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El embarazo de Letizia reabre el debate de la sucesión
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El embarazo de Letizia reabre el debate de la sucesión

“Lo razonable es que, ante el riesgo de que nazca un varón, se reformara antes la Constitución o ésta se abordara en las próximas elecciones generales”.

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El embarazo de Letizia reabre el debate de la sucesión

“Lo razonable es que, ante el riesgo de que nazca un varón, se reformara antes la Constitución o ésta se abordara en las próximas elecciones generales”. La frase proviene de fuentes del Consejo de Estado, el máximo órgano de consulta del Gobierno. Aconsejan poner la venda antes que la herida, y modificar la Carta Magna para que la infanta Leonor no pierda su escalafón en la sucesión al trono. Eso podría ocurrir si la princesa Letizia da a luz un niño el próximo mes de mayo.

La pequeña Leonor no tiene derechos adquiridos al trono por el mero hecho de ser hija de los Príncipes de Asturias. El único heredero que existe es don Felipe. Y si en mayo la infanta tuviera un hermano, el debate sobre la sucesión no se plantearía hasta que no haya que elegir al próximo príncipe o princesa de Asturias. Esto es, hasta que don Felipe sea proclamado rey o cuando el candidato a príncipe cumpla 18 años.

Si para entonces no se ha reformado la Constitución, el hermano de Leonor sería el heredero al trono de España. Porque la Carta Magna consagra la preferencia del hombre sobre la mujer en la sucesión a la Corona en su artículo 57.1

La reforma en cuestión es la más grave de las dos previstas en la Carta Magna: la extraordinaria, que protege, entre otros, los derechos fundamentales y la Corona a través del artículo 168. Este procedimiento conocido como agravado implica que las Cortes aprueben modificar la Constitución, que se disuelvan, se convoquen elecciones generales y que un nuevo Parlamento apruebe el texto definitivo. Después, el texto deberá ser sometido a referéndum.

Ante tal dificultad, el Gobierno siempre ha creído necesario aprovechar la disolución de las Cortes requerida en las próximas elecciones para introducir, de paso, la reforma constitucional. Llegaría, por tanto, en 2008, si antes José Luis Rodríguez Zapatero no adelanta las elecciones.

Monarquía o república

Pero surge la desconfianza: “¿Y si el que gana las elecciones no respeta el acuerdo?”, se preguntaban ayer en fuentes políticas. Porque son las nuevas Cortes las que elaborarán el texto definitivo. Surge también otro temor, monárquico o institucional: ¿Y si la consulta se convierte en un referéndum sobre la monarquía?

Todo ello hace imprescindible el pacto entre PSOE y PP. Los dos únicos partidos capaces de formar gobierno deberían llevar esta reforma en sus programas electorales. Y ambos tendrían que pactar de forma muy precisa la modificación constitucional.

Ayer fue una jornada de felicitaciones y telegramas a los príncipes de Asturias. Ni el Gobierno ni el PP quisieron eclipsarla con debates constitucionales. Ambos partidos están de acuerdo en reformar la sucesión a la Corona, pero los populares exigirán un estudio “muy meditado y pactado” de plazos y procedimientos, según fuentes de este partido. Otra cosa es lo que pretende Zapatero: alterar la Constitución en otros tres apartados.

El presidente del Gobierno dio ayer instrucciones expresas a los portavoces gubernamentales para que no entraran en polémicas legales. El Ejecutivo destacó que el anuncio del embarazo de Letizia no implica que haya que dar una prisa especial al proceso. Se está hablando del “heredero del heredero”.

“Lo razonable es que, ante el riesgo de que nazca un varón, se reformara antes la Constitución o ésta se abordara en las próximas elecciones generales”. La frase proviene de fuentes del Consejo de Estado, el máximo órgano de consulta del Gobierno. Aconsejan poner la venda antes que la herida, y modificar la Carta Magna para que la infanta Leonor no pierda su escalafón en la sucesión al trono. Eso podría ocurrir si la princesa Letizia da a luz un niño el próximo mes de mayo.