Urkullu ofrecerá entrar en el Gobierno o un pacto de legislatura a cada partido de la oposición

Íñigo Urkullu celebrará entre el lunes y martes de la próxima semana una primera ronda de contactos con los partidos que consiguieron representación parlamentaria en las elecciones del pasado domingo. El futuro lehendakari propondrá a EH-Bildu, PSE y PP un "acuerdo institucional" en los tres puntos que considera claves: la crisis económica, el proceso de paz y normalización, y la profundización del autogobierno (el PNV evita hablar de independencia). Urkullu ofrecerá también a cada uno de sus interlocutores la posibilidad de entrar en el gobierno o suscribir un pacto de legislatura, según dijo ayer a este diario uno de sus colaboradores. Si ninguno acepta gobernará en solitario y buscará apoyos puntuales. Las reuniones le permitirán igualmente sondear los apoyos con que cuenta para su investidura, entre los que ya es seguro el de los 21 diputados de la izquierda abertzale. 

Las matemáticas electorales han dejado claro que no hay más mayoría absoluta que la que pueden sumar PNV y EH-Bildu (48 escaños sobre 75 del parlamento) o PNV y PSE (43 diputados). Un hipotético acuerdo entre los socialistas y la izquierda abertzale, descartable en este momento, se quedaría en 37 escaños, uno menos de los 38 necesarios para la mayoría absoluta. No hay, pues, más combinaciones posibles que las antes citadas. Los once parlamentarios que suman PP y UPyD (10 y 1 respectivamente) solo servirían para consolidar cualquiera de las anteriores opciones, aunque los populares no participarán de ninguna entente en la que esté la izquierda abertzale.  

La delegación de EH-Bildu será la primera en pasar por Ajuria Enea, en su condición de segundo partido más votado. Un destacado miembro de la coalición dijo a este diario sobre la hipótesis de un posible pacto con el PNV que “lo importante no es con quién se pacta, sino para qué”. La misma fuente aclaró que formar parte del futuro gobierno o suscribir un pacto de legislatura no está entre sus prioridades. Los abertzales están convencidos de que, más allá de las palabras, Urkullu gobernará en solitario, con su apoyo en unos casos y el del PSE en otros.

Laura Mintegi anunció ayer que EH-Bildu apoyará la investidura de Urkullu para que gobierne el partido que ganó las elecciones, y se mostró dispuesta a escuchar las propuestas del futuro lehendakari para buscar puntos de encuentro. Su prioridad son las medidas económicas para salir de la crisis, y conocer las partidas que Urkullu va a recortar para cuadrar las cuentas de 2013. Las fuentes de Bildu consultadas quieren que el lehendakari les explique también qué entiende por nuevo estatus político para el País Vasco al que alude en público, y el plan que tiene para que el Estado vasco sea una realidad en 2015. La soberanía no va a ser su prioridad en el arranque de la legislatura, pero no están dispuestos a que el debate se posponga indefinidamente. 

La certeza de la elección de Urkullu como lehendakari no permite acelerar los plazos para convocar el pleno de investidura, que no se celebrará antes de finales del próximo mes de diciembre. Antes, PNV, EH-Bildu, PSE, PP y UPyD tendrán que repartirse los seis puestos de la Mesa de la Cámara, en la que es previsible estén representados todos los partidos salvo UPyD, que ha logrado un solo diputado (Gorka Maneiro). La propuesta de los peneuvistas para la presidencia es Bakartxo Tejería, que ya ha sido parlamentaria en las dos legislaturas precedentes.

Prórroga de los presupuestos.

Lo ajustado de las fechas obligará al nuevo Gobierno a prorrogar los presupuestos de 2012 y modificarlos durante su tramitación parlamentaria vía enmiendas. El mismo trámite al que recurrió Mariano Rajoy con las cuentas del Estado de este año tras su victoria electoral de noviembre de 2011. Urkullu ha anticipado que habrá recortes que no afectarán a las partidas de educación, sanidad, servicios sociales y pensiones; las “líneas rojas” que asegura no va a traspasar. Será su primera prueba de fuego.

El mismo día de su investidura como lehendakari Urkullu dejará de ser presidente del PNV, cuyos estatutos establecen que es incompatible simultanear un cargo institucional y otro en el partido. Un portavoz del mismo dijo ayer que el candidato o candidatos a la sucesión serán propuestos por las bases, en un procedimiento que se prolongará entre dos y dos meses y medio, y demorará hasta marzo la elección del sucesor.

En el supuesto de que Urkullu incorporara al Gobierno a alguno de los miembros de la ejecutiva del partido, el Euskadi Buru Batzar (EBB), su sustituto sería elegido igualmente en el mismo proceso de elección del presidente. Entre los nombres que “suenan” para relevar a Urkullu está su hombre de confianza y líder del partido en Vizcaya, Andoni Ortuzar, salvo que el lehendakari lo nombre consejero.