La óptica 'online' en la que invirtió José María Aznar Jr. entra en concurso

Revés para José María Aznar Botella con sus inversiones. El hijo del expresidente del Gobierno y Ana Botella apostó por Grey Hounders, una cadena de ópticas y tienda online, tras cerrar una ronda de financiación de 1,2 millones para acelerar su crecimiento, pero finalmente la marcha de la compañía no ha sido la esperada y se ha declarado en concurso de acreedores.

El concurso, realizado de manera voluntaria, fue presentado en el Juzgado de lo Mercantil número 10 de Madrid y la resolución por parte del juez se produjo el pasado 27 de octubre, siendo inscrito en el Registro Mercantil el 24 de noviembre. Así, y como es habitual en este tipo de procesos, se ordenó la intervención por parte de la administración concursal de las facultades de administración y disposición sobre todos los bienes y derechos de la sociedad que hayan de integrarse en la masa del concurso.

La inversión de José María Aznar Botella, cuyo montante no trascendió "por motivos de confidencialidad", como explicó la empresa hace un año, le sirvió para ganarse un sitio en el consejo de Marlunettes Solutions SL. Bajo esta sociedad estaba la marca Grey Hounders, que ofrece servicios de óptica online con gafas graduadas desde 29 euros, por lo que se erigía en una alternativa con precios muy accesibles para los clientes, con productos fabricados en España y adaptados a cualquier gusto, como señalaban en su propia página web.

La realidad es que, pese a más que triplicar sus ventas en 2022, la compañía no había logrado dejar atrás unas pérdidas que también se multiplicaron por tres el pasado curso. Así, los ingresos pasaron de 155.562,2 euros a 510.672,85 euros, mientras que los números rojos fueron de casi 690.000 euros, frente a los poco más de 228.000 de un año antes. En total, y desde su constitución en 2018, las pérdidas superaron el millón de euros.

No obstante, la presentación del concurso de acreedores no habrá pillado por sorpresa en el seno de la propia Grey Hounders. En un hecho posterior al cierre de las cuentas del pasado curso y por el riesgo de continuidad de su actividad, la sociedad ya informaba que se estaba preparando el concurso de acreedores de la misma debido a las grandes dificultadas de liquidez durante este 2023.

Entre los mayores damnificados de la presentación del concurso estarán los bancos. La compañía contaba con más de 373.500 euros de deudas a largo plazo, siendo la mayoría (365.300) con entidades de crédito. No obstante, también saldrán mal parados sus acreedores comerciales, con casi 122.000 euros a pagar, y los socios, que aportaron casi medio millón, según datos de 2022.