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Las empresas priorizan el aceite de oliva en las cestas de Navidad pese a la subida de precios
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También el jamón

Las empresas priorizan el aceite de oliva en las cestas de Navidad pese a la subida de precios

Para ajustar el presupuesto, lo que están haciendo algunos empresarios es cambiar el aceite 'premium' que seleccionaban en años anteriores por otro más convencional

Foto: Trabajadoras preparan cestas de Navidad. (EFE/Manuel Bruque)
Trabajadoras preparan cestas de Navidad. (EFE/Manuel Bruque)
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La mayoría de empresas ya tienen preparadas las cestas de Navidad que tradicionalmente reparten entre sus trabajadores. Este año no van a faltar los productos clásicos, como el turrón de almendras, la fruta escarchada o la piña en almíbar. Tampoco el aceite de oliva, que se está incluyendo en los lotes con la misma asiduidad que la campaña pasada, a pesar de la fuerte subida de precios que ha observado en los últimos meses. Para ajustarse al presupuesto, lo priorizan frente a otros alimentos, rebajan la calidad o eligen formatos más asequibles.

Un litro de aceite de oliva virgen extra cuesta más de 10 euros en el supermercado, casi el doble de lo que se pagaba en las Navidades del año pasado. Son los precios más altos de la historia, pero "las empresas siguen eligiendo este producto en sus lotes personalizados", corrobora Antonio Gea, director general de Sadival, compañía que cada Navidad reparte más de 500.000 cestas.

Algunos empresarios están cambiando el aceite premium que seleccionaban en años anteriores por otro más convencional. "El coste que representa ese aceite de un precio más bajo, dentro de un lote de un importe de entre 40 y 50 euros, no es excesivamente alto", explica Gea, teniendo en cuenta que ellos adquieren el producto directamente del proveedor, saltándose una parte de la cadena de valor.

Sin tocar la calidad, otra manera de acomodar el aceite es reducir la cantidad. "Las empresas han optado por mantenerlo, adaptándose a las restricciones presupuestarias mediante la inclusión de formatos más pequeños", señala Victoria González, gerente de Marketing Promocional y Comercio Solidario de la Fundación Juan XXIII. La experiencia que le da estar preparando alrededor de 100.000 cestas para esta campaña, le permite ratificar que "se mantiene como un producto destacado".

"Han optado por mantenerlo, adaptándose a las restricciones presupuestarias mediante la inclusión de formatos más pequeños"

También se están haciendo malabares para incluir el jamón. Las presentaciones varían en función de los presupuestos, eligiendo el formato loncheado en aquellos más ajustados o las piezas enteras en aquellos con más presupuesto. En cualquier caso, "su reinado como producto estrella dentro de los embutidos se mantiene inquebrantable", mantiene la responsable de la Fundación Juan XXIII, organización que destina las ventas a la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad.

La tradición impera en la Navidad y lo mismo sucede con las cestas, que mantienen su contenido prácticamente inalterable año tras año. Sin embargo, se pueden destacar algunas leves modificaciones que se han ido asentando con el paso de las campañas, como la exclusión de las bebidas espirituosas (ron, whisky, ginebra...) o la inclusión cada vez más habitual del lomo o algún turrón de un sabor diferente.

La tradición impera en la Navidad y lo mismo sucede con las cestas, que mantienen su contenido prácticamente inalterable año tras año

Pero sí que se ha notado una evolución "hacia opciones más saludables y centradas en las necesidades dietéticas específicas", destaca González. De hecho, cada vez son más las compañías que tienen en cuenta los estilos de vida de sus trabajadores y personalizan sus cestas con opciones aptas para personas celíacas, intolerantes a la lactosa, veganas o vegetarianas.

Conviene recordar que si la empresa lleva años repartiendo las cestas de Navidad, se considera un derecho adquirido por los trabajadores. Así lo consideró el Tribunal Supremo en una sentencia de 2016, donde entendía que se había convertido en una condición más del contrato. Por lo tanto, la compañía no puede suprimirla de forma unilateral. Tampoco cambiarla por una remuneración económica, ya que se considera una retribución en especie.

¿Bajará el precio del aceite?

Mantener el aceite de oliva en estos packs ayuda a ahorrar a los trabajadores en estas fechas tan señaladas. Es un producto común en las cocinas españolas y su consumo se ha reducido notablemente debido al alza de los precios. Los últimos datos al respecto los publicó la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que alertaba en septiembre de una caída del 53% interanual en las ventas del considerado oro líquido.

Si la empresa lleva años repartiendo las cestas de Navidad, se considera un derecho adquirido por los trabajadores

Ver por fin una caída de los precios depende de que la campaña que acaba de comenzar sea más abundante. Pero en el sector no las tienen todas consigo. "Vamos a tener todavía meses de fluctuación, pero todo dependerá de la lluvia y de que se vaya igualando el consumo con las existencias que hay", remarcaba esta semana el presidente de Dcoop, Antonio Luque. "Si de aquí a junio no llueve, el precio no bajará", aseguraba.

La estimación es que esta cosecha ronde las 750.000 toneladas, ligeramente por encima que este año. Aun así, está por debajo de los 1,5 millones de toneladas que se registran de media en un año normal. Por este motivo, Luque mostraba sus temores sobre la presente campaña: "Me da pánico el 2024, porque llegamos a él sin stock de enlace (aquel que se guarda de otras temporadas) y será un ejercicio complicado".

La mayoría de empresas ya tienen preparadas las cestas de Navidad que tradicionalmente reparten entre sus trabajadores. Este año no van a faltar los productos clásicos, como el turrón de almendras, la fruta escarchada o la piña en almíbar. Tampoco el aceite de oliva, que se está incluyendo en los lotes con la misma asiduidad que la campaña pasada, a pesar de la fuerte subida de precios que ha observado en los últimos meses. Para ajustarse al presupuesto, lo priorizan frente a otros alimentos, rebajan la calidad o eligen formatos más asequibles.

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