Los comunistas de IU Andalucía fulminan a la corriente crítica

Controlada más que nunca por el Partido Comunista, Izquierda Unida de Andalucía ha decidido fulminar de la esfera política a todos los críticos que se le crucen por el camino. Su coordinador regional, Diego Valderas, no quiere que nadie le rechiste. Y muchos menos a ningún miembro de Foro Abierto, la facción crítica, que reivindica una coalición sin “el fantasma del sectarismo”, como denuncia Concha Caballero, ex portavoz de IU en el Parlamento andaluz, en su blog.

Caballero, que acaba de incorporarse a su plaza de profesora de lengua y literatura en un instituto sevillano tras terminar un año sabático en el que ha escrito el libro Sevilla, ciudad de palabras, con prólogo de Luis García Montero, lo explica con detalle en su bitácora: “Las personas expulsadas, removidas, silenciadas, autoexcluidas - ¡qué maldad de término!- son hoy ya mayoría. Solo una ínfima parte de ellas han cambiado de ideología. Para mi continúan siendo mis compañeros de ideas, de sueños y de aspiraciones. Como siga así la cosa habrá que exclamar: ‘Expulsados de todo el mundo: ¡uníos!”.

La incomunicación entre el sector oficialista y Foro Abierto es cada día más evidente. El caso más polémico es el de Bollullos del Condado (Huelva), el pueblo natal de Valderas, donde los concejales de IU decidieron respaldar una moción de censura, presentada por el PP, para desbancar al ex alcalde socialista, Carlos Sánchez, íntimo amigo del coordinador regional,  y ahora imputado por la Fiscalía por un presunto delito de prevaricación y fraude en la contratación. Valderas ha decidido expulsar a más de un centenar de miembros de IU de su localidad.

Según Antonio Girón, de la dirección provincial de IU en Sevilla y destacado miembro del sector crítico,  la raíz del problema de la coalición se centra en que la dirección del PCE está imponiendo disciplina a sus propios dirigentes en vez y así “es difícil que IU vuele sin el Partido Comunista”, explica Girón a El Confidencial.

La salida de IU de Kechu Aramburu, histórica dirigente en Sevilla, no sólo por discrepancias personales con Valderas, sino argumentando “falta de convivencia en la coalición”, se observa en el sector oficialista de Izquierda Unida como anticipo a la posible oferta de Rosa Aguilar –mantienen una excelente relación- para que acepte un cargo en el organigrama de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía.

 “Aramburu no tenía motivos para quejarse. Ha estado en la Presidencia Federal, ha sido eurodiputada y estaba bendecida por la coalición”, cuentan fuentes de la organización de izquierdas. Valderas ha acusado a Aramburu de figurar en la operación Rosa, con su participación en un supuesto pacto a las tres de la tarde del pasado 22 de abril con José Antonio Griñán. “Con tu elucubración me hiciste llegar, una vez más, que ya no es posible la convivencia dentro de la organización”, lamenta Aramburu en su carta de despedida pública.

En Izquierda Unida Andalucía no quieren saber nada de crisis internas. “Estamos en campaña”, se apresuran a aclarar a este diario. “En este momento sólo nos interesa hablar de Europa. Ahí estamos volcando el 120% de nuestra masa gris. Sería una falta de respeto a los ciudadanos hablar de otros temas”. Otro miembro de la dirección regional da su razón de su silencio a las preguntas de El Confidencial: “El día 8 de junio te hablo lo que tú quieras, pero ahora no”.

Quien se dispone a hablar de la criba interna dentro de la coalición (Foro Abierto lo tacha directamente de “purga”) es José Antonio Castro, coordinador provincial de Izquierda Unida en Málaga y diputado en el Parlamento andaluz. “A los de Foro Abierto”, explica Castro a este diario, “los tenemos en cuenta. La coalición es un concurso de voces que confluyen, aunque no podemos negar que tenemos problemas. Sería negar lo evidente”.

En la provincia de Jaén la dirección regional también expulsó de IU, a finales del mes de marzo, a los diputados provinciales Francisco Checa y José Luis Angulo. Y Antonio Serrano, concejal del Ayuntamiento de Málaga, está pendiente de que la Comisión de Garantías de la Ejecutiva Federal resuelva su expulsión definitiva de la coalición. “El peso del PCE ha sido progresivo. No son más que el resto de IU, pero controlan las asambleas de delegados”, critica Serrano.

Concha Caballero destaca que la dirección actual de la coalición en Andalucía no está dispuesta a “introducir cambios que acaben con esta sangría política”. Y añade en su blog una frase que se repite en IU: “No nos quieren en esta organización”.