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La crisis frena a Interior: elevar el límite de 120 km/h cuesta mucho dinero
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EL AUMENTO DE VÍCTIMAS DISIPA LAS INTENCIONES DE FERNÁNDEZ DÍAZ

La crisis frena a Interior: elevar el límite de 120 km/h cuesta mucho dinero

El ministro del Interior lleva días dándole vueltas al tema de ampliar la diferencia entre el límite de las carreteras secundarias y autopistas. Incluso ha llegado

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La crisis frena a Interior: elevar el límite de 120 km/h cuesta mucho dinero

El ministro del Interior lleva días dándole vueltas al tema de ampliar la diferencia entre el límite de las carreteras secundarias y autopistas. Incluso ha llegado a afirmar que hay “bastante consenso” en la sociedad para modificar la velocidad en algunas carreteras. Los expertos, por su parte, hacen oídos sordos a las intenciones de Jorge Fernández Díaz avalados por el aumento de las víctimas de los accidentes de tráfico y el poco dinero que los austeros presupuestos ha dejado para las carreteras. “No hay dinero ni para su mantenimiento”, sentencian.

Preguntado en un par de ocasiones sobre si el actual Ejecutivo iba a bajar el límite de las carreteras secundarias o incrementar el de las autopistas, el responsable de Interior aseguraba esta misma semana que no tenía intención de elevar la velocidad máxima de las carreteras secundarias, aunque insinuó que sí podría ejecutar la medida en las autopistas. Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, y Pedro Javaloyes, portavoz del Movimiento 140, contradicen la versión oficial asegurando que no creen que sea el momento para reabrir el eterno debate en el que ellos creen, eso sí, si las limitaciones de velocidad se efectúan por tramos.

La desaceleración en la reducción del número de víctimas de accidentes de tráfico, que en los 14 primeros días del mes de junio se ha incrementado en un 15% respecto al mismo período del año anterior, no ayuda a que el ministerio termine lanzando un cambio normativo en esta materia “Si el aumento de la velocidad en las autopistas de peaje coincide en el tiempo con un aumento de los fallecidos por accidente de tráfico, aunque no sea la causa que lo produzca, inconscientemente la sociedad va a asociar una cosa con la otra”, sentencia Arnaldo.

Cambiar la señalización que indica los límites de velocidad para pasar de 120 a 140 kilómetros por hora no podría aplicar el plan de austeridad que el anterior Ejecutivo utilizó cuando pasó el límite a 110, donde se utilizaron pegatina para modificar la cifra. En aquel cambio normativo que estuvo vigente cuatro meses, el Ejecutivo gastó unos 200.000 euros. Sin embargo, este caso no podría zanjarse colocando pegatinas, ya que al aumentar la velocidad “las placas deberían ser de mayor tamaño”, añade Arnaldo, con su consecuente aumento del gasto en un ejercicio donde el presupuesto está más que ajustado. En concreto, la Dirección General de Tráfico ha visto reducida su partida en 69 millones de euros sobre el gasto real de 2011. Un recorte más acusado en la vigilancia en carretera y educación vial, “por lo que ahora mismo no tiene sentido un debate que ni siquiera estaba en el programa electoral del PP”.

Navarro planteó reducir la velocidad en las vías secundarias

Actualmente, los turismos tienen limitado a 120 kilómetros por hora la velocidad en autovías y autopistas, mientras que el límite en carreteras secundarias es de 100 kilómetros por hora en las vías que tienen un arcén pavimentado de 1,5 metros, más anchura o más de un carril par alguno de los sentidos de circulación, y de 90 kilómetros por hora para el resto. El anterior director de Tráfico, Pere Navarro, ya planteó la posibilidad de reducir la velocidad en todas las vías secundarias de 100 a90 kilómetros por hora, aunque finalmente la medida no llegó a ponerse en práctica en la anterior legislatura y, previsiblemente, tampoco en ésta.

El ministro del Interior lleva días dándole vueltas al tema de ampliar la diferencia entre el límite de las carreteras secundarias y autopistas. Incluso ha llegado a afirmar que hay “bastante consenso” en la sociedad para modificar la velocidad en algunas carreteras. Los expertos, por su parte, hacen oídos sordos a las intenciones de Jorge Fernández Díaz avalados por el aumento de las víctimas de los accidentes de tráfico y el poco dinero que los austeros presupuestos ha dejado para las carreteras. “No hay dinero ni para su mantenimiento”, sentencian.