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Rajoy deja tocado pero no hundido a un Zapatero empeñado en agotar la legislatura
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EL PRESIDENTE LANZÓ 'GUIÑOS' A PSC Y CiU Y CORTEJÓ AL PNV PARA QUE APOYE LOS PRESUPUESTOS

Rajoy deja tocado pero no hundido a un Zapatero empeñado en agotar la legislatura

José Luis Rodríguez Zapatero llegó derrotado de antemano al debate sobre el estado de la nación. Y salió de él muy tocado, pero no hundido. El

Foto: Rajoy deja tocado pero no hundido a un Zapatero empeñado en agotar la legislatura
Rajoy deja tocado pero no hundido a un Zapatero empeñado en agotar la legislatura

José Luis Rodríguez Zapatero llegó derrotado de antemano al debate sobre el estado de la nación. Y salió de él muy tocado, pero no hundido. El presidente del Gobierno, lejos de disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas, como le exigió un Mariano Rajoy que tuvo a su rival contra las cuerdas pero no alcanzó a rematarlo, se mostró empeñado en agotar los dos años que restan de legislatura: "He elegido mi camino y voy a seguirlo me cueste lo que me cueste", dijo un Zapatero visiblemente más crispado que en anteriores ediciones del debate, y retó a Rajoy a presentar una moción de censura. El líder del PP, consciente de su falta de apoyos, no recogió el guante, y optó por dejar que el líder socialista siga cociéndose lentamente en la salsa de su aparentemente inexorable desgaste político.

José Luis Rodríguez Zapatero llegó derrotado de antemano al debate sobre el estado de la nación. Y salió de él muy tocado, pero no hundido. El presidente del Gobierno, lejos de disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas, como le exigió un Mariano Rajoy que tuvo a su rival contra las cuerdas pero no alcanzó a rematarlo, se mostró empeñado en agotar los dos años que restan de legislatura: "He elegido mi camino y voy a seguirlo me cueste lo que me cueste", dijo un Zapatero visiblemente más crispado que en anteriores ediciones del debate, y retó a Rajoy a presentar una moción de censura. El líder del PP, consciente de su falta de apoyos, no recogió el guante, y optó por dejar que el líder socialista siga cociéndose lentamente en la salsa de su aparentemente inexorable desgaste político.