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Cada vez más familias tiran de deuda a corto plazo para consumir y llegar a final de mes
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TENDENCIA AL ALZA

Cada vez más familias tiran de deuda a corto plazo para consumir y llegar a final de mes

Los hogares recurren a los préstamos al consumo y la financiación a través de tarjetas para compensar el incremento de los precios y de los tipos de interés

Foto: La inflación golpea las finanzas personales de las familias. (EFE/Chema Moya)
La inflación golpea las finanzas personales de las familias. (EFE/Chema Moya)
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La posición financiera de los hogares mejora de forma general, pero hay un volumen creciente de familias que tiene que tirar de créditos a corto plazo para llegar a final de mes. Solo así mantienen su nivel de consumo ante el incremento de los precios y de los tipos de interés durante los tres últimos años.

El volumen de préstamos a corto plazo, a menos de un año, tiene una tendencia al alza desde el covid. El conjunto de los hogares muestra un proceso de desapalancamiento, lo que lleva a una reducción de la deuda a largo plazo. Esto es compatible con que haya un universo de familias que necesitan tirar de crédito a corto plazo.

Lo que se está viendo en el balance financiero de las familias es que el grueso mejora su posición, pero hay una desigualdad latente en el hecho de que aumente el stock de deuda a corto plazo, que en el tercer trimestre de 2023, según los últimos datos del Banco de España, se situó en 35.087 millones, un 4% más que el año anterior y un 13,5% sobre el mismo periodo de 2021.

Se trata de una cuantía que representa una proporción reducida respecto a la deuda total de las familias, ya que la mayor parte es de largo plazo –más de un año–. Del total de crédito, el 95% es de largo plazo y el 5% es de corto plazo. Pero la tendencia es que aumenta el peso de los préstamos a menos de un año.

Foto: Céntimos de euro. (iStock)

Esto se explica por el desplome en el último año y medio de la demanda de hipotecas, mientras que continúa el desapalancamiento. Y como tampoco hay una demanda importante de las empresas para financiar inversiones, los bancos son proclives a prestar para el consumo, ya sea con préstamos para compras o a través de tarjetas de crédito.

La serie estadística de deudas a corto plazo es muy estacional, ya que suele aumentar en el segundo trimestre, antes del verano, y cae en el tercer trimestre. En el segundo trimestre se alcanzó un pico de 45.638 millones, el dato más alto desde junio de 2008.

En el tercer trimestre, el stock de deuda a corto plazo cayó a 35.087 millones, pero con los aumentos mencionados respecto a años anteriores que confirman la tendencia al alza. De hecho, es la cifra más elevada en septiembre desde 2009.

El aumento de deudas a corto plazo se produce en hogares que ya no tienen ahorro del que tirar para compensar el aumento de la inflación y de los costes financieros, en especial si cuentan con hipoteca a tipo variable o han tenido que financiarse en los últimos dos años.

Hay que tener en cuenta, además, que ha habido un aumento de la propensión marginal al consumo desde el coronavirus. Es decir, las familias dedican mayor proporción de la renta al consumo respecto al ahorro, como muestra un estudio del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) titulado Quo vadis, r*? The natural rate of interest after the pandemic.

Las deudas a corto plazo suelen ser préstamos al consumo y financiación de tarjetas con tipos de interés más elevados que las hipotecas

El coronavirus restringió el gasto de las familias por las restricciones a viajar y consumir. Esto provocó que se construyera una bolsa de ahorro que aún se mantiene, pero repartida de forma desigual entre las familias españolas. A más renta, más ahorro. Así, un universo de familias apenas elevó el volumen de ahorro líquido y, en los últimos dos años, ha tenido que endeudarse a corto plazo.

Las deudas a corto plazo, además, suelen ser préstamos al consumo y financiación de tarjetas con tipos de interés más elevados que las hipotecas. La nueva producción del crédito al consumo tiene un tipo medio ponderado del 7,81%, mientras que en tarjetas de crédito revolving es del 18,3% (cuentas de crédito renovables).

En cualquier caso, el conjunto de los hogares españoles cada vez tiene menos deuda. El volumen de préstamos vivos cayó en el tercer trimestre un 3% interanual, hasta los 689.151 millones, lo que supone la cota más baja desde marzo de 2006.

La posición financiera de los hogares mejora de forma general, pero hay un volumen creciente de familias que tiene que tirar de créditos a corto plazo para llegar a final de mes. Solo así mantienen su nivel de consumo ante el incremento de los precios y de los tipos de interés durante los tres últimos años.

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