Zapatero confiesa en privado que se siente "incombustible" ante un 2011 "muy duro"

José Luis Rodríguez Zapatero se siente "incombustible" para afrontar un 2011 que promete ser "muy duro" y en el que impulsará "nuevas reformas", algunas de las cuales serán "exigentes". Lo confesó anoche durante una conversación informal con un pequeño grupo de periodistas en el palacio de La Moncloa, con motivo de la tradicional copa de Navidad que el presidente del Gobierno ofrece por estas fechas a los medios de comunicación.

Con una burbujeante copa de cava en la mano y su mejor sonrisa dibujada en el rostro, el líder socialista reconoció que 2010 "ha sido un stress-test permanente, y el próximo año va a ser igual, sobre todo el primer trimestre, que será complicado. Pero hay que seguir haciendo reformas y las voy a hacer, aunque no me gusten, porque yo soy muy disciplinado", en alusión al desarrollo de la reforma laboral y a la prolongación de la edad de jubilación. "Con esas reformas nos jugamos cómo será este país durante los próximos 30 años", añadió

Ante la machacona insistencia de los periodistas por conocer su futuro político, Zapatero admitió que ya ha "tomado una decisión", pero no quiso desvelar si será por tercera vez el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno. "No es conveniente decirlo ahora", se excusó. Las únicas personas a las que ha comunicado si se presentará a la reelección, explicó, son su esposa, Sonsoles Espinosa, y "una persona del partido" que no identificó, aunque todo parece apuntar al vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco.

Críticas en la Ejecutiva

Zapatero destacó la "lealtad" de sus compañeros en unas circunstancias "tan difíciles", aunque silenció que precisamente ayer, dentro y fuera de la Ejecutiva del PSOE que él mismo presidió, varios dirigentes socialistas cuestionaron abiertamente algunas de las medidas más recientes adoptadas por el Gobierno. Dos de los más críticos, según las fuentes consultadas por El Confidencial, fueron el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y la portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Maru Menéndez -mano derecha de Tomás Gómez-, que mostraron sus recelos hacia la reforma de las pensiones.

A pocos metros de Zapatero, en uno de los amplísimos salones donde habitualmente se reúne el Consejo de Ministros, Alfredo Pérez Rubalcaba acaparaba la atención de otro reducido grupo de periodistas. Pero el vicepresidente primero, ministro de Interior, portavoz del Gobierno y, a decir de algunos, cabeza de cartel socialista en las próximas elecciones, se mostró aún más hermético sobre su futuro político. Dijo, pero con un inequívoca sonrisa burlona en los labios, que "nunca" ha querido "ser presidente del Gobierno". Y aseguró -aunque muy pocos le creyeron- que Zapatero no le ha comunicado todavía si optará a la reelección.