El PP presiona a Camps para que se declare culpable y evite el juicio

El caso 'de los trajes' del presidente Francisco Camps ha caído como una bomba de relojería en el seno del Partido Popular, que tras el éxito cosechado en las elecciones municipales del 22 de mayo había centrado toda su artillería en acelerar la carrera hacia la presidencia del Gobierno de su líder nacional, Mariano Rajoy. Tras escuchar que el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, José Flors, pretende sentar en el banquillo de los acusados al presidente de la Comunidad Valenciana previsiblemente en otoño, el entorno de Rajoy quiere evitar a toda costa que el juicio se celebre en plena campaña electoral, tanto si las elecciones se adelantan como si se celebran en marzo.

 

Para evitar la fotografía de Camps sentado en el banquillo de los acusados, el entorno más cercano a Rajoy está presionando al líder regional para que pacte un fallo de conformidad con la Fiscalía y la acusación particular reconociendo el cohecho y pagando una multa. Saben que es la única forma de evitar la escandalosa foto de uno de sus barones sentado en el banquillo de los acusados que los socialistas podrían utilizar a su favor para acortar distancias en la batalla electoral que, según las encuestas, coronan como vencedor al PP. 

Mientras que públicamente los populares arropan a Camps y defienden su inocencia, en privado reconocen que lo mejor para el partido es que abandone su cargo, “pero si no se lo pide Rajoy no lo va a hacer. Y Rajoy no se lo va a pedir”. Todos admiten que si Camps dimitiese ahora de su cargo “no pasaría nada”, pero las consecuencias de un juicio a puertas de unas elecciones podrían ser desastrosas para el partido.

A pesar del revuelo interno que ha provocado en Génova el próximo juicio contra el presidente valenciano, el PP cerró filas ayer en torno a la figura de Camps, cuya honradez defienden a pesar de que será juzgado por el caso Gürtel. La primera que habló abiertamente sobre su compañero fue Ana Mato, vicesecretaria de Organización. Subrayó la confianza que el PP ha depositado en Camps, lo calificó como una “persona honrada” y aprovechó para recordar que fueron “los valencianos quienes lo votaron mayoritariamente”. Según recoge ABC, José Antonio Monago, presidente del PP en Extremadura, reclamó respeto para su presunción de inocencia “hasta que no haya sentencia” y criticó el juicio paralelo que se ha iniciado. Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, reconoció que su líder regional “está sufriendo”, aunque prefirió no dar su opinión sobre si lo mejor que podría hacer es dimitir de su cargo.

Mientras que Camps sigue sin hacer declaraciones públicas, ayer habló otro miembro de su Gobierno, el consejero de Gobernación, Serafín Castellano, que aseguró que el presidente tiene un “respaldo total y absoluto de todos” y advirtió de que la apertura del juicio oral no cambia “nada” ni “en la inocencia, en la credibilidad, en el liderazgo y en la gobernabilidad” de Camps ni en la agenda política del Ejecutivo valenciano.  

El PSOE se ofrece para cambiar a Camps

En Ferraz no han tardado en utilizar el caso Camps para desacreditar a su líder nacional. Tras comprobar que Mariano Rajoy no va a pedir la cabeza del valenciano, ayer el PSOE "ofreció" su colaboración al PP para sustituir al presidente de la Generalitat por cualquier otro miembro que elijan. Así, mientras volvieron a insistir en que es Rajoy quien debe tomar la decisión final sobre el futuro del presidente, le recordaron "que tiene que pensar en lo mejor para los valencianos, no para su partido". Antonio Hernando, codirector de la campaña electoral del PSOE, pidió en rueda de prensa a Rajoy que se pronuncie sobre el caso y que tome una decisión al respecto cuanto antes.