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Gurruchaga: “¿En cuál de mis canciones se pueden haber inspirado los terroristas islámicos?”
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Gurruchaga: “¿En cuál de mis canciones se pueden haber inspirado los terroristas islámicos?”

Si la importancia de una fiesta se mide por el número de coches oficiales que hay en la puerta, la celebración de los 30 años del

Si la importancia de una fiesta se mide por el número de coches oficiales que hay en la puerta, la celebración de los 30 años del diario El País era de las realmente importantes. La acera de la calle de Alcalá que ocupa el Círculo de Bellas Artes estaba repleta de vehículos blindados y agentes de policía vigilando. Sin embargo, el hombre más buscado de la noche no era un habitual de las portadas de este periódico. No era ministro, ni diputado, ni nada que se le pareciera. La persona con quien todo el mundo quería hablar era el cantante Javier Gurruchaga, líder de la carismática Orquesta Mondragón, el cual se ha visto, sin comerlo ni beberlo, ‘involucrado’ en el embrollo de la furgoneta Renault Kangoo.

Gurruchaga asiste divertido a esta polémica. “Me lo tomo con humor, aunque estoy realmente sorprendido. Algunos periodistas tergiversan las cosas”, afirmaba el artista a El Confidencial. “Me pregunto”, se interrogaba risueño, “en qué canción se pueden haber inspirado los terroristas islamistas. También estaba Pavarotti… ¿Quién les habrá influido más?”, afirmaba quitando hierro al asunto. Gurruchaga intentaba hacerse paso por la moqueta violeta del salón Fernando de Rojas mientras los presentes en el cóctel se afanaban en saludarle.

Juan Luis Cebrián y Jesús de Polanco acudieron también para compartir unas palabras con el líder de la Orquesta Mondragón y comentar con él la polémica del día. La presencia de Gurruchaga eclipsó en algunos momentos la de los líderes políticos, caso de José Luis Rodríguez Zapatero que era llevado por sus guardaespaldas de corrillo en corrillo. Saludos, sonrisas y fotos con los presentes que aún no se habían percatado de que Gurruchaga estaba allí.

Gallardón, comunicando

También estaban por allí las tres principales figuras del PP que trabajan en la capital. Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón -que permanecía en todo momento pegado a su teléfono móvil- se acercaron hasta el Círculo y repartieron sonrisas entre los invitados mientras Carlos Solchaga, Trinidad Jiménez, Rosa Conde e Inés Sabanés charlaban a su lado. Carmen Alborch y Luis Atienza, cerca de ellos, dialogaban con fruición. Emilio Ybarra y Valerio Lazarov, dos caras conocidas del mundo de los negocios y la comunicación, también paseaban por la sala.

Los camareros no daban abasto sirviendo tartaletas de queso y nueces, pinchos de salmón y samosas, una especie de empanadillas vegetales típicas de la cocina tailandesa. Era difícil hacerse paso entre ellos y los más famosos del local. Por allí había actores como Sancho Gracia o Álvaro de Luna, Oscars de Hollywood (los hermanos Almodóvar) y antiguos candidatos a la estatuilla dorada (Montxo Armendáriz), además de estrellas del periodismo televisivo como Juan Pedro Valentín, Àngels Barceló o Julia Otero. Con las conversaciones que hubo entre ellos y también con las que mantuvo el resto de invitados hubiera dado para otros treinta años de portadas.

Si la importancia de una fiesta se mide por el número de coches oficiales que hay en la puerta, la celebración de los 30 años del diario El País era de las realmente importantes. La acera de la calle de Alcalá que ocupa el Círculo de Bellas Artes estaba repleta de vehículos blindados y agentes de policía vigilando. Sin embargo, el hombre más buscado de la noche no era un habitual de las portadas de este periódico. No era ministro, ni diputado, ni nada que se le pareciera. La persona con quien todo el mundo quería hablar era el cantante Javier Gurruchaga, líder de la carismática Orquesta Mondragón, el cual se ha visto, sin comerlo ni beberlo, ‘involucrado’ en el embrollo de la furgoneta Renault Kangoo.