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Los Mossos ante los antisistema violentos: “Ya no estamos criminalizados”
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EL CUERPO LLEVA AÑOS EN ‘EL DISPARADERO’

Los Mossos ante los antisistema violentos: “Ya no estamos criminalizados”

El ánimo de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, la Policía Autonómica de Cataluña, ha cambiado radicalmente desde hace poco más de un año, cuando el

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Los Mossos ante los antisistema violentos: “Ya no estamos criminalizados”

El ánimo de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, la Policía Autonómica de Cataluña, ha cambiado radicalmente desde hace poco más de un año, cuando el consejero Joan Saura cedió el testigo al convergente Felip Puig. Durante los últimos años, los Mossos habían estado en el disparadero. Eran los malos de la película, incluso cuando los grupos violentos antisistema les rociaban con pintura, les escupían o les preparaban trampas con clavos. Ahora se enfrentan a los mismos peligros en la calle, pero van más tranquilos.

Esta misma semana se hacía pública, además, la sentencia sobre la carga policial de mayo pasado contra los indignados acampados en la Plaza de Cataluña, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo por su contundencia. Pero el magistrado no detectó carga desproporcionada y dictaminó que no hubo extralimitación del empleo de la fuerza en la actuación policial.

Ello ha supuesto un balón de oxígeno para los agentes antidisturbios. “Tras las cargas contra las manifestaciones anti-Bolonia durante la legislatura pasada, muchos estudiantes interpusieron denuncias. Los agentes antidisturbios argumentaron que tenían órdenes de cargar, pero como las denuncias fueron personales y no contra el colectivo de los Mossos d’Esquadra acabaron pagando de su bolsillo las multas judiciales. Un policía tuvo que depositar 800 euros y otro, 500, aunque hay todavía varios agentes pendientes de sentencia”, dice a El Confidencial Toni Castejón, portavoz del Sindicat de Mossos d’Esquadra (SME-CCOO).

Estas sanciones contrastan con las que se imponen a los violentos que destrozan mobiliario urbano, a los que sale extraordinariamente barato hacer el salvaje: 70 euros de multa por destrozar una furgoneta; 60 euros por lanzar botellas incendiarias; 40 euros por rayar faldones que cuestan 2.000...

“Lo que hacía la anterior cúpula era poner siempre en tela de juicio la labor de los profesionales que forman los antidisturbios. Los compañeros acudían a las manifestaciones con el temor de que, dependiendo de lo que hiciesen, les iban a abrir expediente, incluso si obedecían órdenes. Ahora, sin embargo, tenemos por fin un consejero que se cree que es el primer mosso. Y eso nos da una gran tranquilidad. Es evidente el cambio de actitud de la cúpula de Interior, porque en aquella época nos sentíamos permanentemente criminalizados”, señala a El Confidencial David Miquel, portavoz del Sindicat de Policies de Catalunya (SPC).

Una actuación “impoluta”

Toni Castejón reitera la misma idea. “Después de la carga de la plaza de Cataluña contra los indignados en mayo pasado, se nos criticó mucho. Las imágenes que se vieron en todo el mundo daban la sensación de una carga desproporcionada y eso redundó en la pérdida de prestigio. Pero en la actuación de esta semana contra los violentos que reventaron la manifestación pacífica de estudiantes, la actuación fue impoluta. No se tiró ni una sola pelota de goma y quien quedó en evidencia fueron los antisistema”, dice Castejón. El portavoz de SME-CCOO también recalca que “en la actualidad, la defensa institucional que tenemos es buena y trabajamos más seguros”.

Valentí Anadón, secretario de Acción Sindical del Sindicat Autònom de Policia (SAP-UGT), señala, por su parte, que “tenemos la sensación de que el consejero ejerce de consejero, que es lo mínimo exigible”. Y destaca que, “aunque en la toma de decisiones siempre hay un componente político, también existe un componente profesional, del jefe que manda el operativo y que en un momento dado, debido a la violencia que utilizan los provocadores, ordene intervenir. En este sentido, la actuación que tuvieron los antidisturbios en la plaza de España esta semana fue de una profesionalidad ejemplar”. Se refiere al operativo montado para evitar que algunos grupos violentos asaltasen el salón después de haber sembrado el caos por el centro de la ciudad.

Miquel, sin embargo, matiza que “no es que ahora tengamos carta blanca para actuar, porque los sistemas de control son los mismos, pero los agentes no van con la presión de antes. Y hay tomas de decisiones claras. No se puede permitir, por ejemplo, que unos violentos viertan kilos y kilos de pintura rosa sobre los agentes de la autoridad y se dé la orden de no hacer nada. En eso sí hemos notado que antes costaba mucho dar la orden, pero ahora no se lo piensan dos veces”.

Policías en conflicto

Los agentes antidisturbios se enfrentan en las calles de Barcelona a grupos perfectamente organizados, “con técnicas de kale borroka, que se infiltran en todas las protestas, sean laborales, deportivas o de estudiantes. Aprovechan para reventar todas las huelgas. Y es lamentable que Barcelona salga siempre en los titulares de todo el mundo por lo mismo”. Lo demás, advierten los policías, ya no depende de ellos. ”Nosotros hacemos nuestro trabajo. Detenemos a los violentos y los pasamos a disposición judicial. Luego, corresponde a la judicatura decidir si les deja o no en libertad”, subraya David Miquel.

Y en esta coyuntura, Anadón recuerda que “a las unidades antidisturbios les va a venir un gran sobreesfuerzo este año y esto ha de ponerlo en valor el Gobierno. A los policías se les pide un esfuerzo pero han de entender que nosotros también estamos en conflicto debido a los recortes presupuestarios”. Porque, entre otras cosas, reclaman que sea la propia Consejería la que les provea de sus instrumentos de trabajo, como chalecos antibala o guantes anticortaduras, por poner algunos ejemplos. El pasado mes de febrero, la Comisión de Interior del Parlamento autonómico aprobó por unanimidad -excepto con la abstención de ERC- una resolución presentada por Ciutadans en la que se insta al Gobierno a dotar de chalecos antibalas ligeros a los agentes en esta legislatura. Pero la Mesa de la Cámara rechazó una iniciativa legislativa popular que pedía lo mismo. Y todo por una razón: si se aprueba, se habría de incluir en el presupuesto. Y no hay dinero.

El ánimo de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, la Policía Autonómica de Cataluña, ha cambiado radicalmente desde hace poco más de un año, cuando el consejero Joan Saura cedió el testigo al convergente Felip Puig. Durante los últimos años, los Mossos habían estado en el disparadero. Eran los malos de la película, incluso cuando los grupos violentos antisistema les rociaban con pintura, les escupían o les preparaban trampas con clavos. Ahora se enfrentan a los mismos peligros en la calle, pero van más tranquilos.

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