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Los eurodiputados cuentan con 20.000 euros al mes para gastos de oficina
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LOS ESPAÑOLES NO QUIEREN VOLAR EN TURISTA PORQUE "FORMA PARTE DE NUESTRO TRABAJO"

Los eurodiputados cuentan con 20.000 euros al mes para gastos de oficina

No solo tienen el privilegio de viajar en business. La Eurocámara dedica cerca del 21% para cubrir los gastos de los europarlamentarios, que perciben suculentas dietas por

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Los eurodiputados cuentan con 20.000 euros al mes para gastos de oficina

No solo tienen el privilegio de viajar en business. La Eurocámara dedica cerca del 21% para cubrir los gastos de los europarlamentarios, que perciben suculentas dietas por cada día que acuden a un pleno, para contratar ayudantes o para cubrir los gastos de oficina y sus viajes. Incluso han peleado por conseguir compensaciones por el tiempo de espera en los aeropuertos o por los retrasos injustificados, una intención fraguada durante la presidencia del irlandés Pat Cox y que fue paralizada. Los eurodiputados querían, por ejemplo, una dieta de 32 euros si la espera había sido de entre dos y cuatro horas, y el doble si la espera había sido de entre cuatro y seis horas. Un retraso mayor supondría un coste de 128,50 euros.

Las diferencias salariales según el país de procedencia ha sido uno de los pluses por los que más han luchado. El Estatuto fijó un sueldo base de 7.956 euros brutos al mes para 2011 y 304 diarios en dietas por cada día de sesión que arrebatan si el eurodiputado no está presente en la votación. Para sus gastos de oficina, la Eurocámara pone a disposición de sus trabajadores 4.299 euros mensuales más los 20.000 euros que se le atribuyen mensualmente a cada eurodiputado para su personal de oficina.

Los viajes de ida y vuelta en avión han sido otro de los pecados capitales de los eurodiputados que más se les ha echado en cara. Muchos han logrado beneficios en cada uno de sus traslados en los que han llegado a ingresar incluso el triple de lo gastado en su desplazamiento. Viven, casi todos, en sus países de origen, y el Parlamento les recompensa con una cantidad fija equivalente al viaje a Bruselas o Estrasburgo en tarifa business. Se usa la tarifa más cara porque se intenta hacer lo más cómodo y en las mejores condiciones para aquellos parlamentarios que viven más lejos. Y no seria justo, según el Europarlamento, pagar a unos una tarifa y a otros otra.

Los propios europarlamentarios españoles se escandalizaban ayer por la enmienda que presentó el eurodiputado portugués que resaltaba que “el ahorro en el Parlamento debe empezar por sus propios miembros” y por ello llamaban a congelar en 2012 sus dietas y sus salarios. Dos europarlamentarios españoles, uno del PP y otro del PSOE, hablan con El Confidencial y coinciden en la misma teoría: “Cogemos entre 120 y 300 vuelos al año, y para nosotros viajar no es un lujo. Forma parte de nuestro trabajo y hacerlo en turista no tiene ningún sentido”. Ninguno de los dos votará a favor de viajar en clase turista “a pesar de que cuatro eurodiputados quieran hacer campaña electoral en su país presentando una enmienda que no tiene ni pies ni cabeza”.

1.928 euros por cada viaje de ida y vuelta

Como en otras partidas, la Eurocámara ha pasado muchos años sin revisar con qué tipo de tarifa aérea volaban finalmente sus miembros y pagaba los desplazamientos, en cambio, a un tanto alzado. Hace tiempo, ni siquiera hacía falta presentar un justificante de que se había viajado en avión o bastaba con mostrar, simplemente, una tarjeta de embarque. En el caso de los diputados españoles, cada uno recibe 1.928 por cada viaje de ida y vuelta. Basta con echar un simple vistazo a las ofertas de Iberia y de otras compañías aéreas para comprobar que se puede volar por mucho menos dinero. “Lo normal es que uno pueda embolsarse al menos 1.500 euros por viaje a la semana”, reconocía en privado un eurodiputado.

El Parlamento europeo también paga un kilometraje extra en función de la distancia recorrida o lo lejos que viva cada parlamentario. En 1996, el popular Antonio González Trevijano solicitó un cambio de domicilio a Canarias para duplicar así sus ingresos. Además, los eurodiputados reciben hasta 3.754 euros anuales adicionales para que impartan, por ejemplo, conferencias en distintas partes del mundo.

Sin embargo, los eurodiputados se muestran taxativos ante la idea de cambiar de asiento en el avión: “Yo paso más de 15 horas a la semana encerrado en un aeropuerto por mis obligaciones como eurodiputado. Tiempo que dedico a trabajar si desde la sala Vip a la que tenemos acceso los viajeros de business class. Tenemos un estatus diplomático, ¿por qué nos lo quieren quitar? Nosotros no lo hemos pedido, pero me parece muy injusto”.

No solo tienen el privilegio de viajar en business. La Eurocámara dedica cerca del 21% para cubrir los gastos de los europarlamentarios, que perciben suculentas dietas por cada día que acuden a un pleno, para contratar ayudantes o para cubrir los gastos de oficina y sus viajes. Incluso han peleado por conseguir compensaciones por el tiempo de espera en los aeropuertos o por los retrasos injustificados, una intención fraguada durante la presidencia del irlandés Pat Cox y que fue paralizada. Los eurodiputados querían, por ejemplo, una dieta de 32 euros si la espera había sido de entre dos y cuatro horas, y el doble si la espera había sido de entre cuatro y seis horas. Un retraso mayor supondría un coste de 128,50 euros.

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