Urkullu se estrena como presidente del PNV amenazando a Zapatero y Rajoy

Continuismo, sí, pero con las tesis soberanistas del lehendakari Ibarretxe. Íñigo Urkullu fue proclamado ayer oficialmente como nuevo presidente del PNV con un discurso que marca nítidas distancias con la estrategia más conciliadora de Josu Jon Imaz en dos aspectos fundamentales: el plan autodeterminista del presidente vasco, cuya insistencia en la consulta fue interpretada por Imaz como una cesión a las aspiraciones históricas de ETA y motivó su retirada, y la adhesión de los peneuvistas a la lucha antiterrorista del Gobierno.

Es cierto que la farrogosa intervención de Urkullu, seguida por los aplausos de rigor de la militancia congregada en el bilbaíno Palacio Euskalduna, fue ambigua en muchos de sus párrafos. Pero el nuevo líder del PNV se mostró meridianamente claro al asegurar que el partido defenderá "con firmeza y convicción" el proyecto de Ibarretxe, que contempla una detallada 'hoja de ruta' que concluye con un referéndum sobre el derecho a decidir de los vascos haya acuerdo o no con Madrid.

Y fue aún más lejos: tras asegurar que será responsabilidad del Gobierno español rechazar una propuesta que "estabiliza la democracia española como nunca en su historia lo ha sido y nos situará a los vascos ante la responsabilidad de decidir por nosotros mismos, ante nosotros mismos y para nosotros mismos", advirtiendo que el PNV podría responder con la ruptura a una nueva negativa del Estado a los planes de Ibarretxe. "Dar un nuevo portazo a las posiciones constructivas del nacionalismo vasco de vocación institucional, situaría al PNV ante la tesitura de analizar seriamente si su estrategia de concordia o de cohabitación compartida y correspondida tiene o no mayor recorrido", amenazó Urkullu, quien aseguró que es eso lo que deben valorar ahora, "seriamente", tanto Zapatero como Rajoy. Al tiempo que instó a ZP a hacer una lectura "leal" de los derechos históricos recogidos en la Constitución para aceptar el derecho de autodeterminación.

Para el líder del PNV, que se remontó varios siglos atrás para justificar el camino emprendido hacia la construcción de la nación vasca, quien niega la existencia de un conflicto político al margen de ETA actúa con "malevolencia", "estulticia" o ambas cosas al tiempo. Los calificativos sobre la criminal actividad de la banda no resultaron, ni de lejos, igual de contundentes que los que ha venido empleando Imaz en los últimos cuatro años tanto contra la banda "fascista" como contra quienes les apoyan. Más al contrario, y apenas 24 horas después de que ETA asesinara a un guardia civil en Francia, Urkullu lanzó un guiño a la izquierda abertzale cada vez más acorralada por la Justicia. "Contra ETA más democracia, con la izquierda radical abertzale todo un mundo a construir conjuntamente....... si se disocian del terror", señaló el presidente del PNV, cuyo discurso pone en serios aprietos a unos socialistas que, con sus pactos presupuestarios, acaban de asegurar el liderazgo en las instituciones de los peneuvistas más radicales.