Al enemigo ni agua: la Generalitat impide que la oposición investigue el polémico ‘Caso Informes’

El Gobierno de la Generalitat de Cataluña deniega el acceso a los informes externos que encargan las distintas consejerías porque “la oposición no hace un buen uso de los mismos”, según declaró a El Confidencial el portavoz parlamentario de Convergència i Unió (CiU), Oriol Pujol Ferrusola. El principal partido de la oposición ha solicitado en varias ocasiones, desde enero del 2009, información sobre los estudios e informes encargados por el Ejecutivo que preside José Montilla durante el año 2008, aunque no ha recibido datos sobre los mismos. La Administración niega incluso una relación nominal de los estudios encargados el año pasado, a pesar de que está obligada a facilitar la información que se pide en el Parlamento e incluso a entregar copia de los trabajos. 

“De momento, hemos tenido acceso a algunos datos del año 2007 y a informes de hasta 12.000 euros. Pero también queremos conocer los estudios que se han hecho por un precio superior a ése. Nos tememos que, al igual que hemos descubierto con los otros, haya algunos que son inútiles o que tengan irregularidades graves”, señaló Pujol. 

Por su parte, el diputado Jordi Turull señaló también a este diario que “cuando comencé a pedir información, no hubo problemas e incluso me daban fotocopias. Cuando el tema comenzó a salir en la prensa, se acabó la transparencia: ya se negaron las fotocopias y, ahora, ni siquiera nos dan la relación de estudios. He pedido los informes que se hayan hecho el año pasado, con los importes y los adjudicatarios, pero se me ha negado todo. Lo que se me ha dicho es que vaya consejería por consejería y que pida allí la relación de cada una. De momento, he comenzado a pedir hora en cada uno de los departamentos, pero esta labor puede llevar meses, porque, además, al no dar fotocopias, he de ir tomando notas de absolutamente todos los informes que vea”, se queja el diputado de CiU. 

La lista de estudios encargados es fundamental para realizar una labor mínima de control. “Yo no sé si los que me voy a encontrar encima de la mesa son todos los que se han encargado. Y para realizar preguntas o hacer mi trabajo, necesito documentos. No puedo hacer una interpelación o una acusación sin pruebas”, dice Turull. Y añade que “teniendo un listado, enseguida ves si un informe puede ser bueno o es una chapuza”. 

Misteriosas desapariciones 

Turull detectó tres tipos de irregularidades en los estudios encargados en el 2007. Por una parte, los informes manipulados; por otra parte, los cambiados; y, por último, los atribuidos a personas que niegan haberlos hecho. “En el Departamento de Innovación, Universidades y Empresa, por ejemplo, me encontré en octubre pasado con que me dieron un informe  y, al día siguiente, cuando me desplacé a la consejería, me presentaron otro diferente, diciéndome que el que me habían dado era un borrador. Otro estudio era en castellano y cargaba duramente contra CiU ensalzando a ERC. Días después, había otro informe similar pero los nombres de CiU y ERC habían desaparecido. Por último, me remitieron un último informe más corto, de 20 folios y en catalán, totalmente diferente del primero. Y en otro, había solamente equis en vez de cifras. Como lo rellenaron deprisa, resulta que concluía que los niños catalanes veían la televisión 147 horas semanales, es decir, un total de 21 horas diarias. Era un desastre”. 

Ahora, con la reciente sentencia sobre el caso Farreras (la Audiencia absolvió la semana pasada al consejero de Trabajo, Ignasi Farreras, de haber adjudicado ocho informes a un militante de Unió, pero condenó al adjudicatario y al secretario general de la consejería, Josep Maria Servitge, el segundo después del consejero, a más de 4 años de cárcel), el diputado de CiU cree que “después de lo que he visto, creo que algunos cargos del Gobierno tripartito no deben dormir muy tranquilos. Si el criterio de la Justicia es el mismo, tendrá mucho que hacer de aquí en adelante”. Servitge fue condenado por prevaricación y malversación de caudales públicos. “Pero aquí hay también alteración, manipulación y falsificación de informes. Y a todo ello hay que tener en cuenta que si el Gobierno de CiU gastó en informes 50 millones de euros, contando los de las obras públicas, que son los más onerosos, el tripartito está gastando del orden de los 275 millones de euros, es decir, 5,5 veces más”. 

De momento, Turull sólo puede afilar sus lápices y alisar sus folios para tomar buena nota de los papeles que le dejen ver en cada una de las consejerías que visite. “Es una labor de hormigas, pero no me rindo”, advierte.