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Francisco Millán, el ‘cuñadísimo’ de Rajoy que impone “miedo reverencial” en Bruselas
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sus 'informes', cruciales en las listas del pp

Francisco Millán, el ‘cuñadísimo’ de Rajoy que impone “miedo reverencial” en Bruselas

Su nombre impone respeto en Bruselas. Y según algunos de sus compañeros, hasta “temor reverencial” cada vez que se lo cruzan en Bruselas

Foto: Francisco Millán, tercero por la derecha, en una reunión reciente de los eurodiputados con Cospedal. (EFE)
Francisco Millán, tercero por la derecha, en una reunión reciente de los eurodiputados con Cospedal. (EFE)

Su nombre impone respeto en Bruselas. Y según algunos de sus compañeros, hasta “temor reverencial” cada vez que se lo cruzan en los ascensores de la sede del Parlamento Europeo de la capital belga. Y eso que su nombre apenas es conocido fuera de la esfera europea. En su presencia, sus compañeros se cuidan muy mucho de hacer cualquier comentario altisonante que, a la postre, pueda llegar, ipso facto, a oídos de Mariano Rajoy. Francisco Millán (Pontevedra, 1955) es quizá, a día de hoy, el hombre más tranquilo de cuantos forman la delegación española del PP (23 eurodiputados). “Que va a repetir en las listas es tan seguro como que por la noche, cuando oscurece, salen las estrellas”.

En una semana llena de especulaciones y de corrillos de pasillo en torno al nombre del próximo candidato del PP al Parlamento Europeo, pocos, de entre todos los que conforman la delegación que todavía encabeza Jaime Mayor, pueden tener tanta certeza como Francisco Millán sobre su continuidad en Bruselas, donde goza de una cómoda plaza desde los tiempos de Aznar (2004). Su vinculación familiar con el presidente, al ser su cuñado (está casado con Mercedes Rajoy), le sitúa, mal que le pese, en el centro de un “temor reverencial” por parte de sus compañeros de bancada, amigos y enemigos, que le respetan más de por lo que es –pues no ocupa puestos de dirección dentro del grupo– por su capacidad de susurrar directamente al oído de Rajoy, con quien, entre otras cosas, veranea cada año en Pontevedra.

De hecho, su opinión o su veredicto podría ser determinante de cara a las decisiones que el líder del PP vaya tomar en las próximas semanas. Como informa A. Collado, los eurodiputados están sumidos en el desconcierto y dependen de los informes que den en la sede de la calle Génova (María Dolores de Cospedal) y en la Moncloa el número dos del grupo, Luis de Grandes, y el propio Francisco Millán. Ambos, de hecho, De Grandes y Millán, se dejaron ver juntos, el pasado viernes, en el comienzo de la Convención del PP en Valladolid, sentados el uno al lado del otro.

placeholder Alberto Núñez Feijóo y Francisco Millán. (EFE)

Realidad o mito, lo cierto es que se le respeta y se le teme en los pasillos de la delegación española del PPE, sobre todo ahora que se acerca la época de hacer las listas. “Me imagino que dará su opinión. Probablemente, yo no lo sé”, responde otro eurodiputado relevante del PP. “Tampoco podría decir, conociendo al presidente y a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que pueda tener mucha influencia. Lo veo, en todo caso, aconsejando sobre uno, sobre Luis de Grandes, que es con quien mejor se lleva. Está claro, eso sí, que en las listas de 2004 y de 2009 no tuvo mucha influencia. No creo que su opinión sea un factor decisivo”.

Diez años en Bruselas

Diplomático de profesión, sus partidarios y detractores le reconocen como un trabajador “meticuloso” en los asuntos que lleva o ha llevado. Algunos, de especial importancia, como el dossier de la adhesión de Rumanía a la UE, del que fue responsable en nombre de todo el Partido Popular Europeo. Según su currículum oficial, ingresó en la carrera diplomática en 1980 y ha desempeñado importantes puestos de responsabilidad. Entre otros, ha sido primer secretario de la Embajada española en Bonn (de 1984 a 1987) y ha ejercido puestos importantes dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores. El último, como director general de Europa entre 1998 y 2000 con Abel Matutes como ministro del ramo. De 2000 a 2004 fue asesor en el gabinete del propio Rajoy cuando este era vicepresidente primero del Gobierno de Aznar.

Francisco Millán“Capacitación y nivel tiene de sobra. Es un hombre muy trabajador, cumplidor y meticuloso. Estudia los informes con mucho detalle y tiene prestigio dentro de la Comisión de Exteriores”, explica otro de sus compañeros. Entre sus méritos, está también el de presidir el grupo del Camino de Santiago, en el que se agrupan eurodiputados de diferentes países. “El Xacobeo fue el momento culminante, pero seguimos trabajando”, explicaba él mismo en una entrevista reciente. “El nuevo reto del Camino son los países del Este. ¿Sabía usted que en Polonia hay 2.100 kilómetros señalizados de esa ruta?”. De fontanero de la Moncloa dio el salto a la política europea, donde ha permanecido durante los últimos 10 años inmerso en un trabajo que, como le ocurre a la inmensa mayoría de sus compañeros, difícilmente llega al ciudadano de a pie. “Si preguntas en la Gran Vía, entre los 100 o entre los 500 primeros, nadie le conocerá. Tampoco es que haya hecho algo muy relevante en los años que lleva en el Parlamento Europeo”, explican fuentes del PPE.

“El miedo reverencial es algo muy típico español, pero no creo que sea algo tan exagerado”, explican las citadas fuentes. “Tampoco es un tipo que ejerza un mandato oscuro, de directrices secretas. La verdad es que no. Él es más alemanoide, muy cerrado, con un carácter fuerte. Muy distinto de su cuñado”.

De hecho, sus relaciones con sus compañeros de grupo son tortuosas o al menos han estado llenas de altibajos por su carácter "visceral". Según sus críticos, por ser muy poco político. “Es un personaje irascible pero nunca se ha enfadado por temas que tengan que ver con Mariano Rajoy, sino por cosas de funcionamiento interno de la delegación. El problema que tiene es que no es político, sino diplomático, y no tiene temple. Se excita mucho y ha tenido palabras muy duras con algunos compañeros eurodiputados por cuestiones internas”. Sus defensores matizan, eso sí, que estas diferencias dentro del grupo entran dentro de lo normal. "Si no hubiera discrepancias sería problemático, pero esto le ocurre a los 23 miembros de la delegación".

Su nombre impone respeto en Bruselas. Y según algunos de sus compañeros, hasta “temor reverencial” cada vez que se lo cruzan en los ascensores de la sede del Parlamento Europeo de la capital belga. Y eso que su nombre apenas es conocido fuera de la esfera europea. En su presencia, sus compañeros se cuidan muy mucho de hacer cualquier comentario altisonante que, a la postre, pueda llegar, ipso facto, a oídos de Mariano Rajoy. Francisco Millán (Pontevedra, 1955) es quizá, a día de hoy, el hombre más tranquilo de cuantos forman la delegación española del PP (23 eurodiputados). “Que va a repetir en las listas es tan seguro como que por la noche, cuando oscurece, salen las estrellas”.

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