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¿Qué hace un expolítico como tú en una consultora como esta? Luces y sombras de los Asuntos Públicos
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ECOS DEL CASO GARZÓN

¿Qué hace un expolítico como tú en una consultora como esta? Luces y sombras de los Asuntos Públicos

Alberto Garzón y Begoña Villacís han sido los últimos expolíticos tentados por un sector en auge y que, a menudo, juega al límite con el conflicto de intereses y las puertas giratorias

Foto: El exministro de Consumo, Alberto Garzón. (EFE/Jennifer Gómez)
El exministro de Consumo, Alberto Garzón. (EFE/Jennifer Gómez)

El 17 de noviembre, Alberto Garzón anunció su marcha del Ministerio de Consumo, que aún dirigía en funciones, y la coordinación de Izquierda Unida. Esta semana, tres meses después de este adiós a la política, se anunciaba su fichaje por Acento, la consultora de Asuntos Públicos (o como suele denominarse habitualmente, Public Affairs) del exministro socialista Pepe Blanco.

Como sabrán, el fichaje no llegó a consumarse. La explicación oficial que dio Garzón fue "el revuelo generado en el ecosistema de izquierda", que se echó las manos a la cabeza por la puerta giratoria que acababa de atravesar alguien que se hartó de denunciarlas. El exministro de Consumo renunciaba a incorporarse a la consultora ante la "incomprensión suscitada en el espacio político, y con la intención expresa de no dañar a las organizaciones a las que tanto tiempo y energía he dedicado en mi vida", es decir: Izquierda Unida, Unidas Podemos y Sumar.

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La explicación real tiene más que ver con la posibilidad de que la Oficina de Conflictos de Intereses (OCI) denegara la solicitud. Después de todo, el ministro que aprobó la Ley del Juego iba a trabajar para la firma que asesoraba a la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juegos y Recreativos. "El conflicto de interés e incumplimiento de la Ley de Incompatibilidades es evidente", explica a este periódico una fuente empleada en el sector, que aventura la verdadera razón: "Acento tenía cerrado con la OCI el OK, pero cuando se publica todo esto ceden a la presión y llaman a la consultora para romper el acuerdo". Tras lo cual, Acento se lo trasmite a Garzón y este aprovecha el ruido de la izquierda para justificar la renuncia.

La denegación por parte de la oficina que se encarga de regular las posibles incompatibilidades habría sido excepcional: desde su creación en 2006 solo ha denegado una quincena de solicitudes de altos cargos y ha admitido más de 500. La consultora fundada por Blanco y presidida por Alfonso Alonso, exministro por el PP, ha logrado obtener recientemente la luz verde de la OCI para dos fichajes: Ignacio Bengoechea, segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército, y Albert Soler, exdirector general de Deportes. Pese a que la ley prevé dos años de enfriamiento, en su caso apenas estuvo un día en el paro —el 12 de enero de 2023— antes de fichar por Acento.

Para los expolíticos, el auge de los gabinetes de Public Affairs, que han brotado como setas en los últimos siete años, ha supuesto sin duda una noticia extraordinaria para reenfocar su futuro laboral, a menudo ensombrecido tras el paso por la primera línea de la política. Sin embargo, aviso a navegantes, el barco sobre el que ahora navegan depende mucho de la dirección del viento y, en los últimos tiempos, éste se ha mostrado extraordinariamente caprichoso y cambiante.

Carlos Parry conoce muy bien este sector. Trabaja llevando Asuntos Públicos en Astrazeneca y es el nuevo presidente de la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI), desde donde cuenta que el sector ha llegado tan lejos que necesita urgentemente una regulación. "Lo necesitamos todos para que podamos trabajar con seguridad jurídica, mismas condiciones y transparencia", apunta, "y que podamos limpiar la imagen del lobby, que al contrario que en Bruselas o en EEUU en España es muy negativa".

Foto: Alberto Garzón. (EFE/Kiko Huesca) Opinión
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Parry asegura que el trabajo que desarrollan es clave para el Estado y pide acabar con esa idea del lobby oscuro. "Es un sector profesional con gran crecimiento en Europa, que es el espacio más regulado del mundo, y con códigos éticos que deben respetarse. Por eso todos los que nos dedicamos a esto pedimos transparencia", añade, "obviamente, si alguien no quiere esa transparencia es porque no está actuando correctamente".

