El Sepla critica la lentitud de Fomento dos años después del accidente de Spanair

Juan Javier Pérez se encontraba de guardia el 20 de agosto de 2008 en el Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid. Ese día abrió la investigación judicial del accidente aéreo de Spanair que acabó con la vida de 154 personas. Desde entonces, acumula encima de su mesa un proceso que suma ya más de 46 tomos con 11.300 folios. Fomento asegura haber empezado a tomar las medidas oportunas para evitar que los mismos fallos, técnicos y humanos, puedan truncar alguna vida más. Los familiares, unidos en la asociación de afectados del vuelo JK5022, piden saber qué fue lo que ocurrió. Hoy, dos años después, vuelven al aeropuerto de Barajas para honrar su memoria.

 

El magistrado mantiene como imputados del vuelo con destino a Gran Canaria a dos técnicos de mantenimiento de la compañía aérea como responsables de 154 delitos de homicidio imprudente y 18 delitos de complejidad técnica. El Juzgado está a la espera de los informes que deben emitir los dos órganos periciales competentes: el de la Comisión de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), que hace unos días avanzó que estará para diciembre, y el encargado por el juez a un órgano colegiado integrado por dos técnicos, dos ingenieros aeronáuticos y dos pilotos, para el que no hay un plazo de entrega establecido. Pérez también está pendiente de recibir varios informes técnicos-periciales de las partes personadas en el procedimiento y se producirán nuevas declaraciones.

Fuentes del ministerio de Fomento aseguran que desde el fatídico 20 de agosto han adoptado las medidas oportunas para evitar otro accidente aéreo similar. En fase de tramitación parlamentaria está el proyecto de ley por el que se establece el Programa Estatal de Seguridad Operacional, modificándose así la ley de seguridad aérea. Fuentes de Fomento aseguran que “queremos implantar un enfoque preventivo en la gestión de la seguridad y su vigilancia conforme a las nuevas orientaciones de la Organización de Aviación Civil”.

El Sepla lamenta la "lentitud" de las actuaciones

Buenas intenciones no faltan por parte del Ejecutivo para remendar los errores cometidos en el fatídico accidente de Spanair que todavía no está resuelto. Pero a los familiares de las víctimas no les consuela. El Sepla, el sindicato español de pilotos de líneas aéreas, lamenta la “lentitud” de las actuaciones de la comisión de investigación del siniestro. Además aprovecha para recordar que el accidente de Barajas cuenta con dos precedentes claros: el accidente de Detroit, en EEUU, en 1987, en el que la comisión de investigación norteamericana emitió en nueve meses el informe final, y el incidente de Lanzarote, en 2007, cuyo informe ha tardado más de dos años en publicarse. “Si en éste último caso la CIAIAC hubiera emitido un informe con celeridad, muy probablemente el incidente de Barajas se hubiese evitado”.  

Para fortalecer la independencia de los miembros de la Comisión de Investigación de Accidentes, el Gobierno adoptó en mayo un real decreto que prevé una composición más reducida, “y así asegurar el mejor cumplimiento de sus fines”. Una medida ya adoptada es el nuevo reglamento para controlar los tiempos de actividad y qué requisitos de descanso deben cumplir los pilotos y los controladores civiles de tránsito aéreo. “También hay ya un reglamento para la Organización de demostraciones aéreas”, añaden las fuentes.

Aunque todavía no está en marcha, el Ministerio de Fomento “ha dado un decisivo impulso para la adopción de un nuevo reglamento en materia de investigación y prevención de accidentes e incidentes en la aviación civil”. Un reglamento que constituirá la normativa común aplicable en la Unión Europea en esta materia. En la Conferencia de Alto Nivel en materia de Seguridad Operacional organizada por la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) en marzo, España trasladó a la esfera de esta organización un conjunto de nuevas propuestas para el refuerzo de la seguridad operacional, tales como “las correspondientes a la mejora de la disponibilidad entre estados de datos de seguridad operacional, monitorización continua de la seguridad operacional, y mejora de las comunicaciones transoceánicas”.

Un corazón formado por 154 rosas blancas, una por cada víctima, rinde homenaje hoy a los pasajeros fallecidos en el mismo lugar en el que el avión se estrelló. Un lugar cuyo acceso está restringido al público y a la prensa. Ahí, sus familiares guardarán un minuto de silencio.