene, de momento, para encabezar la lista que los populares mandarán a Europa. La primera edil prefiere ser prudente y evita jugar en esta quiniela: “No me corresponde a mí decir quién es el mejor candidato”.

En un encuentro sobre 'Ciudad Futura' que El Confidencial organiza, gracias al patrocinio de Ferrovial, con los principales alcaldes de España (ya han pasado Santander, Barcelona, Vitoria, Pamplona, Málaga, Logroño, Granada y Córdoba), la alcaldesa de Ciudad Real no se salió ni un milímetro de la línea marcada por el Partido Popular: “Sí, sobran diputados autonómicos en las Cámaras regionales. Y lo sé porque yo he sido diputada”, respondió cuando este diario le preguntó sobre la polémica que protagonizó hace unos meses su presidenta Cospedal, cuando decidió aprobar, gracias a la mayoría holgada con la que cuenta en el Parlamento, reducir el número de diputados regionales.

Vídeo: Encuentro con Rosa Romero, alcaldesa de Ciudad Real

Romero, que compatibiliza su cargo como alcaldesa con un acta de diputada en el Congreso de los Diputados, no entra en cambio en el debate sobre si España funcionaría igual sin el Senado, una eterna guerra sobre la que se ha hablado mucho. “Ese es un debate recogido en la Constitución”. Lo que sí tiene claro esta alcaldesa, que lo ha sido prácticamente todo en política (gerente, concejala, teniente alcalde, presidenta de un patronato municipal, secretaria ejecutiva nacional, secretaria regional, portavoz en las Cortes, senadora autonómica, presidenta provincial) es que “sobran muchos políticos en muchos sitios”.

La popular castellanomanchega defiende que una ciudad mediana como la suya, situada a 235 kilómetros de Madrid, tenga a su disposición un tren de alta velocidad. “La ciudad se puso en el mapa de España cuando el tren de alta velocidad llegó”. No le pasa lo mismo cuando le sacan a relucir el aeropuerto, que nació para descongestionar Madrid, cuenta con una de las pistas centrales más largas de Europa y hoy forma parte de la lista negra de aeropuertos fantasma de España que buscan desesperadamente comprador. “Yo creo que ese aeropuerto sí era necesario tal vez como aeropuerto de mercancías. Los estudios que se hicieron en su momento dijeron que podría ser viable. Tal vez no tanto como se esperaba. Es verdad que después la gestión se politizó demasiado y no se hizo un plan viabilidad serio. Se pensó en otras cosas”.

La diputada nacional comprende el enfado de los españoles, que señalan a la corrupción como uno de los asuntos que más les preocupa, pero no se conforma. “Yo también me cabreo cuando nos meten a todos los políticos en el mismo saco. Los ciudadanos tienen que saber que la amplísima mayoría somos honrados”. Romero también evitó pronunciarse sobre la polémica ley del aborto, que ha erosionado la figura del ministro Alberto Ruiz-Gallardón. “Prefiero ser prudente. Mariano Rajoy ya ha dicho que es una ley abierta al diálogo”. En un punto, al menos, sí que está de acuerdo con el exalcalde de Madrid: "Que las niñas menores de 16 años aborten sin el consentimiento paterno era una de las cosas fundamentales que había que cambiar”.

Subir impuestos, la medida más difícil de explicar

En el encuentro que presentó Ignacio Gastón, director general Ferrovial Servicios España, Romero sacó pecho por su partido y tiró de la herencia recibida para justificar las medidas que puso en marcha el Ejecutivo de Rajoy cuando llegó al poder. “Cuando llegamos al poder, había un 9% de déficit que no dijeron”. Por eso lo tiene claro: la medida más dura y que más costó explicar a los vecinos de Ciudad Real “fue, sin ninguna duda, la subida de impuestos”.

Gracias a aquella batería de medidas impopulares que tomó el PP al conquistar la Moncloa, la líder del partido en la ciudad confía en que en lo que resta de legislatura llegarán los tiempos en los que el presidente pueda rebajar los impuestos, devolver la credibilidad perdida y reconstruir su propia imagen. Gobernar una ciudad de casi 75.000 habitantes no ha sido fácil para esta ciudadrealeña hija de ciudadrealeños y madre de ciudadrealeños. “Aquí están mis raíces, yo nací aquí y aquí nacieron mis hijos, que espero que vivan aquí durante muchos años más”.

Las cosas no le están yendo mal en el ayuntamiento, aunque no sabe todavía si quiere repetir como cabeza de cartel para mayo de 2015. “Aún queda mucho tiempo”. En cinco años, esta alcaldesa ha redoblado sus esfuerzos para conseguir lo que parecía imposible: ha reducido el gasto corriente en 8,5 millones sin tocar las partidas sociales. “Gastamos 9.500 euros al día para ayudar a los más necesitados". ¿Cómo lo ha hecho? "Las inversiones las hemos reducido casi a cero”. Hacer más con menos también ha sido gracias, en parte, a la transformación de la ciudad tecnológicamente hablando. Ciudad Real forma parte de la red smart cities, un desarrollo coordinado de distintos ámbitos de la ciudad a través de los servicios que esta ofrece. Romero da dos ejemplos: “Ya tenemos centralizado el centro de control de tráfico y el servicio de tiempo de espera en los autobuses”.