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El viaje de Rubalcaba a Afganistán desata la lucha por el poder en el PSOE
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LA MINISTRA CHACÓN Y LOS 'BARONES' VARA Y BARREDA SE SUMAN A LA CARRERA SUCESORIA

El viaje de Rubalcaba a Afganistán desata la lucha por el poder en el PSOE

Las dudas que todavía podían albergar algunos sobre la actual jerarquía de poder en el Ejecutivo acaban de despejarse: Alfredo Pérez Rubalcaba oficia de auténtico presidente del

Foto: El viaje de Rubalcaba a Afganistán desata la lucha por el poder en el PSOE
El viaje de Rubalcaba a Afganistán desata la lucha por el poder en el PSOE

Las dudas que todavía podían albergar algunos sobre la actual jerarquía de poder en el Ejecutivo acaban de despejarse: Alfredo Pérez Rubalcaba oficia de auténtico presidente del Gobierno y como tal se comporta, con gestos y agenda de líder de facto. Y lo hace de común acuerdo con el presidente de iure, Rodríguez Zapatero, quien, ya en retirada, ha decidido relanzar la figura de su sucesor. La visita que realizó el vicepresidente este fin de semana a las tropas españolas destacadas en Afganistán ha abierto la caja de los truenos en el PSOE; quienes se consideran con opciones de liderar el partido están dispuestos a disputarle ese poder.

El viaje ha producido una gran conmoción tanto en los ambientes políticos como en los económicos, por no hablar de los medios de comunicación, porque este tipo de desplazamientos para felicitar la Navidad a las tropas son función del presidente del Gobierno o, en su defecto, de la ministra de Defensa. Fuentes cercanas al también ministro del Interior han señalado que “Rubalcaba tenía pendiente este viaje desde que en agosto pasado un atentado acabó con la vida de dos guardias civiles en Afganistán. Días atrás el ministro habló del tema con la titular de Defensa, Carmen Chacón, que dio el visto bueno al desplazamiento porque no tenía sentido duplicar viajes: Alfredo visitaría a las tropas en Afganistán y ella haría lo propio con las que están en Líbano”.

La explicación no ha servido para atenuar el enorme impacto de un desplazamiento cuyo metamensaje implícito eleva la figura de Pérez Rubalcaba a la condición de presidente del Gobierno. “Desde el punto de vista de la imagen es evidente que Alfredo se está construyendo día a día una agenda de presidente del Gobierno”, señala una personalidad socialista, “y es evidente que en lo que está ocurriendo hay una simetría, una complementariedad en los comportamientos, casi perfecta: porque Zapatero ha dado un paso atrás, y Rubalcaba lo ha dado hacia adelante, con el visto bueno de aquél, claro está”. 

Un viaje que ha abierto la caja de los truenos en el PSOE. El primero en disparar ha sido el secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez: “no creo que el presidente Zapatero no se vaya a presentar a las próximas elecciones”. No obstante, si decidiera no repetir, entonces habría que ir a elecciones primarias, porque “dentro del PSOE no puede haber ningún proceso de elección que no tenga como fundamento la democracia interna”, sentenció ayer mismo Gómez, quien sufrió en sus propias carnes unas primarias urdidas por el propio Zapatero, pero sobre todo por Rubalcaba, para apartarle de la dirección del PSM.

Vara y Barreda, candidatos a la sucesión

“Alfredo está sin la menor duda en la carrera de la sucesión a Zapatero”, señala un alto cargo socialista, “y quien no lo vea así está en la inopia. Lo que ocurre es que hay otros aspirantes al cargo que no se lo van a poner fácil: la ministra Chacón en el propio Gobierno, y varios barones regionales, caso de Fernández Vara y José María Barreda, presidentes de Extremadura y de Castilla-la Mancha, respectivamente, gente que en unas primarias podría darle mucha guerra. Por eso creo que la pretensión de Rubalcaba será, tras las municipales y autonómicas del próximo mayo, ir a un Congreso extraordinario, donde tendría muchas más posibilidades de salir ganador”.

En esta carrera por la sucesión, el vicepresidente y ministro del Interior está desplegando una actividad febril: de todo opina, de todo sabe, en todo participa. Solo hay una materia que cuidadosamente evita: se trata del “marrón” de la Economía, donde APR ni está ni se le espera, ello a pesar de ser el valedor de la ministra del ramo, Elena Salgado. Más que valedor, Rubalcaba fue quien la propuso para el cargo, la avaló ante Zapatero y la paseó por los distintos ministerios. A decir verdad, hizo más: la salvó in extremis del cese, que ya estaba decidido, durante la fallida remodelación del Gobierno que el pasado mes de julio quiso hacer Rodríguez Zapatero.

En el PSOE, más que preocupación por esta exhibición interesada de poder hay alarma. Alarma porque el efecto Rubalcaba que en teoría iba a surtir su nombramiento como hombre fuerte en la última remodelación, se ha diluido como un azucarillo. “A Alfredo le vieron muchos como un valor refugio en una situación de desconcierto como la que actualmente vive el partido” señalan las fuentes, “pero el problema es que han pasado dos meses de aquello y la evolución de la intención de voto no ha mejorado un ápice para el PSOE, no obstante lo cual él está abiertamente en campaña, comportándose como presidente a todos los efectos”.

Las dudas que todavía podían albergar algunos sobre la actual jerarquía de poder en el Ejecutivo acaban de despejarse: Alfredo Pérez Rubalcaba oficia de auténtico presidente del Gobierno y como tal se comporta, con gestos y agenda de líder de facto. Y lo hace de común acuerdo con el presidente de iure, Rodríguez Zapatero, quien, ya en retirada, ha decidido relanzar la figura de su sucesor. La visita que realizó el vicepresidente este fin de semana a las tropas españolas destacadas en Afganistán ha abierto la caja de los truenos en el PSOE; quienes se consideran con opciones de liderar el partido están dispuestos a disputarle ese poder.

Alfredo Pérez Rubalcaba Tomás Gómez