Rubalcaba se harta de las críticas de Chacón e impone la ‘ley del silencio’ en el PSOE

Las heridas abiertas durante la batalla por el control del PSOE están lejos de cerrarse. Tras meses de silencio, Carme Chacón ha comenzado a desmarcarse de la línea oficial de Ferraz, recordando así a las bases que existe una alternativa a Alfredo Pérez Rubalcaba. Sin embargo, esta maniobra ha irritado al secretario general socialista, que desdeña las opiniones críticas de quien fuera su rival como una mera estrategia personalista. El detonante de este nuevo choque ha sido la táctica elegida por la dirección del partido en torno a Bankia. Chacón ha puesto voz a un clima de opinión favorable a exigir responsabilidades de forma más contundente, mientras que Rubalcaba ha adoptado una posición de carácter institucional.

Sin embargo, las disparidades de criterio sobre cómo se debe gestionar la crisis de Bankia son únicamente la punta del iceberg de una confrontación más amplia. La lucha por el liderazgo socialista no ha concluido, ya que la catalana mantiene el respaldo de importantes federaciones autonómicas, cuenta con el afecto de un puñado de parlamentarios, y aún no está claro quién será el cabeza de cartel del PSOE en las próximas elecciones. En este sentido, quienes apoyaron a Chacón en el Congreso Federal sostienen que “no ha tirado la toalla”, aunque la derrota todavía esté muy reciente y no haya movilizado a sus fieles de cara a diseñar la estrategia de contraataque.

Por su parte, Rubalcaba no quiere ni oír hablar de la conformación de un sector crítico que se oponga a su gestión y debilite su liderazgo. Así, el secretario general está dispuesto a endurecer la disciplina interna y a blindar las reuniones de la dirección, con el objetivo de evitar el caos que caracterizó la última etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. En Ferraz se descarta que los chaconistas constituyan un grupo cohesionado y achacan las maniobras de la exministra de Defensa a una estrategia personalista.

De acuerdo con esta versión, Chacón no tiene verdaderas diferencias ideológicas con Rubalcaba, sino que simplemente trata de lanzar guiños a las bases para remarcar su perfil propio. Asimismo, fuentes socialistas recordaron que incluso José Antonio Griñán, uno de los más claros apoyos de la catalana, abogó el lunes en la Ejecutiva por moderar el discurso y tratar de alcanzar acuerdos con el Gobierno en materia económica.

Una comisión de investigación para Bankia

Pero lo cierto es que Chacón puso ayer a prueba la paciencia de su líder durante la reunión del Grupo Parlamentario, donde abogó por una mayor contundencia a la hora de exigir responsabilidades por la gestión de Bankia. De forma inesperada, tomó la palabra en la ronda de intervenciones de los diputados para reclamar a su partido que exija ya una comisión de investigación en el Congreso, en lugar de limitarse a las comparecencias de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Rodrigo Rato o Miguel Blesa.

Esta sugerencia resonó en la cúpula socialista como una desautorización a su estrategia, que había sido refrendada en la Ejecutiva. Además, dado que Rubalcaba insistió en que no se niega a priori a pedir una comisión de investigación, siempre y cuando no se consideren suficientes las comparecencias que pudieran llevarse a cabo en la Cámara, la declaración de Chacón fue interpretada  como un intento demagógico de sacar ventaja ante los militantes. Una táctica que equiparan a los habituales dardos verbales del madrileño Tomás Gómez para representar al ala izquierdista del partido, y que consideran injusta con los esfuerzos del secretario general por mantener la etiqueta de partido de Gobierno en el PSOE.

“Echar” a la filtradora

Por si fuera poco, Rubalcaba pretende acabar con las filtraciones en las reuniones del partido expulsando a aquellos miembros de la dirección que trasladen a la prensa las divisiones internas. Al inicio de la reunión a puerta cerrada del Grupo Parlamentario, las cámaras de televisión captaron una conversación en la que el líder socialista aseguraba a Eduardo Madina que “echará” a Maru Menéndez, mano derecha del también crítico Tomás Gómez, quien luego exigió a Rubalcaba que se disculpara, por considerarla una filtradora. En este ambiente de tensión se desarrolló el debate, en el que además de Chacón, figuras que la apoyaron como el propio Gómez o Cristina Narbona incidieron en la tesis de centrar el mensaje en la exigencia de una comisión de investigación.  

Para quienes defienden a la exministra, resulta evidente que una parte muy importante del grupo parlamentario y de las bases anhelan una estrategia más dura en torno a Bankia, por lo que sus palabras están más que justificadas. “Es cierto que este mensaje le beneficia ante los militantes, pero ha estado varios meses callada y ahora solo ha dicho algo que piensa mucha gente en el PSOE. No se le puede poner un bozal”, argumentaron.

En este sentido, recordaron que Chacón no ha sido la única en levantar la voz, y que, por ejemplo, el exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza, ha apostado por una comisión de investigación para Bankia en hasta tres reuniones de grupo. Y es que, paradójicamente, la controvertida gestión del Gobierno del PP en torno a la entidad financiera se ha convertido en un bumerán que ha roto el frágil equilibrio interno de los socialistas.