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El PNV no sabe qué hacer con Ibarretxe: ¿líder de la oposición o retiro dorado?
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El PNV no sabe qué hacer con Ibarretxe: ¿líder de la oposición o retiro dorado?

¿Calentará Juan José Ibarretxe el banquillo de la oposición durante los próximos cuatro años? ¿Será el candidato del PNV en las elecciones autonómicas de 2013? ¿Disputará a Iñigo Urkullu la presidencia

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¿líder de la oposición o retiro dorado?
El PNV no sabe qué hacer con Ibarretxe: ¿líder de la oposición o retiro dorado?

¿Calentará Juan José Ibarretxe el banquillo de la oposición durante los próximos cuatro años? ¿Será el candidato del PNV en las elecciones autonómicas de 2013? ¿Disputará a Iñigo Urkullu la presidencia del partido? ¿Dejará la política activa por un retiro dorado en una empresa pública? Siete semanas después de los comicios vascos, el lehendakari en funciones aún prolonga el suspense sobre su futuro inmediato y mantiene en vilo al PNV, cuya estrategia para recuperar el poder depende, en buena medida, de las intenciones personales de Ibarretxe.

La única incógnita que ya ha despejado es que, finalmente, defenderá su candidatura como aspirante a lehendakari en el debate de investidura que se celebrará a primeros de mayo en el Parlamento de Vitoria, aunque sabe que está condenada al fracaso porque no reunirá los 38 votos necesarios para ser reelegido, una cifra que sí sumará, con el apoyo del PP de Antonio Basagoiti, el socialista Patxi López. Pero aquí terminan las certezas, porque Ibarretxe aún no ha dado ninguna señal acerca de cuál será, a partir de ahora, su destino personal y político.

Las fuentes del nacionalismo vasco consultadas por El Confidencial se muestran divididas. Hay quien cree que el propio Ibarretxe debe abrir el debate sucesorio y ceder el paso a un nuevo candidato. Porque, pese a haber ganado las elecciones en votos y escaños, argumentan estas fuentes, su discurso radical en favor del referéndum de autodeterminación y su apuesta por el soberanismo le han pasado factura en las urnas y han condenado al PNV, por primera vez en casi tres décadas, a una travesía del desierto de cuatro años en la oposición.

Pero también son muchos los que opinan que, hoy por hoy, Ibarretxe es el mayor activo del partido, y que sin él no habrían alcanzado el listón de los 30 escaños y rozado el 40% de los votos, el segundo mejor resultado en solitario de la historia, un registro sólo superado en 1984 por Carlos Garaikoetxea, que obtuvo 32 parlamentarios. Si Ibarretxe quiere seguir, argumentan sus partidarios, nadie se lo podrá impedir.

"Ibarretxe es demasiado joven y tiene demasiado tirón en las bases del partido como para pensar en la retirada. Él se siente fortalecido por lo resultados electorales; y si se va, el PNV podría volver a romperse en dos pedazos, como ocurrió con la escisión de Eusko Alkartasuna. Aunque fuera de Euskadi muy pocos lo crean, él es el que mantiene unidas las dos almas del partido, la soberanista y la pragmática", apunta uno de sus defensores.

El discurso y la estrategia  

José Antonio Pastor, secretario general del PSE de Vizcaya, sostiene que si Ibarretxe pasa a ser jefe de la oposición "condicionará el discurso político y la estrategia del PNV en los próximos años", porque, a su juicio, "no habrá nadie en el partido que se atreva a llevarle la contraria. Lo que está claro es que Urkullu no tiene la suficiente autonomía ni autoridad política como para establecer una estrategia concreta respecto al futuro de Ibarretxe".

Un Ibarretxe convertido en líder de la oposición en el Parlamento autonómico y un Urkullu que seguiría siendo presidente del PNV podría engendrar una incómoda bicefalia en el partido que resucite viejas rencillas. En una conversación con la periodista María Antonia Iglesias, recogida en un libro publicado a comienzos de este año, Urkulllu afirmaba: "Mi relación con Ibarretxe la vivo con muchas dificultades. Hay muchos días en los que tengo que hacer actos de fe para que sigamos unidos".

Pero hay una tercera corriente entre las fuentes nacionalistas consultadas por El Confidencial: la que representan quienes creen que Ibarretxe liderará, en una primera fase, la oposición a López en el Parlamento vasco, y que a medio plazo cederá ese puesto a un nuevo líder que, a la postre, será el candidato del PNV en las próximas elecciones autonómicas.

Si ése fuese el futuro escenario, muy pocos se aventuran a pronosticar quién recogerá el testigo de Ibarretxe como reclamo electoral. Sin embargo, Andoni Ortuzar, muy cercano a Urkullu, ex director general de la radiotelevisión pública vasca y presidente del PNV en Vizcaya -el territorio donde el partido es más fuerte y cuenta con un mayor número de afiliados-, partiría con cierta ventaja en la carrera sucesoria.

En lo que sí coinciden las fuentes consultadas es en que Ibarretxe, una animal político de sólo 52 años, difícilmente se irá a su casa de Llodio (Álava) tras perder el debate de investidura ante López. Pero, si eso ocurriese, el partido, aseguran, le buscaría un retiro dorado en alguna empresa pública o fundación vinculada al PNV. Una buena salida podría ser la presidencia de Innobasque, la Agencia Vasca de la Innovación, una entidad privada para el impulso de la tecnología y la creatividad. O la de Euskadi 2020, el think tank del PNV. 

¿Calentará Juan José Ibarretxe el banquillo de la oposición durante los próximos cuatro años? ¿Será el candidato del PNV en las elecciones autonómicas de 2013? ¿Disputará a Iñigo Urkullu la presidencia del partido? ¿Dejará la política activa por un retiro dorado en una empresa pública? Siete semanas después de los comicios vascos, el lehendakari en funciones aún prolonga el suspense sobre su futuro inmediato y mantiene en vilo al PNV, cuya estrategia para recuperar el poder depende, en buena medida, de las intenciones personales de Ibarretxe.