El enaltecimiento a ETA deja de perseguirse: la Fiscalía recibe informes de tres líneas

Las investigaciones por enaltecimiento del terrorismo ya no interesan. Los informes encargados por el Gobierno a las fuerzas de seguridad cada vez son más débiles e impiden abrir investigaciones e imputar a aquellas personas que ensalzan a la organización terrorista o a sus presos. Fuentes policiales reconocen que el hastío cada vez es mayor ante el desinterés del Ejecutivo por investigar este tipo de delitos.

El último ejemplo han sido los documentos entregados ala Fiscalía de la Audiencia Nacional sobre cuatro recibimientos a presos etarras excarcelados tras retirarles la aplicación de la doctrina Parot. Fuentes jurídicas se han quejado porque cada informe consta de tres líneas y en ellos no se identifica a ninguno de los asistentes ni se determina si se pudo cometer algún delito de enaltecimiento del terrorismo en los actos a Juan José Legorburu Guerediaga en Amorebieta (Vizcaya), a Javier Martínez Izaguirre en la localidad vizcaína de Galdakao, a Juan Ignacio Delgado Goñi en Legazpi (Guipúzcoa) y a Inmaculada Pacho en Bilbao.

Estas fuentes expresaron su malestar al recibir los informes pues entienden que es el propio Ejecutivo el que no aprecia delito en los actos de recibimiento a los terroristas y que Interior ha actuado por motivos políticos, dejando a la Fiscalía el papel de archivar las causas por falta de pruebas. Asimismo, considera que las fuerzas de seguridad tendrían que haber tomado medidas para haber evitado este tipo de homenajes en la calle.

Fuentes próximas a estos casos señalan que este comportamiento se viene agravando desde hace unos seis meses. La Guardia Civil y sobre todo la Policía está mostrando mucha dejadez en estas investigaciones porque los casos de enaltecimiento del terrorismo han dejado de interesar. Desde que ETA anunció su cese definitivo no interesa actuar contra personas que ensalzan a la banda o a sus miembros. En el caso de la Ertzaintza es más evidente desde que hubo cambio de Gobierno.

Estas fuentes sospechan que se trata de un delito a extinguir y eso es lo que le han transmitido a las fuerzas de seguridad, que han ido rebajando cada vez más sus informes. Los documentos están dejando de ser tan técnicos, concretos y amplios como hasta hace poco para elaborar textos más generales y llenos de inconcreciones.

Sin la Parot, a peor

Este comportamiento va a empeorar tras la anulación de la doctrina Parot. Muchos agentes de la lucha contra ETA están viendo cómo aquellos que en su día detuvieron por cometer atroces atentados están saliendo de prisión. Los agentes que lucharon en la época más dura contra la banda terrorista, al igual que las víctimas, han sentido como una cuchillada en la espalda la salida masiva de históricos etarras.

El comportamiento del Gobierno y de la Justicia, sobre todo del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional, que han hecho extensiva la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre Inés del Río, está siendo un duro mazazo para la lucha antiterrorista, que no ve quesu trabajo esté siendo respaldado. De ahí que fuentes policiales aseguren que muchos agentes y jefes estén solicitando el traslado a otras unidades, donde haya más movimiento. ETA ya no da trabajo, sostienen estas fuentes.

Este verano ya ha bajado el nivel de causas abiertas por enaltecimiento del terrorismo por homenajes a etarras que se realizanen las fiestas de los pueblos vascos. Han sido escasos los asuntos abiertos. Uno de ellos fue el seguido por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, quien imputó a siete miembros de la organización juvenil de la izquierda abertzale Ernai que participaron en varios actos de homenaje al exjefe político de ETA, Francisco Javier López Peña, alias 'Thierry', fallecido el pasado 30 de marzo en París.

A esto se añade que recientemente la Audiencia Nacional dictó una sentencia en la que absolvió a un matrimonio por gritar a la Ertzaintza "ETA, mátalos" al considerar que no había suficientes pruebas para acreditar los hechos. Este tipo de actuaciones van minando, según estas mismas fuentes, la moral de los agentes que trabajan en el País Vasco y en Francia para acabar de manera definitiva con la banda. Muchos están abandonando el barco, pero otros siguen allí.