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El fiscal intenta que el líder de la mafia ruso-georgiana siga en España
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ALEGA QUE EL IMPUTADO ESTÁ AMPARADO POR UNA ORGANIZACIÓN CRIMINAL

El fiscal intenta que el líder de la mafia ruso-georgiana siga en España

La Fiscalía Anticorrupción intenta evitar a toda costa que el líder de la mafia ruso-georgiana instalada en España, Kakhaber Shushanashvili, salga de España

La Fiscalía Anticorrupción intenta evitar a toda costa que el líder de la mafia ruso-georgiana instalada en España, Kakhaber Shushanashvili, salga de España después de que el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez acordara su . El mafioso sigue en prisión porque existe contra él una orden de extradición a Georgia pero tras la decisión del instructor, la causa de su país natal cobra prioridad en detrimento de la española, lo que implica que podría ser entregado antes de ser juzgado en España.

El fiscal urge que se revoque la libertad de Shushanashvili al igual que la de otros cinco miembros del mismo grupo criminal tras el pago de una fianza de 50.000 euros acordado el pasado 8 de abril. Lo pide a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en vista de que Gómez Bermúdez ha rechazado el primer recurso interpuesto por el Ministerio Público.

En su recurso de apelación, Anticorrupción recuerda la “gravedad” de los hechos que se les imputan así como que están amparados por un “organización criminal de carácter transnacional”, lo que agrava que estos mafiosos queden en libertad. Además, el fiscal recuerda al tribunal que existe constancia de que algunos de los imputados están ya huidos de la Justicia española.

No sólo eso, acusa al instructor de haber dejado en libertad a varios encausados sin tener en cuenta que la propia Sección Tercera de lo Penal había confirmado “escasas semanas” antes la prisión provisional de algunos que después Gómez Bermúdez dejó libres.

El Ministerio Público se opone radicalmente a la decisión del titular del Juzgado Central de Instrucción número 3, que acordó esas libertades de oficio y sin informe previo de la Fiscalía. Ahora, Anticorrupción le pide que finalice la investigación iniciada hace tres años tras la operación Java por su antecesor en el Juzgado, Fernando Grande-Marlaska, y procese a Shushanashvili y otras 31 personas, a quien se le acusa, entre otras cosas, de haber ordenado el asesinato en Marsella de Vladimir Janashia, alias Lado, presunto capo del clan Oniani, acérrimo rival de su grupo criminal.

Es precisamente por la proximidad de la celebración del juicio oral y lo avanzado de la investigación por lo que Gómez Bermúdez, según el fiscal, no tenía que haber dejado en libertad a unos reos a quienes se persigue por numerosos y graves delitos como conspiración para el asesinato, extorsión, amenazas, coacciones, asociación ilícita, blanqueo, tenencia de armas, robo con fuerza, falsificación de documentos y delitos contra la Hacienda Pública, entre otros.

“Ladrón de ley”

No tenía que haber dejado en libertad a unos reos a quienes se persigue por numerosos y graves delitos como conspiración para el asesinato, extorsión, amenazas, coacciones, asociación ilícita, blanqueo, tenencia de armas, robo con fuerza, falsificación de documentos y delitos contra la Hacienda Pública, entre otros.

En el recurso de apelación, la Fiscalía pone en antecedentes a la Sala de quién es Shushanashvili y hasta donde llegan sus hilos criminales. Ya con la causa a punto de concluir, explica que de la documentación analizada, diligencias policiales, judiciales y comunicaciones telefónicas aportadas a la causa se puede concluir que Kakhaber Shushanashvili es integrante, junto a su hermano Lasha, de una de las organizaciones criminales originarias de Georgia y Rusia, ostentando ambos el título de “ladrón en Ley”, por lo que son líderes de la misma. Su hermano se encuentra actualmente preso en Grecia, a cuyas autoridades se ha solicitado su entrega a España para ser juzgado, pero sin respuesta positiva por ahora.

Estas organizaciones generan importantes cantidades de dinero a través de actos delictivos cometidos por personas subordinadas a dicho “ladrón en Ley”. Así, bajo las órdenes de Kakhaber Shushanashvili que, a su vez, está subordinado a su hermano, “todos los imputados actuaban de manera conjunta y coordinada y siguiendo unas pautas establecidas y animados por obtener un beneficio económico”.

De esta manera, desde, al menos, el año 2009 los imputados comenzaron a repartirse distintas funciones, dentro de una forma de actuar que permaneció hasta el momento de su detención, en marzo de 2010. En la organización, los imputados asumían distintos papeles, desde gestionar el dinero procedente, entre otros, de los delitos de robos y extorsión, dar cobertura a los “ladrones en ley” (permisos de residencia o patrimonio, entre otros), aflorar el dinero procedente de actividades delictivas a través de adquisición de bienes y la creación de sociedades para negocios.

Todos ellos, según el fiscal, “eran conscientes y conocían los papeles de los demás”. Los miembros de la organización se repartían esos papeles en distintos planos de jerarquía, desde quien realizaba pagos a la caja común, quien la gestionaba y quien cometía los delitos patrimoniales que la surten.

Lenguaje mafioso

Además, los miembros de la organización utilizaban un lenguaje específico de la organización con términos como “capo”, que sería el propio Shushanashvili; “Bliad”, que significa quien ha perdido la condición de “ladrón respetable” y ha pasado a ser un “traidor” o “puto”; “deportistas”, que son los miembros de la organización; o “caja común” (“obschack”), que reúne los fondos de la organización que solo pueden ser usados para asistir a los miembros que estén en la cárcel, a sus familiares durante ese tiempo y a los abogados que les asistan.

El fiscal refleja en su recurso los métodos que tienen en la organización para administrar justicia. Especialmente ilustrativa es una conversación entre Kakha Shushanashvili y otro de los imputados. El primero le pregunta que “quiénes son los que aconsejan al chico herido que perdone al agresor. Kakha dice que el agresor tiene que ser castigado para que sepa cómo es herir con un cuchillo”.

El líder utilizó diez nombres falsos

Según consta en el escrito, el líder de la mafia rusa-georgiana que ahora ha dejado en libertad el instructor ha llegado a utilizar hasta diez nombres distintos y tiene antecedentes policiales y judiciales en Francia, Bulgaria, además de causas pendientes en Georgia y España. Ya fue detenido en Barcelona en 2008 e ingresó en prisión bajo el nombre de Nikolay Lyudmilov Kostov, pero quedo libre tres meses después.

Además, ese mismo año Europol emitió un aviso por robo con fuerza, sobre un grupo organizado procedente de Georgia y que operaba en Austria y en otros Estados miembros de la Unión Europea y Shushanashvili era uno de los principales investigados.

La Fiscalía Anticorrupción intenta evitar a toda costa que el líder de la mafia ruso-georgiana instalada en España, Kakhaber Shushanashvili, salga de España después de que el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez acordara su . El mafioso sigue en prisión porque existe contra él una orden de extradición a Georgia pero tras la decisión del instructor, la causa de su país natal cobra prioridad en detrimento de la española, lo que implica que podría ser entregado antes de ser juzgado en España.