Entre consultores y conseguidores

Hace pocos años, una empresa alemana de autobuses sopesaba su entrada en España para ofrecer trayectos interurbanos. Sabían que en nuestro país ya existen competidores con una larga trayectoria, como Alsa o La Sepulvedana, pero intuían que algunas partes del territorio podían estar infracubiertas por este tipo de servicio. Para descubrirlo, contrataron a una de estas consultoras, beBartlet, una agencia creada en 2019 por el asesor público Nacho Corredor y el consultor Adrián Jofre que también ha echado sus redes sobre expolíticos como el popular Diego Gago. También cuenta con la exportavoz de Convergencia, Marta Pascal, como asesora.

Un antiguo trabajador de la empresa de movilidad indica que el informe que recibieron fue impecable. Analizaba qué regiones o ciudades contaban con un tamaño o mercado considerable y, al mismo tiempo, una falta de ofertas de movilidad que podía resultar interesante. También informaban sobre la regulación específica o las tendencias. Su precio estuvo en torno a lo que cuestan un par de coches de alta gama, pese a lo cual estaba ligeramente por debajo de lo que puede facturar una consultora legacy. Sin embargo, para esta fuente, cada euro estuvo bien invertido.

placeholder Adrián Jofre y Nacho Corredor, fundadores de beBartlet. (EC)
Adrián Jofre y Nacho Corredor, fundadores de beBartlet. (EC)

Este es el secreto del éxito de este tipo de empresas: ofrecen una información mucho más exhaustiva de la que puede ofrecer una agencia de comunicación y trabajan mucho más rápido de lo que suele hacerlo el sector público. En Estados Unidos, las firmas de Public Affairs llevan engrasando la maquinaria público-privada desde los años cincuenta y en Bruselas tampoco son una novedad.

Sin embargo, en los últimos años nuestro país ha visto surgir este tipo de empresas a borbotones: Acento, beBartlet, o Harmon han aparecido para unirse a las más tradicionales, como Llorente y Cuenca, Kreab, McKinsey o las Big Four, para las que los Asuntos Públicos eran tan solo una pata más de su organigrama. Aunque estos nombres también están notando el boom porque han engordado bastante sus equipos dedicados al sector público.

Acento, beBartlet, o Harmon han aparecido para unirse a las más tradicionales, como Llorente y Cuenca, Kreab, McKinsey o las Big Four

"Algunos de estos negocios se están especializando, pero esto es normal, es por una dinámica de mercado", explica un antiguo alto cargo de una empresa del Ibex que ha tenido que tratar a menudo con este tipo de asesores. "Al final, en cualquier tipo de consultoría llega un tiempo de consolidación del negocio y te tienes que diferenciar, es una dinámica de mercado normal, por eso están apareciendo consultoras más especializadas en defensa, por ejemplo, o contratando a gente más curtida en hacer lobby en Bruselas; es normal, cuanta más competencia, más necesidad de diferenciación".

Parry explica que, por debajo de los grandes nombres, quienes ponen los ladrillos en este tipo de negocios son profesionales medios especializados y necesitados de jóvenes que ahora llegan con cuentagotas. "Vienen de carreras como derecho o relaciones internacionales... Lo triste es que a día de hoy no hay formación específica ni se sabe que este sector existe. Solo lo descubren cuando entran en alguna empresa que los forma y ven que es una salida en pleno crecimiento. Es una pena para todos".

¿Qué hacen realmente los expolíticos?

En su comunicado, Garzón explicaba que "varias consultoras me hicieron ofertas", y si se decantó por Acento fue porque allí "podría asesorar a entidades de la sociedad civil en materias como la ecología, la economía, los retos del futuro y el análisis político y legislativo". Lo ambicioso de este planteamiento hace levantar la ceja a los profesionales del lobby, dado que en este mundo, los perfiles suelen ser muy específicos.

