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Aguirre prepara una crisis de Gobierno ante la posible imputación de alguno de sus colaboradores
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“NO LE VA A TEMBLAR LA MANO”, ASEGURAN EN LA COMUNIDAD

Aguirre prepara una crisis de Gobierno ante la posible imputación de alguno de sus colaboradores

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tiene preparada una remodelación de su Gobierno que llevará a cabo en los próximos meses si alguno

Foto: Aguirre prepara una crisis de Gobierno ante la posible imputación de alguno de sus colaboradores
Aguirre prepara una crisis de Gobierno ante la posible imputación de alguno de sus colaboradores

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tiene preparada una remodelación de su Gobierno que llevará a cabo en los próximos meses si alguno de sus más estrechos colaboradores resultara imputado en alguna de las causas abiertas por presunta corrupción o las encuestas reflejaran un desgaste mayor de lo asumible, precisamente por los distintos episodios que han salpicado a la Comunidad en las últimas semanas: el caso del espionaje y la trama de corrupción que investiga el juez Garzón.

 

Fuentes de este diario señalan que Aguirre sigue confiando en sus colaboradores, “pero no le va a temblar la mano si tiene que prescindir de alguno”. No le tembló para exigir al alcalde de Boadilla que dejara el cargo -ahora es el PP el que le ha abierto un expediente informativo, paso previo a la expulsión-, ni tampoco para aceptar la dimisión del consejero de Deportes, Alberto López Viejo, tras verse implicado en la misma trama aunque no está imputado. De hecho, el PP espera a que se produzca la imputación para seguir el mismo proceso.

Lejos de haber cerrado la ‘crisis’ provocada por estos escándalos, en la Comunidad existe la sospecha, cada vez más intensa, de que pueden aparecer nuevas acusaciones que afecten a alguno de los actuales colaboradores de Aguirre. Sin decirlo, estas fuentes señalan al consejero de Presidencia, Francisco Granados, directamente implicado en al menos dos asuntos importantes, el del espionaje, y las acusaciones de un ex directivo de la empresa Dico -ver noticia-, aunque la presidenta se inclina por darle un voto de confianza.

En cualquier caso, “Aguirre no se va a mover cuando lo exija la oposición, sino cuando ella crea oportuno hacerlo”, añaden estas fuentes, “porque su obligación es preservar la institución y para eso necesita cortafuegos”. Hoy por hoy, y a diferencia de lo ocurrido hasta ahora, Aguirre cuenta con el respaldo de Mariano Rajoy a cada uno de sus movimientos, por lo que esta crisis, según estas fuentes, lejos de haberla debilitado la ha fortalecido, “al igual que ha ocurrido con el líder del PP”.

Aguirre se sintió sola

Estas fuentes señalan que su estado de ánimo “es bueno, aunque es verdad que todo esto nos afecta y distrae la atención tanto de los problemas de los ciudadanos como de nuestra propia agenda”. Pero añaden que el aspecto positivo es que “el partido ha transmitido por primera vez en muchos meses una imagen de unidad que los electores también saben apreciar”. En este sentido, estas fuentes señalan que durante la crisis del espionaje “la presidenta se ha sentido muy sola, incluso a veces atacada dentro de su propio partido”.

“Lo peor -añaden estas fuentes del Gobierno regional- es que todos sentimos que estamos bajo sospecha, y eso hace muy difícil trabajar”. De hecho, reconocen que aunque de puertas para afuera la presidenta se sigue mostrando muy firme, “lo lógico es pensar que estos han sido, probablemente, los momentos más duros de su carrera política, y que ha tenido que afectarle”. Por eso añaden que “si tiene que hacer una crisis de Gobierno, la va a hacer, porque sabe que eso le dará más impulso y ahora este Gobierno parece agotado”.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tiene preparada una remodelación de su Gobierno que llevará a cabo en los próximos meses si alguno de sus más estrechos colaboradores resultara imputado en alguna de las causas abiertas por presunta corrupción o las encuestas reflejaran un desgaste mayor de lo asumible, precisamente por los distintos episodios que han salpicado a la Comunidad en las últimas semanas: el caso del espionaje y la trama de corrupción que investiga el juez Garzón.