Zapatero ordena su primera misión militar ofensiva en la agonía de su mandato

El líder socialista que llegó al poder en 2004 con un discurso pacifista se dispone a despedir su mandato ordenando su primera misión militar ofensiva. José Luis Rodríguez Zapatero respaldó ayer el uso de la fuerza en Libia y confirmó la participación española en la intervención. Como señaló Alfredo Pérez Rubalcaba, se trata de acatar una resolución de Naciones Unidas “cualitativamente diferente” a la de, por ejemplo, Afganistán. No se trata de preservar la paz, sino de imponerla.

Sin embargo, Zapatero supo presentar la posición de España en el marco de la defensa de los derechos humanos, la comunidad internacional y el amparo de la ONU. De hecho, el presidente compareció con tono solemne acompañado de Ban Ki-moon, quien legitimó ante la opinión pública la decisión del Ejecutivo. “La Resolución que ayer aprobó Naciones Unidas comporta un compromiso terminante, sin vuelta atrás, de la Comunidad Internacional con los derechos humanos y contra los crímenes contra la humanidad”, declaró.

A su juicio, la decisión de proteger a la población civil libia “es un paso decisivo, un paso de relevancia verdaderamente histórica”. Por ello, solicitará autorización al Congreso de los Diputados para que las Fuerzas Armadas desplieguen “medios navales y aéreos”, mientras que ya ha dado luz verde al uso de las bases españolas al ejército de Estados Unidos. Asimismo, precisó que había informado tanto al Rey como a Mariano Rajoy y a Josep Antoni Durán i Lleida, presidente de la comisión parlamentaria de Exteriores.

El presidente del Gobierno cuenta con el apoyo del PP, que mantiene una buena relación con Trinidad Jiménez y ha respaldado los movimientos de la diplomacia española a favor de la resolución de la ONU. Rajoy sostuvo ayer que su partido estará “siempre con sus aliados” y que la decisión “era urgente para evitar que haya atentados contra personas y una masacre contra ciudadanos inocentes”. Este respaldo facilita notablemente el paso de Zapatero por el Congreso para pedir la autorización pertinente, aunque es probable que Rajoy, como ya ha hecho en anteriores debates parlamentarios, aproveche para criticar la diferencia que, a su juicio, existe entre el discurso pacifista del PSOE y la política real del Gobierno.

Aplausos de Estados Unidos

Esta vez, el líder socialista no ha titubeado y se ha ganado el aplauso de Estados Unidos, potencia que no digirió bien las retiradas de Iraq y Kosovo. “España ha demostrado hoy su liderazgo una vez más”, señaló en un comunicado la Embajada de EEUU en Madrid, donde también se tilda a nuestro país de “ejemplo para la región”. Zapatero ha logrado así mejorar su imagen en el ámbito internacional, al contrario que la canciller Angela Merkel, criticada por la abstención de Alemania en el Consejo de Seguridad y su rechazo a participar en la operación militar.

En el ámbito doméstico, el presidente del Gobierno parece haber tomado al fin una decisión popular. Aunque la intervención todavía está por definir y los acontecimientos en Libia son impredecibles, Zapatero puede ver con alivio cómo la crisis y el debate sucesorio quedan desplazados de la primera plana. El amparo de Naciones Unidas y el discurso de protección de los civiles libios encajan a priori con la sensibilidad de la izquierda, mientras que una maniobra de fuerza en el marco de la OTAN también se alinea bien con el pensamiento conservador. Pero todavía es pronto para saber cuál será el legado de la primera misión ofensiva en la que se embarca Zapatero.