"Al final lo que aporta un buen lobista, tanto a su cliente desde el lado privado como en la interlocución con la parte pública, es un conocimiento técnico al que no llegan al 100% ni las consultoras solo de comunicación ni los periodistas", apunta este exdirectivo. "Ese conocimiento técnico de derecho, de competencia, de geopolítica, de cómo funciona una empresa, no te lo puede dar gente que no ha pasado en su vida por una, ni por un comité de inversiones, que no ha leído una cuenta de resultados o sabe interpretar un balance, o cómo impacta este en sectores regulados que tienen precios mayoristas orientados a costes…"

placeholder Rollán, Armengol, saludan al exministro socialista Pepe Blanco a su llegada al acto por el Día de la Constitución. (EFE/Mariscal)
Rollán, Armengol, saludan al exministro socialista Pepe Blanco a su llegada al acto por el Día de la Constitución. (EFE/Mariscal)

Otra fuente, que ostenta un puesto relevante en una de estas consultoras clásicas, explica a El Confidencial que "las empresas no pagan solo porque te sienten con determinada gente para conseguir hacer un mapa de relaciones con quién es relevante para tu sector o intereses a futuro... eso es una parte de lo que hacen, y hay otra parte de inteligencia que es tenerte informado del contexto económico y político que afecta a tu negocio".

Esta parte de intelligence era uno de los intangibles que, sin duda, aportaba alguien que hubiese estado incrustado en un ministerio concreto durante años. Sin embargo, hoy en día quienes abandonan la política por una de estas consultoras suelen tener su agenda de contactos como principal activo.

"Antes se buscaba mucho más a gente con contactos, con agenda, pero el sector ha cambiado y se ha profesionalizado", dice Parry. "Ahora se buscan muchos perfiles con grandes conocimientos profesionales de determinados entornos, que conozcan la legislación, que sepan comunicar, que tengan visión completa de las situaciones, que se anticipen, que sean propositivos...". Ejemplos de ese cambio son las inversiones de las propias empresas, fuera de las consultoras, que han decidido apostar por departamentos de Public Affairs. También con políticos. Es el caso de Recurrent Energy, que fichó hace poco a Inés Arrimadas, o BeDisruptive, que contrató a Begoña Villacís.

El problema de la nueva política

"Por desgracia, el perfil de los políticos ha ido a menos en estos últimos 40 años", explica el alto cargo del Ibex. "En el día a día manejan más teléfono que papeles; consecuentemente, pesa más su agenda, pues evidentemente no se les ficha por su bagaje técnico".

"Una persona que no ha hecho otra cosa más que dedicarse a un partido político y ocupar cargos públicos, por supuesto acaba sabiendo de algunas materias, porque ha tenido buenos altos funcionarios que le asesoran", abunda esta misma fuente. "Ahora bien, ¿eso en qué le es útil a una empresa, por ejemplo, o a un sector o a una ONG que quiera defender una causa muy determinada desde una perspectiva técnica de mercado o social?"

¿A cuánto se pagaba hace cuatro años una cita con Juan Carlos Girauta y cuánto vale hoy?

Esto tiene un problema añadido por la volatilidad de la propia política española, que cada vez tiene ciclos más cortos. Un perfil que hubiera salido hace cuatro años de la política con buenos contactos con la cúpula del Partido Popular, Ciudadanos o Podemos claramente tendría un valor notable para una consultora de Public Affairs, ¿pero de qué le serviría hoy en día cuando todos estos partidos han cambiado varias veces de comité de dirección o resultan irrelevantes en la política nacional? ¿A cuánto se pagaba hace cuatro años una cita con, por ejemplo, Juan Carlos Girauta y cuánto vale hoy?

Las empresas que forman parte de este sector en auge y quieren captar talento fresco están obligadas a hacerlo rápido, antes de que la política vuelva a cambiar de ciclo. Como se ha visto en el public affair de Garzón, esto plantea un nuevo escollo a la hora de sortear esos dos años de paréntesis que establece la ley de incompatibilidad.

Europa lleva años exigiendo al Gobierno más seriedad con el tema. En 2022, un informe del Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO) lamentaba que, pese a algunas pequeñas mejoras, nuestro país no hubiera hecho nada sustancial para incrementar la independencia, autonomía y competencias de la Oficina de Conflictos de Intereses, un aspecto clave para vigilar la corrupción en el sector público instrumental.

El 17 de noviembre, Alberto Garzón anunció su marcha del Ministerio de Consumo, que aún dirigía en funciones, y la coordinación de Izquierda Unida. Esta semana, tres meses después de este adiós a la política, se anunciaba su fichaje por Acento, la consultora de Asuntos Públicos (o como suele denominarse habitualmente, Public Affairs) del exministro socialista Pepe Blanco.

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