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Zapatero hace añicos la estrategia electoral de Rubalcaba con el déficit cero en la Constitución
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LA PROPUESTA DEL PRESIDENTE ECHA POR TIERRA LOS 'GUIÑOS' A LA IZQUIERDA DEL CANDIDATO

Zapatero hace añicos la estrategia electoral de Rubalcaba con el déficit cero en la Constitución

La de ayer fue una jornada aciaga para Alfredo Pérez Rubalcaba. José Luis Rodríguez Zapatero se cargó de un plumazo buena parte de la estrategia electoral cuidadosamente

Foto: Zapatero hace añicos la estrategia electoral de Rubalcaba con el déficit cero en la Constitución
Zapatero hace añicos la estrategia electoral de Rubalcaba con el déficit cero en la Constitución

La de ayer fue una jornada aciaga para Alfredo Pérez Rubalcaba. José Luis Rodríguez Zapatero se cargó de un plumazo buena parte de la estrategia electoral cuidadosamente diseñada por el aspirante socialista a La Moncloa, y Mariano Rajoy aprovechó la ocasión para hincarle el diente a su rival en las urnas y cuestionar su credibilidad como candidato. El presidente del Gobierno propuso formalmente al líder del PP una reforma urgente de la Constitución para reducir el gasto público que ha sido cocinada a espaldas de Rubalcaba y que, además de dar la razón a Rajoy, hace añicos el discurso socialdemócrata con el que el ex número dos del Ejecutivo trata de movilizar al electorado de su partido desencantado con la política económica de Zapatero.

La propuesta del presidente del Gobierno para una reforma exprés de la Carta Magna encaminada a lograr el déficit cero, apoyada de inmediato por Rajoy durante el debate sobre las nuevas medidas de austeridad celebrado ayer en el Congreso, no ha gustado nada a Rubalcaba. El candidato socialista y su equipo de campaña consideran que se trata de una nueva cesión de Zapatero a las exigencias de los mercados financieros, del Banco Central Europeo y del poderoso eje que forman la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, que no cejan en su presión a España para que reduzca drásticamente su déficit.

El anuncio de esa reforma constitucional también fue muy mal acogido por la izquierda -el diputado de IU Gaspar Llamazares alertó de que la "ley del mercado" se impondrá al Estado del Bienestar-, los sindicatos -UGT y CCOO expresaron ayer mismo sus reticencias-, el ala más progresista del PSOE -la corriente crítica Izquierda Socialista considera que es "una barbaridad"- y los indignados del Movimiento 15-M. Es decir, precisamente los colectivos en los que Rubalcaba está tratando de pescar votos para darle la vuelta a las encuestas.

Giro a la izquierda

El giro a la izquierda que el candidato socialista ha imprimido a su discurso desde que fue aclamado por el Comité Federal del partido, con el que intenta desmarcarse de Zapatero y personalizar su campaña, resultó ayer seriamente comprometido por la iniciativa del presidente del Gobierno. Los continuos guiños de Rubalcaba a los votantes progresistas -distanciándose de la pleitesía rendida al Papa durante su visita a España, criticando los excesos policiales contra los indignados, reclamando al Gobierno la prórroga de la ayuda de 400 euros a los parados que han agotado la prestación o defendiendo la supresión de cientos de cargos públicos en las diputaciones- quedaron ayer repentinamente eclipsados por el pacto Zapatero-Rajoy.

Rubalcaba, visiblemente contrariado, se vio forzado a improvisar una rueda de prensa en los pasillos del Congreso -la más corta que se recuerda del candidato socialista- para tratar de salvar la cara. "He hablado en diferentes ocasiones con el presidente del Gobierno sobre la reforma de la Constitución. Me convenció anoche, cuando me dijo que tenía un acuerdo con el señor Rajoy", señaló el ex vicepresidente del Ejecutivo, una frase que dejaba entrever su doble enfado: por haber pactado con el líder del PP a su espalda y, sobre todo, porque Zapatero era plenamente consciente de que Rubalcaba siempre había rechazado reformar la Constitución para controlar el gasto.  

Rajoy y su equipo estaban exultantes: Zapatero admitía implícitamente su derrota y, de paso, les entregaba en bandeja la cabeza de Rubalcaba. Porque tanto el presidente del Gobierno como el candidato a La Moncloa se habían burlado en 2010 del líder de la oposición cuando propuso exactamente eso: una reforma de la Carta Magna para alcanzar el equilibrio presupuestario. Y ahora los dos dirigentes socialistas tenían que tragarse sus palabras.

"No tiene fundamento ni eficacia"    

Reformar la Constitución para limitar el déficit público "no tiene fundamento ni eficacia". Lo dijo Zapatero durante el Debate del estado de la Nación del año pasado, respondiendo así, en un tono despectivo, a la propuesta que Rajoy había planteado tres semanas antes como una de las recetas de lo que bautizó como su "alternativa económica". Y ayer, poco más de un año después, el presidente del Gobierno rescató por sorpresa en el Congreso, al inicio de la sesión parlamentaria que aprobó nuevas medidas de austeridad, la fórmula del cambio constitucional que hasta ese momento había desdeñado.

Rajoy le respondió que no pondrá obstáculos a la reforma de la Carta Magna para controlar el gasto público. Pero el líder del PP contaba con una ventaja: había sido advertido el día anterior de los planes de Zapatero por el propio presidente del Gobierno, y resolvió sacar partido de esa información privilegiada. Sus asesores tuvieron tiempo suficiente para rebuscar en las hemerotecas, y cuando Rajoy subió ayer a la tribuna de oradores para responder a la propuesta de aquél lo hizo con la escopeta cargada. Y vació casi toda su munición sobre Rubalcaba, que también en 2010, como ya hiciera Zapatero, se burló de su proyecto de cambio constitucional.

"Esa propuesta y yo mismo fuimos objeto de una descalificación en toda regla", señaló ayer Rajoy. "Se me pidió que dejara las ideas geniales, se me dijo que había improvisado un cambio en la Constitución como si fuera una panacea, y con ironía poco fina se afirmó lo siguiente: 'Como todos sabemos, la Constitución es una ley que se cambia fácilmente, y en un plis-plas va a acabar con la crisis'. Me gustaría saber si quien hizo las descalificaciones, las gracias y las chanzas ha cambiado de opinión y hoy dice exactamente lo contrario que dijo hace un año".

El autor de esas "chanzas" no fue otro que Rubalcaba, quien preguntó a Rajoy en tono peyorativo, durante su intervención en la convención municipal de los socialistas mallorquines celebrada en junio de 2010, si "tiene algo más que decir, además de la idea genial de cambiar la Constitución. Es hora de que diga algo útil a la ciudadanía, porque si no, o no tiene propuestas o no quiere que se sepan, que es lo que creo".

La de ayer fue una jornada aciaga para Alfredo Pérez Rubalcaba. José Luis Rodríguez Zapatero se cargó de un plumazo buena parte de la estrategia electoral cuidadosamente diseñada por el aspirante socialista a La Moncloa, y Mariano Rajoy aprovechó la ocasión para hincarle el diente a su rival en las urnas y cuestionar su credibilidad como candidato. El presidente del Gobierno propuso formalmente al líder del PP una reforma urgente de la Constitución para reducir el gasto público que ha sido cocinada a espaldas de Rubalcaba y que, además de dar la razón a Rajoy, hace añicos el discurso socialdemócrata con el que el ex número dos del Ejecutivo trata de movilizar al electorado de su partido desencantado con la política económica de Zapatero.

Alfredo Pérez Rubalcaba