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Lo que nos espera tras los 110 km/h: restricciones en el tráfico y coche compartido
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RECOMENDACIONES DE LA AGENCIA INTERNACIONAL DE LA ENERGÍA

Lo que nos espera tras los 110 km/h: restricciones en el tráfico y coche compartido

Y después de los 110 kilómetros por hora, ¿qué nos espera? Si el Ministerio de Miguel Sebastián sigue aplicando a rajatabla el manual del buen ahorrador

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Lo que nos espera tras los 110 km/h: restricciones en el tráfico y coche compartido

Y después de los 110 kilómetros por hora, ¿qué nos espera? Si el Ministerio de Miguel Sebastián sigue aplicando a rajatabla el manual del buen ahorrador energético, la reducción de la velocidad máxima de las autopistas sólo sería la punta del iceberg de un paquete de medidas de mayor calado  y, a la vez, mucho más impopulares. Todo depende de lo apremiante que sea la necesidad de mitigar los efectos de la escalada del crudo y de lo decidido que esté el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a enfrentarse con una opinión pública poco proclive a aceptar semejante tipo de recortes y limitaciones. 

Si atendemos a los cálculos expuestos el pasado viernes por el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, la reducción de velocidad en las autopistas y autovías de 120 a 110 kilómetros por hora durante un año supondría un ahorro de unos 1.400 millones de euros. Sin embargo, esta medida no sería la más efectiva para ahorrar petróleo, según las recomendaciones propuestas a los países de la OCDE por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que llega incluso a proponer que la velocidad se limite hasta los 90 kilómetros por hora. 

Pero el tijeretazo más radical supondría, de acuerdo con la AIE, la aplicación de severas prohibiciones y restricciones sobre el tráfico y la puesta en marcha de campañas que fomenten el uso compartido de los vehículos. Medidas reservadas solo para periodos de gran emergencia y que podrían llegar a ahorrar hasta un millón de barriles diarios de petróleo.

En estas situaciones se contemplan pautas como permisos de circulación en días alternos según la numeración par o impar de las matrículas, el aumento del precio de los peajes y de los impuestos sobre los combustibles y la puesta en marcha de un amplio programa de apoyo al uso compartido del coche. Lo que incluiría, por ejemplo, la prohibición de que vehículos con una sola persona no puedan circular por determinadas vías o que se acondicionasen más carriles específicos para vehículos de alta ocupación, como los carriles BUS/VAO que ya existen en las grandes ciudades.

Todo ello implicaría, según recomienda la propia Agencia, un importante esfuerzo de comunicación por parte de los Gobiernos de turno para asegurarse la cooperación necesaria de los ciudadanos. Un labor que, en los últimos días, ha recaído de forma singular en el experto por excelencia del PSOE y del Consejo de Ministros, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Autobuses gratuitos

Otras medidas más moderadas lograrían, también, reducir la demanda en más de 500.000 barriles de petróleo por día. Entre ellas se contemplan planes para moderar el uso del coche privado estimulando el transporte público. La agencia recomienda, incluso, hacer gratuito el transporte de autobuses, cercanías y metros, durante periodos de gran emergencia, fomentar el teletrabajo o cambiar los horarios en jornadas laborales más largas pero de menos días cada semana. Todo con tal de reducir el número de vehículos que cada día accede a las grandes urbes. 

El Gobierno, de momento, está preparando nuevas medidas adicionales de ahorro que no repercutirán directamente en los usuarios y entre las que figura, por ejemplo, el recorte hasta en un 50% del gasto energético empleado en la señalización de carreteras, según ha anunciado el ministro de Fomento, José Blanco,

Por otro lado, la Federación Española de Municipios y Provincias, que se reunirá hoy con Sebastián para abordar el problema, propondrá al Gobierno limitar el tráfico en el centro de las ciudades y controlar la iluminación en los edificios públicos.  El departamento que dirige Sebastián asegura que está "abierto" a escuchar las medidas adicionales que se puedan adoptar en colaboración con los ayuntamientos y las comunidades autónomas, antes de que el Consejo de Ministros apruebe definitivamente, el próximo viernes, el Plan de Ahorro Energético. Muchas medidas, no obstante, seguirán el camino apuntado por la Agencia Internacional de la Energía.

Y después de los 110 kilómetros por hora, ¿qué nos espera? Si el Ministerio de Miguel Sebastián sigue aplicando a rajatabla el manual del buen ahorrador energético, la reducción de la velocidad máxima de las autopistas sólo sería la punta del iceberg de un paquete de medidas de mayor calado  y, a la vez, mucho más impopulares. Todo depende de lo apremiante que sea la necesidad de mitigar los efectos de la escalada del crudo y de lo decidido que esté el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a enfrentarse con una opinión pública poco proclive a aceptar semejante tipo de recortes y limitaciones. 

Alfredo Pérez Rubalcaba Autopistas