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El destierro de Julián
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El destierro de Julián

Julián Muñoz ha sustituido la carpeta azul, aquella con la que cubría la vergüenza de sus esposas cuando estaba en la cárcel, por una más liviana

Foto: El destierro de Julián
El destierro de Julián

Julián Muñoz ha sustituido la carpeta azul, aquella con la que cubría la vergüenza de sus esposas cuando estaba en la cárcel, por una más liviana de color amarillo con la que se pasea debajo del brazo por Marbella. Corren malos tiempos para este ciudadano al que nadie quiere ver en esta ciudad, a la que esquilmó no hace mucho tiempo atrás. Un colectivo de ciudadanos ha pedido el destierro del ex alcalde y que se le considere persona “non grata” en esta tierra.

En los últimos días, Julián ha sido condenado a devolverle 50 millones de euros al Ayuntamiento por irregularidades contables; le han pedido hasta 119 años por su supuesta participación en el desvío sistemático de fondos municipales en el llamado 'caso Monteverde' y, por si fuera poco, un amigo suyo ha destapado los montajes que tenia en cartera el ex alcalde para sanear su maltrecha economía.

Y es que desde que la tonadillera Isabel Pantoja saliera en una revista del corazón anunciando que su relación sentimental había terminado, el caché de Julián ha caído en picado. Nada de lo que hace ni de lo que dice es ya noticia. En concreto, el miércoles montó la misma pantomima que en otras ocasiones en las puertas de los juzgados y ninguna televisión se hizo eco de sus declaraciones.

En los foros de Marbella pueden leerse frases como “Me estoy cansando de ver a este Sr. diciendo siempre que él no ha hecho nada ni se ha llevado dinero de nuestro pueblo. Luego bien que se pasea por nuestras calles. Habría que echarlo de aquí y no permitir que se acerque a menos de 100 kilómetros de distancia. Y encima con esa sonrisa de chulo que aparece en las fotos. Julián, ¡Quién te ha visto y quién te ve! Con lo chulo y pijo que ibas siempre”. En otros apartados se anuncian movilizaciones para hacer firme la petición de destierro de esta ciudad.

‘Capi’, la otra amenaza del ex alcalde

Otra de las amenazas que se le viene encima a Julián Muñoz es ‘Capi’, un recluso ucraniano que se erigió en su guardaespaldas en la prisión de Alhaurín, protegiéndole de los demás presos y que ahora, despechado por el incumplimiento de las promesas de Cachuli de “arreglarle los papeles” cuando saliera de prisión”, va contando intimidades del ex alcalde que no le dejan en muy buen lugar.

Entre ellas, ‘Capi’ asegura que presenció personalmente cómo Julián y su abogado Javier Saavedra preparaban un montaje para las revistas del corazón con la actriz Ana Obregón. Se da el caso de que Saavedra también es abogado de la presentadora de televisión y esta exclusiva serviría para oxigenar la economía de ambos. Según el recluso, ésta sería una manera de que Saavedra cobrase los honorarios de Muñoz, ya que el juez Oscar Pérez del caso Malaya rechazó el pago de minutas a los profesionales que asisten al ex alcalde con el dinero que se le embargo por su actuación en Telecinco.

Pero estas acusaciones no son las únicas que salen por la boca de este ucraniano, “traicionado por la falsedad” del ex alcalde y con el que se le ha visto paseando por Marbella. ‘Capi’ asegura que Julián solía decir que “Marbella le importaba un carajo” y que “los catetos de aquí se fueran a la mierda”.

En el banquillo de la Audiencia Nacional

Julián Muñoz se sentará próximamente en el banquillo para justificar el presunto saqueo sistemático del Ayuntamiento de Marbella junto a otros 35 acusados. El juicio está ya para celebrarse a falta de que la Audiencia Nacional señale fecha. En esta ocasión, deberá explicar el desvío de más de 40 millones entre 1995 y 1997 cuando era concejal o teniente de alcalde y todavía no tenía en sus manos el bastón de mando de Marbella.

Mientras tanto, sigue paseando su carpeta amarilla por las calles de Marbella y se agarra estos días a que el amparo de que la sentencia del Tribunal de Cuentas que le condena a pagar 50,7 millones de euros al Consistorio por irregularidades, aún no es firme. En este dictamen jurídico se le declara “responsable contable directo solidario” de las irregularidades cometidas entre 1997 y 2000 en la sociedad municipal Contratas 2000 S.L., ya disuelta, de la que era miembro del consejo de administración.

Este daño fue de 34,99 millones de euros, que unido a los intereses devengados desde que se desviaron los fondos públicos suman casi 51 millones que ahora deberán devolver entre los tres. Esta no es la primera condena del Tribunal de Cuentas a Julián Muñoz, pero sí la más cuantiosa. Hace un mes, el mismo tribunal le condenó al pago de 277.000 euros. En ambos casos se trataba de la facturación de obras “inexistentes”.

Sin embargo, la mayor petición de cárcel a la que se ha enfrentado hasta el momento es la que demandó hace unos días la Fiscalía Anticorrupción de trece años, y 119 por parte del PSOE. Está acusado de malversación, falsedad en documento, prevaricación y hasta obstrucción a la investigación que realizó el Tribunal de Cuentas, que fue quien detectó las irregularidades contables que esquilmaron las arcas municipales durante el gilismo. Supuestamente, provenientes de tres tipos de actividades: la evasión de pagos a la Seguridad Social, el desvío de fondos a través de las empresas del estudio del arquitecto Monteverde, y sacar directamente el dinero de la caja sin justificar.

De nuevo la carpeta azul

La carpeta amarilla de Julián puede cambiar de nuevo de color y ser sustituida por la de color azul para tapar otra vez las esposas. No hay que olvidar que aún tiene pendientes más de un centenar de casos con la justicia. De hecho, sus apariciones para prestar declaración por los innumerables delitos urbanísticos de los que está acusado lo han convertido en uno de los personajes más habituales de los juzgados marbellíes.

El miércoles, concretamente, prestó declaración en el Juzgado de Instrucción número 5 y reiteró que no recuerda haber firmado un convenio urbanístico en el año 2002, aunque no niega la rúbrica del mismo. A pesar del pacto que firmó con la Fiscalía, por el que se le agruparon 49 procedimientos judiciales a cambio de su confesión y de reducir a tres años máximo el cumplimiento en prisión por todos ellos, el ex alcalde sigue compareciendo casi todas las semanas por las dependencias judiciales.

Julián Muñoz ha sustituido la carpeta azul, aquella con la que cubría la vergüenza de sus esposas cuando estaba en la cárcel, por una más liviana de color amarillo con la que se pasea debajo del brazo por Marbella. Corren malos tiempos para este ciudadano al que nadie quiere ver en esta ciudad, a la que esquilmó no hace mucho tiempo atrás. Un colectivo de ciudadanos ha pedido el destierro del ex alcalde y que se le considere persona “non grata” en esta tierra.

Julián Muñoz